Las plantas no nos salvarán del cambio climático
Un nuevo estudio reveló que no habrá suficiente nitrógeno y fósforo para finales de siglo, dos nutrientes que las plantas necesitan para subsistir.
Redacción Vivir
Dicen que las plantas serán uno de los últimos bastiones para enfrentar los efectos del cambio climático. Al capturar dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se convierten las armas más efectivas para reducir los impactos del clima en los ecosistemas. Por algo la deforestación es una de las principales causas del calentamiento global.
Pero un nuevo estudio publicado en la revista Nature Geoscience encontró que los nutrientes limitados pueden hacer que las plantas no crezcan tan rápido como los científicos esperan, lo que lleva a un calentamiento más acelerado que aquel predicho por algunos modelos climáticos para finales de siglo.
Las plantas necesitan diferentes nutrientes para crecer como nitrógeno, para hacer el pigmento; la clorofila, que absorbe de luz, y el fósforo, para la construcción de proteínas. Los agricultores suministran estos en los fertilizantes, pero en la naturaleza, las plantas tienen que encontrarlos por sus propias fuentes.
Las plantas no pueden descomponer el gas de nitrógeno, por eso deben contar con las bacterias del suelo que lo hagan por ellas. Algunas plantas, principalmente leguminosas, han evolucionado con nódulos en sus raíces que albergan estas bacterias. Por su parte, el fósforo proviene de la erosión de rocas y en algunas ocasiones se encuentra en la arena que soplada por el viento de los desiertos.
Sin embargo, estos dos nutrientes no han sido tenidos en cuenta en los modelos climáticos. Sólo dos de los 11 modelos utilizados para proyectar el futuro del calentamiento global en el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) considera los efectos del nitrógeno en el crecimiento de las plantas y ninguno tiene en consideración el fósforo.
El biogeoquímico William Wieder del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado, revisó las proyecciones de cambio climático bajo las reservas de nitrógeno y fósforo. Luego, él y su grupo de colegas, estimaron la cantidad de nitrógeno y fósforo extra del que las plantas pueden disponer realmente de sus fuentes naturales y encontraron que no habría suficiente en el planeta.
De modo que, teniendo en cuenta el nitrógeno y el fósforo en los análisis, los investigadores derrumbaron la predicción del IPCC sobre el almacenamiento del carbono mundial que podrían secuestrar los árboles. La disminución fue de 25% del inicialmente establecido por el IPCC. Esta reducción podría surtir el efecto contrario en la Tierra. Es decir, que el carbono se bombeara hacia la atmósfera en vez de capturarse al interior de los árboles.
Esto se explica porque el ritmo de la respiración de los microbios del suelo, que exhalan dióxido de carbono, aumentará en un mundo más cálido. Así que la Tierra se volverá aún más caliente y se acelerará el calentamiento inducido por el hombre, en vez de frenarlo.
Consulte el artículo original de la revista Nature Geoscience aquí.
Dicen que las plantas serán uno de los últimos bastiones para enfrentar los efectos del cambio climático. Al capturar dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se convierten las armas más efectivas para reducir los impactos del clima en los ecosistemas. Por algo la deforestación es una de las principales causas del calentamiento global.
Pero un nuevo estudio publicado en la revista Nature Geoscience encontró que los nutrientes limitados pueden hacer que las plantas no crezcan tan rápido como los científicos esperan, lo que lleva a un calentamiento más acelerado que aquel predicho por algunos modelos climáticos para finales de siglo.
Las plantas necesitan diferentes nutrientes para crecer como nitrógeno, para hacer el pigmento; la clorofila, que absorbe de luz, y el fósforo, para la construcción de proteínas. Los agricultores suministran estos en los fertilizantes, pero en la naturaleza, las plantas tienen que encontrarlos por sus propias fuentes.
Las plantas no pueden descomponer el gas de nitrógeno, por eso deben contar con las bacterias del suelo que lo hagan por ellas. Algunas plantas, principalmente leguminosas, han evolucionado con nódulos en sus raíces que albergan estas bacterias. Por su parte, el fósforo proviene de la erosión de rocas y en algunas ocasiones se encuentra en la arena que soplada por el viento de los desiertos.
Sin embargo, estos dos nutrientes no han sido tenidos en cuenta en los modelos climáticos. Sólo dos de los 11 modelos utilizados para proyectar el futuro del calentamiento global en el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) considera los efectos del nitrógeno en el crecimiento de las plantas y ninguno tiene en consideración el fósforo.
El biogeoquímico William Wieder del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Boulder, Colorado, revisó las proyecciones de cambio climático bajo las reservas de nitrógeno y fósforo. Luego, él y su grupo de colegas, estimaron la cantidad de nitrógeno y fósforo extra del que las plantas pueden disponer realmente de sus fuentes naturales y encontraron que no habría suficiente en el planeta.
De modo que, teniendo en cuenta el nitrógeno y el fósforo en los análisis, los investigadores derrumbaron la predicción del IPCC sobre el almacenamiento del carbono mundial que podrían secuestrar los árboles. La disminución fue de 25% del inicialmente establecido por el IPCC. Esta reducción podría surtir el efecto contrario en la Tierra. Es decir, que el carbono se bombeara hacia la atmósfera en vez de capturarse al interior de los árboles.
Esto se explica porque el ritmo de la respiración de los microbios del suelo, que exhalan dióxido de carbono, aumentará en un mundo más cálido. Así que la Tierra se volverá aún más caliente y se acelerará el calentamiento inducido por el hombre, en vez de frenarlo.
Consulte el artículo original de la revista Nature Geoscience aquí.