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En 2022, la humanidad generó 62 millones de toneladas de desechos electrónicos, que van desde teléfonos hasta televisores desechados. Esta cantidad es el equivalente a un millón y medio de camiones que, puestos en fila, darían la vuelta al mundo por la línea del Ecuador, según un nuevo estudio publicado por diferentes entidades, entre estas el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR).
Europa es el continente que más está generando estos desechos: 17,6 kg por persona. Se estima que allí solo se recicla el 42,8 %. Le sigue Oceanía con 16,1 kg generados por persona, en promedio, y una tasa de reciclaje del 41,4 %; y las Américas con 14.1 kg generados y un porcentaje de reciclaje solo del 30 %. Aunque en Asia y África, la generación de este tipo de desechos es mucho más baja respecto a los otros continentes, el porcentaje de reciclaje está en 11,8 % y 0.018%, respectivamente. (Lea: Alemania quiere comprarle hidrógeno verde a Colombia, pero hay varios retos)
A nivel global solo el 22,3 % (14 millones de toneladas) de los residuos electrónicos fueron reciclados adecuadamente en 2022, lo que aumenta los riesgos de contaminación, una de las tres crisis que enfrenta el planeta, junto al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. La generación de este tipo de residuos crece a un ritmo cinco veces superior a su reciclaje, de acuerdo con el estudio.
The Global E-waste Monitor 2024 señala que cada año la cifra está aumentando en 2,6 millones de toneladas, en todo el mundo, lo que supone que, en 2030 los residuos tecnológicos alcanzarían los 82 millones de toneladas, que representarían un aumento del 33% respecto a la cifra de 2022.
Para Cosmas Luckyson Zavazava, director de la Oficina de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, el hecho de que menos de la mitad de los países del mundo apliquen y hagan cumplir medidas para gestionar el problema, hace sonar la alarma en favor de una normativa sólida que impulse la recogida y el reciclaje. (Lea: No solo es la deforestación, la minería ilegal también amenaza a los boques amazónicos)
El estudio también menciona que, de las 62 millones de toneladas, 18 millones se manejan en países de ingresos bajos y medianos bajos sin una infraestructura desarrollada para su gestión, principalmente por el sector informal; mientras que 14 millones se eliminan como desechos residuales, y terminan en vertederos en todo el mundo.
¿Cómo están distribuidos estos desechos?
Según The Global E-waste Monitor, la mayor parte de los residuos corresponde a metal, con 31 millones de toneladas, seguido del plástico con 17 millones, y otros materiales como minerales, vidrio y materiales compuestos, representan 14 millones más.
Los metales incrustados de los desechos electrónicos generados en 2022, tienen un valor estimado de 50.000 millones de dólares: 19.000 millones de dólares en cobre, 15.000 más en oro y otros 16.000 millones de dólares en hierro.
El estudio también menciona, que, parte de esta problemática radica en el progreso tecnológico, el mayor consumo, las limitadas opciones de reparación, los ciclos de vida más cortos de los productos, la creciente electronificación de la sociedad, las deficiencias de diseño y la inadecuada infraestructura de gestión de los residuos electrónicos.
Aunque actualmente se recicla solo el 22,3 %, se prevé que este porcentaje se reduzca al 20 % para 2030 debido a la creciente diferencia en los esfuerzos de reciclaje en relación con el crecimiento de la generación de residuos electrónicos en todo el mundo. Por esto, Nikhil Seth, director ejecutivo del UNITAR, dijo que “en medio de la esperanzadora acogida de los paneles solares y los equipos electrónicos para combatir la crisis climática e impulsar el progreso digital, el aumento de los residuos electrónicos requiere atención urgente”.