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Después de unos cuantos metros bajo la superficie del mar la luz deja de penetrar y el entorno se oscurece. En las profundidades del océano reina la oscuridad absoluta. Pero, ¿cómo hacen los animales como los delfines, las ballenas o las focas para cazar su alimento? Hasta el momento, la respuesta para las dos primeras especies era clara. Para la última, no tanto. Sin embargo, un estudio publicado recientemente parece tener la respuesta. (Puede leer: ¿Qué se sabe de la desaparición de periodista e indigenista en la Amazonia?)
La clave, según señala la investigación que fue publicada en Proceedings of the National Academy of Science, apunta a los bigotes faciales móviles que caracterizan a las focas elefantes. Para comprobarlo, los ocho científicos que participaron en el estudio, ubicaron pequeñas cámaras de video en diferentes partes del cuerpo de cinco focas que viven en libertad en Año Nuevo, un parque estatal ubicado en California.|
Lo que descubrieron luego de analizar los videos, es que los elefantes marinos -como también se conoce a estos animales- capturan sus presas detectando el movimiento del agua. Para identificar esos movimientos, las focas “extendían sus bigotes por delante de la boca. Realizaban un movimiento rítmico de los bigotes para buscar señales hidrodinámicas”, apunta la investigación. (Le puede interesar: Aire contaminado reduce la esperanza de vida mundial en 2 años)
La dinámica es la siguiente. En los primeros metros, los bigotes de los elefantes marinos permanecen enroscados cerca de la cara. A medida que se sumergen, despliegan sus bigotes y se mueven de un lado hacia otro intentando percibir el movimiento. De regreso a la superficie, los largos bigotes aparecen enroscados nuevamente.
Además de observar y describir la estrategia utilizada por estos mamíferos, el estudio también fue capaz de identificar la importancia de esta dentro de la caza de estos mamíferos. “Los registradores de eventos de alimentación con sensores de luz demostraron que la bioluminiscencia contribuía sólo a un 20 % del éxito general de la búsqueda de alimento”, señala la investigación. Esto quiere decir, que el éxito de la alimentación en las profundidades del mar para los elefantes marinos depende un 80 % de sus bigotes. (También puede leer: Los peces son más depredadores en los mares cálidos)
Para los científicos, liderados por Taiki Adachi, del departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California en Santa Cruz (Estados Unidos), la importancia de esta investigación radica en que “el papel de los bigotes pone de relieve una alternativa evolutiva a la ecolocalización para adaptarse a la extrema oscuridad del entorno de las profundidades oceánicas”.