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Desde la década de 1990, las olas de calor provocadas por el cambio climático le han costado a la economía mundial unos 16 billones de dólares. El nuevo análisis, publicado en la revista Science Advances, tuvo en cuenta los costos en infraestructura, productividad, agricultura y salud humana.
“Hemos estado subestimando los verdaderos costos económicos que hemos sufrido debido al calentamiento global hasta ahora, y probablemente estamos subestimando los costos futuros”, dijo a The Guardian Justin Mankin, profesor asistente de geografía en Dartmouth College y autor principal del estudio. (También puede leer: Gobierno firma primer acuerdo social para contener la deforestación en Caquetá)
Por medio de su estudio, los investigadores descubrieron que, entre 1992 y 2013, las olas de calor coincidieron estadísticamente con variaciones en el crecimiento económico y que se perdieron más o menos $ 16 billones durante este período por los efectos de las altas temperaturas.
Además, encontraron que los trópicos y el sur global son las regiones que soportan casi la totalidad del peso económico de estas olas de calor, a pesar de que allí están los países que menos emiten gases de efecto invernadero (GEI). Esto se debe, por una parte, a que son zonas más cálidas y, por lo mismo, más afectadas por el calor extremo y, por otra, porque son económicamente más vulnerables. Por esto, están más expuestas a los períodos de depresión económica o los costos de adaptación climática.
“Nos encontramos ante una situación en la que los causantes del calentamiento global y de los cambios en el calor extremo tienen más recursos para ser resistentes a esos cambios y, en algunos casos raros, podrían beneficiarse de ello”, comentó el coautor del trabajo, Justin Mankin. (Le puede interesar: Nuevo mapa de ‘super emisores’ muestra los países con grandes nubes de metano)
Por esta conclusión, en parte, los investigadores enfatizaron que es muy importante establecer medidas “inmediatas” para proteger a las personas en los días más calurosos del año, especialmente en las regiones del trópico y el sur Global.
Lo que es cierto, en todo caso, es que “ningún lugar está bien adaptado a nuestro clima actual”, como dijo Mankin. “Las regiones con los ingresos más bajos a nivel mundial son las que más sufren estos eventos de calor extremo. A medida que el cambio climático aumenta la magnitud del calor extremo, es razonable esperar que esos costos continúen acumulándose”.
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