Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La mariposa blanca del majuelo (Aporía crataegi), una especie que se extinguió hace 100 años, apareció en una reserva natural cerca de Croydon, en Gran Bretaña. Esto generó alerta entre los investigadores, pues, según ellos, la reintroducción de especies raras o extintas de mariposas podría generar enfermedades y poner en riesgo la liberación planificada de otras especies (Lea también: Chile redobla esfuerzos ante mortandad de fauna marina por gripe aviar).
Además, la reintroducción de especies requiere el visto bueno del Natural England, la entidad de control de conservación del gobierno, sin contar que se debe solicitar permiso cada que se quiera transportar una especie rara de mariposa a otros lugares (Le podría interesar: Incendios se intensifican en Canadá y podrían durar “todo el verano”).
“Es ilegal liberar una especie extinta a Gran Bretaña en un Sitio de Interés Científico Especial (SSSI) sin control de enfermedades”, afirmó en The Guardian Dan Hoare, director de conservación de Butterfly Conservation, sobre el regreso del blanco veteado de negro.
Hoare también agregó que existe evidencia científica de que esto podría ser no solo poco eficaz, sino altamente dañino.
Por ahora, unas 15 mariposas blancas del majuelo han sido vistas en la reserva de Hutchinson’s Bank del London Wildlife Trust. Pero ese no ha sido el único caso, pues en los últimos años también han aparecido repentinamente especies británicas en peligro de extinción, como la fritillary de Glanville, la fritillary de los pantanos y el duque de Borgoña.
Es poco probable que las mariposas lleguen a esos sitios de forma natural, lo que indicaría que criadores las pusieron allí en secreto.
Además, las liberaciones deshonestas podrían tener consecuencias en la genética de otras subespecies de mariposas.
Sin embargo, The Guardian consultó a un criador de mariposas que hace parte de las liberaciones clandestinas. Según él, la restauración de las organizaciones benéficas y estatales es “demasiado lenta” y “no existe” evidencia de enfermedades introducidas accidentalmente o de “genes letales” que dañan otras poblaciones de mariposas o invertebrados. Lo máximo que puede suceder, según el criador, es que las especies introducidas extraoficialmente desaparezcan años después.
Por lo pronto, el Natural England habló de otras especies que han sido reintroducidas con éxito bajo vigilancia oficial. El Gran Azul, por ejemplo, se extinguió en Gran Bretaña durante 1979 y fueron necesarios 30 años de gestión para que se llevaran nuevamente a Devon, en ese país.
También está el caso de la mariposa Speyeria de Pantano, cuyas colonias desaparecieron en 2004. Tras la preservación de 42 mil de sus larvas, hoy en día esa especie de mariposas prospera nuevamente en Cumbría.