Las hormigas pueden ser las mejores aliadas de los cultivos contra las plagas
Un metaanálisis realizado por un grupo de investigadores de Brasil, España y EE.UU. sugiere que las hormigas pueden ser una herramienta de control biológico contra plagas, y no solo eso, también podrían tener un efecto positivo en el rendimiento de los cultivos.
Los cultivadores de cítricos chinos fueron pioneros en el control biológico utilizando hormigas hace un par de siglos. Estos animales se consideran enemigos naturales de los artrópodos (el grupo de animales a donde pertenecen la mayoría de plagas que afectan los cultivos) porque son abundantes depredadores generalistas. Como depredadores, señalan los científicos, las hormigas realizan servicios en los cultivos como la reducción de la abundancia de plagas y el daño a las plantas.
Sin embargo, las hormigas también tienen desventajas. Pueden propagar patógenos, aumentar la densidad de especies de plagas productoras de melaza (cochinillas, escamas blandas, pulgones, psílidos o moscas blancas) y reducir la abundancia de otros enemigos naturales y polinizadores. Estos últimos, por ejemplo, no se acercan a las flores si hay hormigas presentes, lo que compromete la formación de frutos.
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La pregunta que se hicieron los investigadores, entonces, es si el impacto positivo de las hormigas puede paliar el negativo. La respuesta y la conclusión a esa pregunta fue publicada en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences y apunta a que, en general y con un manejo adecuado, las hormigas pueden ser útiles para el control de plagas y aumentar el rendimiento de los cultivos con el tiempo, en especial en los cultivos bajo sombra.
Sobre la mejoría en el rendimiento de los cultivos, los investigadores estudiaron el caso de Australia, por ejemplo, en donde, dicen, las estimaciones han demostrado que el uso de hormigas puede aumentar la producción de marañón en un 49 %, generando un ingreso neto del 70 % (incluidos los costos y las ganancias del uso de hormigas en lugar de insecticidas químicos).
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Los científicos señalan que a partir de estos resultados, se puede fomentar las prácticas de cultivos bajo sombra como una forma de promover de forma natural a las hormigas en los sistemas de cultivo pues, en general, son una solución de bajo costo a las plagas (cuando no es necesario trasladar colonias). Para llegar a esta conclusión, los investigadores revisaron estudios que hubieran evaluado la eficacia, ventajas y desventajas del uso de las hormigas.
Identificaron primero 2.682 estudios (1.207 en Web of Science y 1.475 en Scopus). De estos, 678 fueron eliminados por ser duplicados y 1953 por no tratarse del tema de interés. Luego de aplicar una serie de criterios de inclusión, 52 estudios permanecieron en la lista, que proporcionaron 857 casos para analizar. A pesar de la existencia de estudios pioneros, los artículos anteriores a 1987 que se localizaron no cumplieron con los criterios, por lo tanto, la revisión solo incluyó estudios realizados en los últimos 35 años.
Los cultivadores de cítricos chinos fueron pioneros en el control biológico utilizando hormigas hace un par de siglos. Estos animales se consideran enemigos naturales de los artrópodos (el grupo de animales a donde pertenecen la mayoría de plagas que afectan los cultivos) porque son abundantes depredadores generalistas. Como depredadores, señalan los científicos, las hormigas realizan servicios en los cultivos como la reducción de la abundancia de plagas y el daño a las plantas.
Sin embargo, las hormigas también tienen desventajas. Pueden propagar patógenos, aumentar la densidad de especies de plagas productoras de melaza (cochinillas, escamas blandas, pulgones, psílidos o moscas blancas) y reducir la abundancia de otros enemigos naturales y polinizadores. Estos últimos, por ejemplo, no se acercan a las flores si hay hormigas presentes, lo que compromete la formación de frutos.
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Sobre la mejoría en el rendimiento de los cultivos, los investigadores estudiaron el caso de Australia, por ejemplo, en donde, dicen, las estimaciones han demostrado que el uso de hormigas puede aumentar la producción de marañón en un 49 %, generando un ingreso neto del 70 % (incluidos los costos y las ganancias del uso de hormigas en lugar de insecticidas químicos).
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Identificaron primero 2.682 estudios (1.207 en Web of Science y 1.475 en Scopus). De estos, 678 fueron eliminados por ser duplicados y 1953 por no tratarse del tema de interés. Luego de aplicar una serie de criterios de inclusión, 52 estudios permanecieron en la lista, que proporcionaron 857 casos para analizar. A pesar de la existencia de estudios pioneros, los artículos anteriores a 1987 que se localizaron no cumplieron con los criterios, por lo tanto, la revisión solo incluyó estudios realizados en los últimos 35 años.