Los 5 puntos claves de la estrategia del Gobierno Petro para frenar la deforestación
En entrevista con El Espectador, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, reveló cuáles serán los componentes claves de la estrategia que implementará el Gobierno para detener uno de los principales problemas ambientales de Colombia. Lo que ocurrió en el primer trimestre de 2022, dice, ya refleja un “desastre” en deforestación.
César Giraldo Zuluaga
Sergio Silva Numa
Cada vez que el Gobierno de Colombia presenta las cifras de deforestación, todo el sector ambiental sabe que los anuncios no vienen con buenas noticias. En la última década, ninguno de los presidentes ni los ministros de Ambiente ha podido frenar la tala ilegal, que ha crecido a un ritmo vertiginoso: en 2021 se talaron 174.103 hectáreas (ha); en 2020, 171.685 ha y en 2019, 158.894 ha. La Amazonía siempre, muestran los datos del Ideam, ha sido la región más afectada.
¿Cómo detener esa tragedia? ¿Cuál es el camino para contener la tala y quema de árboles, atravesada por múltiples factores como el desarrollo economías ilegales, acaparamiento de tierras y ganadería? (Lea Incendios en Amazonas afectan la calidad del aire en algunas partes de Colombia)
Encontrar una respuesta a esos interrogantes ha sido una de las principales preocupaciones de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad. Desde que el Presidente Gustavo Petro la nombró en el cargo, aseguró en varias ocasiones que su primer desafío sería, justamente, frenar la deforestación. Pero, si todos sus antecesores fracasaron, ¿cuál es su fórmula para tener éxito y cumplir esa meta?
En entrevista con El Espectador, Muhamad reveló los detalles de esa estrategia, que pronto presentará de forma pública. Como dice, hay que trabajar con urgencia porque las cifra de deforestación del 2021 no pintan nada bien: “Este año ya es un desastre. Ya sabemos que en el primer trimestre, la deforestación fue, aproximadamente, 10% mayor que el año pasado”.
Para Muhamad lo que hoy está ocurriendo es una consecuencia de la implementación del Acuerdo de Paz. “Al salir las Farc, que eran un ‘eje articulador y ordenador’ del orden territorial de los actores lícitos e ilícitos, quedó ese vacío, y lo que vemos hoy es una dispersión de actores criminales en disputas de sus territorios. La falla de Santos fue no implementar territorialmente el Acuerdo de Paz”, dice. Por otra parte, añade, como el objetivo de Duque fue parar la deforestación de forma militar, “eso generó unas consecuencias; entre ellas, la pérdida de confianza de muchas comunidades que habían sido parte del proceso de paz y que le habían apostado a eso”.
En medio de ese escenario, la solución es, a sus ojos, tratar de crear una estrategia que logre ver el problema de manera integral. Ese plan, afirma, que aún está terminándose de formular, se basa en 5 grandes componentes.
Acuerdos con las comunidades
Al primero de esos componentes, Muhamad lo llama “la inclusión sistemática al Estado social de derecho”. Lo que busca, palabras más, palabras menos, es que aquellas personas que hoy deforestan y que viven en esas regiones deforestadas, empiecen a trabajar del lado del Estado, con un incentivo.
Por el momento, han identificado 15 núcleos de deforestación que se pueden convertir, asegura la Ministra de Ambiente, en “núcleos de economía forestal”, donde esperan empezar a hacer acuerdos sociales.
“Vamos a analizar qué podemos trabajar juntos y qué vamos a cumplir a cambio de que esas poblaciones no entren en la economía de la deforestación. La idea es trabajar unos acuerdos que permitan que esas comunidades se sostengan en el tiempo mientras generamos esta economía forestal, generada por el Estado, pero con ellos”, dice.
Según Muhamad, tendrán un portafolio de posibilidades que van desde el turismo hasta diversos sistemas agroforestales. Sin embargo, aclara, se requiere un profundo proceso de concertación social. Además, reitera, esa economía forestal debe ser compatible con el uso del suelo y debe ser basada en la biodiversidad.
“Hay un gran sector forestal empresarial que suele decir que podemos pasar de medio millón a siete millones de hectáreas forestales, con monocultivos rápidos y que eso va a generar restitución de bosque. Pero hemos visto que estas estrategias generan otros impactos. Entonces, la idea es que las comunidades de esos territorios, con nosotros, conjuntamente, construyamos ese futuro, sobre todo en la Amazonia, que es hoy el 66% de la deforestación”, apunta.
Otro de los puntos primordiales de este componente tiene que ver con generar unos mecanismos a largo plazo que permitan que esta estrategia se sostenga, pues, en sus palabras, “esto no es un tema de cuatro años. A nosotros nos corresponde dejar los mecanismos, dejar los procesos financieros que la hagan y dejar la legitimidad social y los procesos andando”.
Paz total y justicia
El segundo componente que para Muhamad es crucial es una idea que el presidente Gustavo Petro ha reiterado desde que se posesionó: lograr la “Paz total”. ¿Por qué? “La apertura de diálogos con estas fuerzas no legales y su acogimiento a la justicia nos podría ayudar a disminuir la presión que existe sobre los recursos”, responde.
Hay, para la ministra, un gran desafío en el medio. ¿Cómo sostener en el tiempo ese logro? Una de las claves está en que la economía forestal que proponga el Gobierno en esos territorios que hoy tienen altas tasas de deforestación sea mucho más atractiva que la economía ilícita. Así mismo, es fundamental que “la gobernanza territorial empiece a generar un blindaje que aísle a esos actores”. “Hoy esa batalla la tenemos perdida”, añade.
Como explica Muhamad, esos componentes funcionarán si, además, se desarrolla el tercer elemento de la estrategia, que tiene que ver con la justicia y la profundización en investigaciones criminales. Eso le permitirá al Gobierno saber cuáles son los “determinadores de la deforestación, a todo ese ciclo de la economía ilícita que tiene que ver con lavado de activos e inversiones en tierra, y a generar procesos de justicia ejemplarizantes”.
“Hay que fortalecer la justicia y espero que la voluntad política abra puertas, porque mi impresión es que, es posible que se haya avanzado, pero no necesariamente había la voluntad política”, anota. “Para que hoy tengamos un nivel de penetración de esas estructuras, de esa capacidad logística y financiera, tiene que haber apoyo político tanto regional como nacional”.
Fuerza pública y fortalecimiento territorial
El cuarto componente de la estrategia para contener a deforestación están relacionados con lo que Muhamad llama el “control territorial con la ayuda de la fuerza pública”, que “se debe hacer bajo la lógica de contención” y “de manera coordinada con las instituciones civiles”. Para el Ministerio de Ambiente, eso es clave para “contener” la deforestación del último trimestre, un lapso en el que la tasas de tala ilegal suelen dispararse.
El quinto elemento de este plan está relacionado con el “fortalecimiento institucional territorial”. “Se necesitan instituciones del Estado, en territorio, permanentes”, explica. “Hay algo que a mí me ilusiona mucho, que queremos materializar, y es el Servicio Nacional Forestal y que eso lo podamos atar a ciencia y tecnología, a la lógica de cómo aprendemos de la biodiversidad. Debe haber también fortalecimiento institucional a todo nivel. En esos territorios no hay un Estado Social de Derecho fuerte; debemos fortalecerlo”.
La idea es que todos estos elementos se pongan en marcha este 2022 y el Gobierno pueda entender con más claridad qué está funcionando y qué debe ajustar antes de que se presente el Plan Nacional de Desarrollo.
Como le contó a El Espectador, espera que esta ruta sea un camino para que el país pueda, en un momento, restaurar el mismo número de hectáreas que deforesta año tras año, para así convertirse en un “capturador” de CO2. “Restaurar del páramo al mar”, es como Muhamad llama a este nuevo proceso.
Por el momento, las noticias no son buenas: el país ha deforestado, aproximadamente, unas 3 millones de hectáreas y tan solo ha restaurado 500 mil.
*Lea mañana, 8 de septiembre, la entrevista completa con la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, en la versión impresa de El Espectador.
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Cada vez que el Gobierno de Colombia presenta las cifras de deforestación, todo el sector ambiental sabe que los anuncios no vienen con buenas noticias. En la última década, ninguno de los presidentes ni los ministros de Ambiente ha podido frenar la tala ilegal, que ha crecido a un ritmo vertiginoso: en 2021 se talaron 174.103 hectáreas (ha); en 2020, 171.685 ha y en 2019, 158.894 ha. La Amazonía siempre, muestran los datos del Ideam, ha sido la región más afectada.
¿Cómo detener esa tragedia? ¿Cuál es el camino para contener la tala y quema de árboles, atravesada por múltiples factores como el desarrollo economías ilegales, acaparamiento de tierras y ganadería? (Lea Incendios en Amazonas afectan la calidad del aire en algunas partes de Colombia)
Encontrar una respuesta a esos interrogantes ha sido una de las principales preocupaciones de la ministra de Ambiente, Susana Muhamad. Desde que el Presidente Gustavo Petro la nombró en el cargo, aseguró en varias ocasiones que su primer desafío sería, justamente, frenar la deforestación. Pero, si todos sus antecesores fracasaron, ¿cuál es su fórmula para tener éxito y cumplir esa meta?
En entrevista con El Espectador, Muhamad reveló los detalles de esa estrategia, que pronto presentará de forma pública. Como dice, hay que trabajar con urgencia porque las cifra de deforestación del 2021 no pintan nada bien: “Este año ya es un desastre. Ya sabemos que en el primer trimestre, la deforestación fue, aproximadamente, 10% mayor que el año pasado”.
Para Muhamad lo que hoy está ocurriendo es una consecuencia de la implementación del Acuerdo de Paz. “Al salir las Farc, que eran un ‘eje articulador y ordenador’ del orden territorial de los actores lícitos e ilícitos, quedó ese vacío, y lo que vemos hoy es una dispersión de actores criminales en disputas de sus territorios. La falla de Santos fue no implementar territorialmente el Acuerdo de Paz”, dice. Por otra parte, añade, como el objetivo de Duque fue parar la deforestación de forma militar, “eso generó unas consecuencias; entre ellas, la pérdida de confianza de muchas comunidades que habían sido parte del proceso de paz y que le habían apostado a eso”.
En medio de ese escenario, la solución es, a sus ojos, tratar de crear una estrategia que logre ver el problema de manera integral. Ese plan, afirma, que aún está terminándose de formular, se basa en 5 grandes componentes.
Acuerdos con las comunidades
Al primero de esos componentes, Muhamad lo llama “la inclusión sistemática al Estado social de derecho”. Lo que busca, palabras más, palabras menos, es que aquellas personas que hoy deforestan y que viven en esas regiones deforestadas, empiecen a trabajar del lado del Estado, con un incentivo.
Por el momento, han identificado 15 núcleos de deforestación que se pueden convertir, asegura la Ministra de Ambiente, en “núcleos de economía forestal”, donde esperan empezar a hacer acuerdos sociales.
“Vamos a analizar qué podemos trabajar juntos y qué vamos a cumplir a cambio de que esas poblaciones no entren en la economía de la deforestación. La idea es trabajar unos acuerdos que permitan que esas comunidades se sostengan en el tiempo mientras generamos esta economía forestal, generada por el Estado, pero con ellos”, dice.
Según Muhamad, tendrán un portafolio de posibilidades que van desde el turismo hasta diversos sistemas agroforestales. Sin embargo, aclara, se requiere un profundo proceso de concertación social. Además, reitera, esa economía forestal debe ser compatible con el uso del suelo y debe ser basada en la biodiversidad.
“Hay un gran sector forestal empresarial que suele decir que podemos pasar de medio millón a siete millones de hectáreas forestales, con monocultivos rápidos y que eso va a generar restitución de bosque. Pero hemos visto que estas estrategias generan otros impactos. Entonces, la idea es que las comunidades de esos territorios, con nosotros, conjuntamente, construyamos ese futuro, sobre todo en la Amazonia, que es hoy el 66% de la deforestación”, apunta.
Otro de los puntos primordiales de este componente tiene que ver con generar unos mecanismos a largo plazo que permitan que esta estrategia se sostenga, pues, en sus palabras, “esto no es un tema de cuatro años. A nosotros nos corresponde dejar los mecanismos, dejar los procesos financieros que la hagan y dejar la legitimidad social y los procesos andando”.
Paz total y justicia
El segundo componente que para Muhamad es crucial es una idea que el presidente Gustavo Petro ha reiterado desde que se posesionó: lograr la “Paz total”. ¿Por qué? “La apertura de diálogos con estas fuerzas no legales y su acogimiento a la justicia nos podría ayudar a disminuir la presión que existe sobre los recursos”, responde.
Hay, para la ministra, un gran desafío en el medio. ¿Cómo sostener en el tiempo ese logro? Una de las claves está en que la economía forestal que proponga el Gobierno en esos territorios que hoy tienen altas tasas de deforestación sea mucho más atractiva que la economía ilícita. Así mismo, es fundamental que “la gobernanza territorial empiece a generar un blindaje que aísle a esos actores”. “Hoy esa batalla la tenemos perdida”, añade.
Como explica Muhamad, esos componentes funcionarán si, además, se desarrolla el tercer elemento de la estrategia, que tiene que ver con la justicia y la profundización en investigaciones criminales. Eso le permitirá al Gobierno saber cuáles son los “determinadores de la deforestación, a todo ese ciclo de la economía ilícita que tiene que ver con lavado de activos e inversiones en tierra, y a generar procesos de justicia ejemplarizantes”.
“Hay que fortalecer la justicia y espero que la voluntad política abra puertas, porque mi impresión es que, es posible que se haya avanzado, pero no necesariamente había la voluntad política”, anota. “Para que hoy tengamos un nivel de penetración de esas estructuras, de esa capacidad logística y financiera, tiene que haber apoyo político tanto regional como nacional”.
Fuerza pública y fortalecimiento territorial
El cuarto componente de la estrategia para contener a deforestación están relacionados con lo que Muhamad llama el “control territorial con la ayuda de la fuerza pública”, que “se debe hacer bajo la lógica de contención” y “de manera coordinada con las instituciones civiles”. Para el Ministerio de Ambiente, eso es clave para “contener” la deforestación del último trimestre, un lapso en el que la tasas de tala ilegal suelen dispararse.
El quinto elemento de este plan está relacionado con el “fortalecimiento institucional territorial”. “Se necesitan instituciones del Estado, en territorio, permanentes”, explica. “Hay algo que a mí me ilusiona mucho, que queremos materializar, y es el Servicio Nacional Forestal y que eso lo podamos atar a ciencia y tecnología, a la lógica de cómo aprendemos de la biodiversidad. Debe haber también fortalecimiento institucional a todo nivel. En esos territorios no hay un Estado Social de Derecho fuerte; debemos fortalecerlo”.
La idea es que todos estos elementos se pongan en marcha este 2022 y el Gobierno pueda entender con más claridad qué está funcionando y qué debe ajustar antes de que se presente el Plan Nacional de Desarrollo.
Como le contó a El Espectador, espera que esta ruta sea un camino para que el país pueda, en un momento, restaurar el mismo número de hectáreas que deforesta año tras año, para así convertirse en un “capturador” de CO2. “Restaurar del páramo al mar”, es como Muhamad llama a este nuevo proceso.
Por el momento, las noticias no son buenas: el país ha deforestado, aproximadamente, unas 3 millones de hectáreas y tan solo ha restaurado 500 mil.
*Lea mañana, 8 de septiembre, la entrevista completa con la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, en la versión impresa de El Espectador.
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