Las migraciones de animales alrededor del mundo están en grave peligro
Cada año se desplazan con regularidad miles de millones de animales. Entre esas especies hay tortugas marinas, ballenas y tiburones, pero elefantes, felinos salvajes y rebaños de mamíferos que recorren
La Convención de las Naciones Unidas sobre la Conservación de las Especies Migratorias realizó hace unas semanas el primer balance global sobre cómo le está yendo a las especies migratorias, esos animales que, por puro instinto, realizan movimientos regulares y estacionales entre diferentes áreas geográficas que pueden implicar miles de kilómetros. ¿La conclusión? Están en serios problemas.
Cada año se desplazan con regularidad miles de millones de animales. Entre esas especies hay tortugas marinas, ballenas y tiburones, pero elefantes, felinos salvajes y rebaños de mamíferos que recorren
diariamente llanuras y desiertos, además de aves acuáticas y cantoras, e incluso insectos como la mariposa monarca. “Gracias a estos increíbles viajes, los cuales sirven de conexión entre distintas partes del mundo, las especies migratorias proporcionan una lente única a través de la cual podemos comprender la magnitud de las transformaciones que afectan a nuestro mundo”, escribe en el informe Amy Fraenkel, secretaria Ejecutiva de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres.
Las especies migran porque necesitan de hábitats específicos según el momento de su ciclo vital. Por eso ponen en peligro su vida. Porque estas migraciones representan enormes dificultades y amenazas a lo largo del camino. En 1979 se estableció la Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres (o CMS) que busca la cooperación internacional, es vital para la conservación
de especies migratorias. De allí surge el informe, el primer Estado de las especies migratorias en el mundo, que concluye que el estado general de conservación de las especies migratorias se está deteriorando. Algunas cifras sirven para entender el panorama: una de cada cinco especies del convenio está amenazada de extinción y una proporción sustancial (44%) está experimentando disminuciones de población. Es más, la situación actual y la trayectoria de los peces incluidos en la lista indica que casi todos (97%) están amenazados de extinción. “De hecho, en promedio, ha habido una fuerte disminución en la abundancia relativa de poblaciones de peces monitoreadas en los últimos 50 años”, detalla el informe.
“El deterioro del estado de las especies migratorias está siendo impulsado por intensos niveles de presión antropogénica”, concluye el documento. Explica que debido a su movilidad, dependencia de múltiples hábitats y su dependencia de la conectividad entre diferentes sitios, “las especies migratorias están expuestas a una amplia gama de amenazas causadas por la actividad humana”.
La mayoría se ven afectadas por amenazas como la perdida, degradación y fragmentación del hábitat, impulsadas principalmente, dice el informe, por la agricultura, y la sobreexplotación (caza y pesca, tanto selectivas como incidentales). La contaminación, incluidos los pesticidas, los plásticos, los metales pesados y el exceso de nutrientes, así como el ruido submarino y la contaminación lumínica, representan una fuente adicional de presión para ellas.
Los obstáculos a la migración, que van desde la infraestructura física como carreteras, ferrocarriles, cercas y presas hasta barreras no físicas, como la perturbación del desarrollo industrial y el tráfico marítimo, representan otras barreras formidables para las poblaciones migratorias.
“Afortunadamente, queda claro cuáles son las medidas a tomar, recogidas en las recomendaciones de este informe. Entre las medidas más importantes se encuentran: redoblar los esfuerzos para luchar contra la captura insostenible e ilegal de especies migratorias a escala nacional; reducir drásticamente las capturas accesorias e incidentales; identificar todos los sitios clave para las especies migratorias y tomar medidas para protegerlos o conservarlos”, concluye Fraenkel.
En este contexto, continúa Fraenkel, las medidas adoptadas bajo este propósito serán cruciales para alcanzar los compromisos mundiales establecidos en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Precisamente, el cómo se cumplirán los objetivos de ese acuerdo será el tema principal de conversación de la COP16 que se desarrollará en Colombia a finales de 2024.
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La Convención de las Naciones Unidas sobre la Conservación de las Especies Migratorias realizó hace unas semanas el primer balance global sobre cómo le está yendo a las especies migratorias, esos animales que, por puro instinto, realizan movimientos regulares y estacionales entre diferentes áreas geográficas que pueden implicar miles de kilómetros. ¿La conclusión? Están en serios problemas.
Cada año se desplazan con regularidad miles de millones de animales. Entre esas especies hay tortugas marinas, ballenas y tiburones, pero elefantes, felinos salvajes y rebaños de mamíferos que recorren
diariamente llanuras y desiertos, además de aves acuáticas y cantoras, e incluso insectos como la mariposa monarca. “Gracias a estos increíbles viajes, los cuales sirven de conexión entre distintas partes del mundo, las especies migratorias proporcionan una lente única a través de la cual podemos comprender la magnitud de las transformaciones que afectan a nuestro mundo”, escribe en el informe Amy Fraenkel, secretaria Ejecutiva de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres.
Las especies migran porque necesitan de hábitats específicos según el momento de su ciclo vital. Por eso ponen en peligro su vida. Porque estas migraciones representan enormes dificultades y amenazas a lo largo del camino. En 1979 se estableció la Convención sobre la conservación de las especies migratorias de animales silvestres (o CMS) que busca la cooperación internacional, es vital para la conservación
de especies migratorias. De allí surge el informe, el primer Estado de las especies migratorias en el mundo, que concluye que el estado general de conservación de las especies migratorias se está deteriorando. Algunas cifras sirven para entender el panorama: una de cada cinco especies del convenio está amenazada de extinción y una proporción sustancial (44%) está experimentando disminuciones de población. Es más, la situación actual y la trayectoria de los peces incluidos en la lista indica que casi todos (97%) están amenazados de extinción. “De hecho, en promedio, ha habido una fuerte disminución en la abundancia relativa de poblaciones de peces monitoreadas en los últimos 50 años”, detalla el informe.
“El deterioro del estado de las especies migratorias está siendo impulsado por intensos niveles de presión antropogénica”, concluye el documento. Explica que debido a su movilidad, dependencia de múltiples hábitats y su dependencia de la conectividad entre diferentes sitios, “las especies migratorias están expuestas a una amplia gama de amenazas causadas por la actividad humana”.
La mayoría se ven afectadas por amenazas como la perdida, degradación y fragmentación del hábitat, impulsadas principalmente, dice el informe, por la agricultura, y la sobreexplotación (caza y pesca, tanto selectivas como incidentales). La contaminación, incluidos los pesticidas, los plásticos, los metales pesados y el exceso de nutrientes, así como el ruido submarino y la contaminación lumínica, representan una fuente adicional de presión para ellas.
Los obstáculos a la migración, que van desde la infraestructura física como carreteras, ferrocarriles, cercas y presas hasta barreras no físicas, como la perturbación del desarrollo industrial y el tráfico marítimo, representan otras barreras formidables para las poblaciones migratorias.
“Afortunadamente, queda claro cuáles son las medidas a tomar, recogidas en las recomendaciones de este informe. Entre las medidas más importantes se encuentran: redoblar los esfuerzos para luchar contra la captura insostenible e ilegal de especies migratorias a escala nacional; reducir drásticamente las capturas accesorias e incidentales; identificar todos los sitios clave para las especies migratorias y tomar medidas para protegerlos o conservarlos”, concluye Fraenkel.
En este contexto, continúa Fraenkel, las medidas adoptadas bajo este propósito serán cruciales para alcanzar los compromisos mundiales establecidos en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Precisamente, el cómo se cumplirán los objetivos de ese acuerdo será el tema principal de conversación de la COP16 que se desarrollará en Colombia a finales de 2024.
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