"Los pesticidas son los responsables de la muerte de 200.000 personas cada año": ONU

El 99% de las muertes corresponden a países en desarrollo. En un reciente informe, la entidad hace severas críticas a la industria que fabrica estos productos y desmiente algunos mitos sobre la necesidad de usar plaguicidas para aumentar la producción agrícola.

Tatiana Pardo @Tatipardo2
08 de marzo de 2017 - 05:03 p. m.
La ONU advierte que la industria de pesticidas genera  "tácticas de marketing agresivas y poco éticas" que esconden los daños ambientales y a la salud de sus productos.  / Pixabay: skeeze
La ONU advierte que la industria de pesticidas genera "tácticas de marketing agresivas y poco éticas" que esconden los daños ambientales y a la salud de sus productos. / Pixabay: skeeze
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Aunque los plaguicidas y la fabricación de tecnologías innovadoras han sido grandes aliados para mantener la producción agrícola a escala global, lo cierto es que las ventajas se están viendo opacadas por los impactos al medio ambiente y la salud de las personas. Un nuevo informe de las Naciones Unidas critica severamente a las grandes corporaciones que los fabrican, acusándolas de "negación sistemática de los daños" y "tácticas de marketing agresivas y poco éticas".

“Los pesticidas son los responsables de la muerte de 200.000 personas cada año, el 99% correspondientes a países en desarrollo, donde la salud, seguridad y las regulaciones ambientales son débiles y con una normativa poco aplicada”, advierte el documento, que aborda la relación entre estos químicos y los derechos humanos, al considerar que generan “impactos catastróficos en la salud y la sociedad en general”.

De acuerdo con el informe, los plaguicidas no solo alteran el equilibrio ecológico de la naturaleza entre depredadores y presas, sino que además disminuyen la biodiversidad de los suelos, lo que reduce la calidad de los cultivos y ocasiona un problema de seguridad alimentaria, contamina el aire, los alimentos y el agua para consumo humano.

"La industria usa con frecuencia el término 'mal uso intencional' para transferir la culpa al usuario por los impactos evitables de pesticidas peligrosos", dice el texto. "Sin embargo, claramente la responsabilidad de proteger a los usuarios y otras personas durante todo el ciclo de vida de los plaguicidas y en toda la cadena minorista recae en el fabricante".

La industria del plaguicida sostiene que sus productos -un mercado que vale alrededor de 50.000 millones de dólares al año y que crece cada día- son vitales para proteger los cultivos y asegurar suficientes suministros de alimentos a una población que, se calcula, será de 9.000 millones de personas en 2050.

“Pero eso es un mito", dice Hilal Elver, la relatora especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación. "El uso de más plaguicidas no tiene nada que ver con deshacerse del hambre. La producción definitivamente está aumentando, pero el problema es la pobreza, la desigualdad y la distribución”.

En varios estudios se ha identificado que la exposición a plaguicidas se relaciona con el cáncer, las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, trastornos hormonales, trastornos del desarrollo y esterilidad. También pueden causar efectos neurológicos en la salud como pérdida de memoria, pérdida de coordinación y disminución de la capacidad visual. Así como otros posibles efectos que incluyen el asma, alergias e hipersensibilidad.

Aunque no hay una cifra exacta sobre el número de personas en el mundo que sufren alguna enfermedad producto del contacto con pesticidas, se calcula que puede variar entre 1 y 41 millones de personas afectadas cada año.

"Si bien la investigación científica confirma los efectos adversos de los plaguicidas, demostrar un vínculo definitivo entre la exposición y las enfermedades o condiciones humanas o daños al ecosistema presenta un desafío considerable. Este desafío ha sido exacerbado por una negación sistemática, alimentada por los plaguicidas y la agroindustria, de la magnitud de los daños infligidos por estas sustancias químicas y tácticas de marketing agresivas y poco éticas", advierte la ONU.

Los niños son los que más preocupan. Aunque se dispone de pocos datos, la Organización Internacional del Trabajo calcula que alrededor del 60% de los niños trabajadores de todo el mundo laboran en la agricultura, como mano de obra en países subdesarrollados, por lo que podrían estar en contacto directo con pesticidas y plaguicidas dado que no conocen las implicaciones a las que están expuestos.

Las comunidades que viven cerca de plantaciones donde se usan estos químicos tampoco se salvan, ni las comunidades indígenas e inmigrantes. “En Estados Unidos el 90% de los trabajadores agrícolas eran indocumentados y su consecuente falta de protección legal y seguro de salud los ponía en mayor riesgo por el uso de pesticidas”, comenta Elver.

Finalmente, el informe concluye que el “modelo agrícola dominante actual es altamente problemático, no solo por los daños causados ​​por el uso de plaguicidas, sino también por sus efectos sobre el cambio climático, la biodiversidad y la incapacidad de garantizar la soberanía alimentaria”.

Por Tatiana Pardo @Tatipardo2

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