Los gatos domésticos libres tienen una dieta devastadora para los ecosistemas
Los gatos domésticos, una especie domesticada desde hace más de 9.000 años y ahora ubicada en todo el mundo, excepto en la Antártida, han desempeñado un papel crucial en la modificación de ecosistemas donde han sido introducidos. Cuando estos felinos tienen acceso a un ambiente externo representan una amenaza para la biodiversidad.
Los gatos domésticos (Felis catus) fueron domesticados hace más de 9.000 años y hoy están en prácticamente todo el mundo. Habitan todos los continentes, excepto la Antártida, y han sido introducidos en cientos de islas por los humanos. Aunque hoy son tan queridos como los perros (otro animal domesticado), la distribución de los gatos ha alterado muchos ecosistemas en los que fueron introducidos.
Los gatos no solo tienen el potencial de trasmitir nuevas enfermedades a una gran variedad de especies, incluidos los humanos, sino que hoy superan a los félidos nativos (familia que familia incluye especies como leones, tigres, leopardos, jaguares, guepardos, linces, entre otros) y amenazan la integridad genética de los félidos silvestres. Quizá aún más grave, los gatos en libertad (es decir, gatos con dueño o sin dueño con acceso al ambiente exterior) se encuentran entre las especies invasoras más problemáticas del mundo, pues se aprovechan de la fauna nativa y han llevado a muchas especies a la extinción.
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Un atributo que ha permitido a los gatos ser invasores exitosos es su dieta generalista: son depredadores oportunistas y carnívoros obligados, lo que significa que pueden subsistir únicamente con la humedad y los nutrientes presentes en la carne. Han evolucionado para obtener todos esos nutrientes de fuentes animales. Aunque consumen material vegetal ocasionalmente, dependen en gran medida de una dieta rica en proteínas animales para satisfacer sus demandas energéticas. Esto les lleva a depredar y carroñear una amplia gama de animales para sobrevivir.
Saber qué comen los gatos domésticos es importante para dimensionar el impacto en el ecosistema de aquellos que tienen acceso al ambiente externo. Durante más de 100 años se han realizado análisis dietéticos para gatos en todo el mundo, revelando que las aves o los pequeños mamíferos son las presas dominantes, a menudo dependiendo de los ecosistemas en los que se realizaron los estudios. Hasta ahora, sin embargo, no ha habido ningún intento global de documentar el complemento de especies consumidas por los gatos. Ese vacío comenzó a ser llenado con un estudio publicado recientemente en Nature.
Las estimaciones anteriores de la dieta de los gatos incluían 248 especies de vertebrados e invertebrados en islas de todo el mundo y 833 especies de vertebrados en Australia. La nueva investigación, sin embargo, identifica 2.084 especies depredadas, carroñeras o consumidas de otra manera por gatos, incluido casi el 9% de las aves conocidas, más del 6% de los mamíferos conocidos y aproximadamente el 4% de los reptiles conocidos. Entre las especies consumidas, 347 (16,65%) figuraban como casi amenazadas o de mayor preocupación en la Lista Roja de la UICN.
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Si bien se descubrió que los estudios sobre la dieta de los gatos están distribuidos globalmente, la mayoría provienen de Australia y América del Norte, mientras que África, partes de Eurasia y América del Sur están subrepresentadas. Como tal, dicen los autores de la investigación, existe una gran probabilidad de que a medida que se realicen más estudios, se agreguen a nuestra lista más especies de interés.
Al interpretar los resultados, los investigadores creen que el hallazgo de que los gatos consumen una gran cantidad de especies de aves no es sorprendente, dado que hay más especies de aves que mamíferos a nivel mundial y que existen aves en muchas islas habitadas por gatos.
Lo que en su opinión sí resulta sorprendente es el número relativamente alto de anfibios e insectos identificados en la dieta, sobre todo teniendo en cuenta que muchos estudios no tienen una resolución taxonómica completa de los insectos. Y es que debido a la naturaleza de la piel y el exoesqueleto de los anfibios e invertebrados, respectivamente, a menudo hay menos material físico para evaluar los restos en las heces o la digesta de los gatos, por lo que se hace más difícil determinar su presencia en la dieta.
“Lo que queda claro a partir de la diversidad de especies encontradas en la dieta de los gatos es que los gatos depredan y carroñean una gran fracción de las especies presentes en todo el rango disponible en los paisajes en los que se alimentan y que son representativos de la distribución de todas las especies según lo indicado por el cuerpo”, se puede leer en el estudio. “La alta representación de especies de interés para la conservación en las dietas de los gatos (16,65%) es preocupante, dado que los gatos ya han sido vinculados con el 26% de las extinciones de aves, mamíferos y reptiles a nivel mundial y son reconocidos como amenazas importantes para muchas especies amenazadas existentes”, agregan.
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Aun con esas cifras, los investigadores creen que sus datos están subestimados y que es posible que a medida que se realicen más investigaciones, los animales consumidos de los gatos vayan creciendo.
Aparte de la depredación, los gatos en libertad tienen otros impactos en el medio ambiente. Estos incluyen enfermedades transmitidas que afectan la vida silvestre y la salud y el bienestar humanos, incluidas la toxoplasmosis, la peste y la rabia. “(...) Los gatos en libertad que viven en clowders (también conocidos como colonias) pueden exacerbar estos problemas y presentar problemas adicionales que incluyen una carga excesiva de nutrientes, saneamiento y conflictos con la vida silvestre”, dicen los investigadores.
Finalmente, el estudio concluye que la simple presencia de gatos al aire libre puede crear “paisajes de miedo” que resultan en cambios en el comportamiento de la vida silvestre, desde el lugar donde se encuentra una especie en el paisaje hasta sus decisiones de búsqueda de alimento y su éxito reproductivo, lo cual es de particular preocupación para las especies amenazadas. “Estos impactos brindan un fuerte impulso para promover políticas e iniciativas de gestión que buscan reducir los impactos de los gatos en libertad”.
Frente a estos hallazgos, las recomendaciones de los biólogos siempre han estado dirigidas a una tendencia responsable de estos animales, lo que implica que no tengan acceso libre a los ambientes externos, no solo incluso para el cuidado de los ecosistemas, sino también para la propia preservación de las mascotas.
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Los gatos domésticos (Felis catus) fueron domesticados hace más de 9.000 años y hoy están en prácticamente todo el mundo. Habitan todos los continentes, excepto la Antártida, y han sido introducidos en cientos de islas por los humanos. Aunque hoy son tan queridos como los perros (otro animal domesticado), la distribución de los gatos ha alterado muchos ecosistemas en los que fueron introducidos.
Los gatos no solo tienen el potencial de trasmitir nuevas enfermedades a una gran variedad de especies, incluidos los humanos, sino que hoy superan a los félidos nativos (familia que familia incluye especies como leones, tigres, leopardos, jaguares, guepardos, linces, entre otros) y amenazan la integridad genética de los félidos silvestres. Quizá aún más grave, los gatos en libertad (es decir, gatos con dueño o sin dueño con acceso al ambiente exterior) se encuentran entre las especies invasoras más problemáticas del mundo, pues se aprovechan de la fauna nativa y han llevado a muchas especies a la extinción.
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Un atributo que ha permitido a los gatos ser invasores exitosos es su dieta generalista: son depredadores oportunistas y carnívoros obligados, lo que significa que pueden subsistir únicamente con la humedad y los nutrientes presentes en la carne. Han evolucionado para obtener todos esos nutrientes de fuentes animales. Aunque consumen material vegetal ocasionalmente, dependen en gran medida de una dieta rica en proteínas animales para satisfacer sus demandas energéticas. Esto les lleva a depredar y carroñear una amplia gama de animales para sobrevivir.
Saber qué comen los gatos domésticos es importante para dimensionar el impacto en el ecosistema de aquellos que tienen acceso al ambiente externo. Durante más de 100 años se han realizado análisis dietéticos para gatos en todo el mundo, revelando que las aves o los pequeños mamíferos son las presas dominantes, a menudo dependiendo de los ecosistemas en los que se realizaron los estudios. Hasta ahora, sin embargo, no ha habido ningún intento global de documentar el complemento de especies consumidas por los gatos. Ese vacío comenzó a ser llenado con un estudio publicado recientemente en Nature.
Las estimaciones anteriores de la dieta de los gatos incluían 248 especies de vertebrados e invertebrados en islas de todo el mundo y 833 especies de vertebrados en Australia. La nueva investigación, sin embargo, identifica 2.084 especies depredadas, carroñeras o consumidas de otra manera por gatos, incluido casi el 9% de las aves conocidas, más del 6% de los mamíferos conocidos y aproximadamente el 4% de los reptiles conocidos. Entre las especies consumidas, 347 (16,65%) figuraban como casi amenazadas o de mayor preocupación en la Lista Roja de la UICN.
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Si bien se descubrió que los estudios sobre la dieta de los gatos están distribuidos globalmente, la mayoría provienen de Australia y América del Norte, mientras que África, partes de Eurasia y América del Sur están subrepresentadas. Como tal, dicen los autores de la investigación, existe una gran probabilidad de que a medida que se realicen más estudios, se agreguen a nuestra lista más especies de interés.
Al interpretar los resultados, los investigadores creen que el hallazgo de que los gatos consumen una gran cantidad de especies de aves no es sorprendente, dado que hay más especies de aves que mamíferos a nivel mundial y que existen aves en muchas islas habitadas por gatos.
Lo que en su opinión sí resulta sorprendente es el número relativamente alto de anfibios e insectos identificados en la dieta, sobre todo teniendo en cuenta que muchos estudios no tienen una resolución taxonómica completa de los insectos. Y es que debido a la naturaleza de la piel y el exoesqueleto de los anfibios e invertebrados, respectivamente, a menudo hay menos material físico para evaluar los restos en las heces o la digesta de los gatos, por lo que se hace más difícil determinar su presencia en la dieta.
“Lo que queda claro a partir de la diversidad de especies encontradas en la dieta de los gatos es que los gatos depredan y carroñean una gran fracción de las especies presentes en todo el rango disponible en los paisajes en los que se alimentan y que son representativos de la distribución de todas las especies según lo indicado por el cuerpo”, se puede leer en el estudio. “La alta representación de especies de interés para la conservación en las dietas de los gatos (16,65%) es preocupante, dado que los gatos ya han sido vinculados con el 26% de las extinciones de aves, mamíferos y reptiles a nivel mundial y son reconocidos como amenazas importantes para muchas especies amenazadas existentes”, agregan.
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Aun con esas cifras, los investigadores creen que sus datos están subestimados y que es posible que a medida que se realicen más investigaciones, los animales consumidos de los gatos vayan creciendo.
Aparte de la depredación, los gatos en libertad tienen otros impactos en el medio ambiente. Estos incluyen enfermedades transmitidas que afectan la vida silvestre y la salud y el bienestar humanos, incluidas la toxoplasmosis, la peste y la rabia. “(...) Los gatos en libertad que viven en clowders (también conocidos como colonias) pueden exacerbar estos problemas y presentar problemas adicionales que incluyen una carga excesiva de nutrientes, saneamiento y conflictos con la vida silvestre”, dicen los investigadores.
Finalmente, el estudio concluye que la simple presencia de gatos al aire libre puede crear “paisajes de miedo” que resultan en cambios en el comportamiento de la vida silvestre, desde el lugar donde se encuentra una especie en el paisaje hasta sus decisiones de búsqueda de alimento y su éxito reproductivo, lo cual es de particular preocupación para las especies amenazadas. “Estos impactos brindan un fuerte impulso para promover políticas e iniciativas de gestión que buscan reducir los impactos de los gatos en libertad”.
Frente a estos hallazgos, las recomendaciones de los biólogos siempre han estado dirigidas a una tendencia responsable de estos animales, lo que implica que no tengan acceso libre a los ambientes externos, no solo incluso para el cuidado de los ecosistemas, sino también para la propia preservación de las mascotas.
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