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Esta semana, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) hizo un anuncio que atrajo la atención de millones de personas alrededor del mundo: el martes (4 de julio), declaró oficialmente la llegada del fenómeno de El Niño. Un día después, lanzó un informe que pasó desapercibido, pero que muestra el estado del clima en América Latina y el Caribe durante 2022. (Puede leer: La científica que metió la biodiversidad colombiana en un laboratorio)
Uno de los primeros datos que arroja el extenso documento, es que, en los últimos 30 años las temperaturas se han calentado a una media de 0,2 °C por década, siendo esta la tasa más alta registrada para la región. Esto, advierte esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “destaca un círculo vicioso de impactos en espiral sobre los países y las comunidades locales”.
Pero, ¿a qué se refiere la OMM con círculos viciosos? Para comprenderlo mejor, la organización da tres ejemplos. En el primero, menciona que la prolongada sequía llevó a que la producción de las hidroeléctricas disminuyera en varias regiones de Sudamérica. Esto, a su vez, llevó a un aumento en la demanda de combustibles fósiles. (Le puede interesar: Avistan ballenas grises que buscarían ayuda de personas para quitarles parásitos)
El calor extremo “se combinó con la sequedad de los suelos” y esto produjo incendios forestales sin precedentes. Por esta razón, las emisiones de dióxido de carbono fueron las más altas de las últimas dos décadas, “fijando así temperaturas aún más elevadas”, destaca la agencia.
Otro fenómeno acelerado por el cambio climático que, a su vez genera un círculo vicioso, es el deshielo de los glaciares. Como reseña la OMM en su informe, este ha empeorado, amenazando no solo a los ecosistemas y a la futura seguridad hídrica de millones de personas, sino que al perder el manto de nieve, “los glaciares sucios y oscuros absorbieron más radiación solar, lo que aceleró el deshielo”. (También puede leer: Galería: las increíbles ganadoras de un concurso de fotografías de aves)
Respecto al informe, Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, señaló que “los ciclones tropicales, las fuertes precipitaciones y las inundaciones, así como las graves sequías plurianuales provocaron pérdidas de vidas humanas y miles de millones en daños económicos a lo largo de 2022. El aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos plantean riesgos cada vez mayores para los medios de subsistencia, los ecosistemas y las economías costeras”.
Pero los impactos del cambio climático no solo están generando una especie de círculo vicioso en la región. El documento también destaca que durante 2022 se perdieron más de 9.000 millones de dólares, principalmente por sequías y tormentas. Sin embargo, asegura la OMM, esta cifra podría ser mucho más alta, pues en algunos países aún no existen datos sobre los impactos. (Puede interesarle: Transporte marítimo: los países adoptan un nuevo plan para su descarbonización)
“Las principales áreas prioritarias para la adaptación al cambio climático y su mitigación en la región son la agricultura y la seguridad alimentaria, y la energía”, apuntó Taalas, quien destacó que el informe también resalta el potencial sin explotar de las energías renovables, sobre todo las que tienen que ver con los recursos solares y eólicos.
Por último, el Secretario General resaltó que “muchos de los fenómenos extremos estuvieron influidos por La Niña, de larga duración, pero también llevaron el sello distintivo del cambio climático inducido por el hombre”. Por eso, ante El Niño que acaba de llegar, y “que aumentará la temperatura y traerá consigo más fenómenos meteorológicos”, Taalas hizo un llamado a utilizar las alertas tempranas.