Los suelos negros se están degradando y esto puede afectar la seguridad alimentaria
Producto de las crecientes amenazas que hay sobre los suelos negros, muchos cereales, verduras y frutas que obtenemos de los suelos no tienen tantas vitaminas ni nutrientes como hace 70 años, afirmó la FAO.
Ayer se celebró el Día Mundial del Suelo que buscaba “concienciar sobre el papel de los suelos en la seguridad alimentaria y cómo la pérdida de fertilidad del suelo se traduce en un bajo rendimiento de las cosechas y en malas cosechas, llevando a las poblaciones locales al hambre, la malnutrición y la pobreza”, afirmó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). (Puede leer: Incautan más de 1.000 kilos de pesca ilegal en el Pacífico colombiano)
Durante la celebración, esta agencia de las Naciones Unidas lanzó el primer informe sobre el ‘Estado global de los suelos negros’, que ocupan 725 millones de hectáreas de la superficie terrestre y que, como exalta la FAO, “poseen una gran fertilidad, representan la base alimentaria de muchos países y son esenciales para el suministro mundial de víveres”.
Sin embargo, el lanzamiento de este documento también sirvió para alertar las amenazas que enfrentan los suelos negros y advertir sobre los impactos que estos tendrían en la seguridad alimentaria de varias naciones. (Le puede interesar: Qué hacer para que las nuevas metas de biodiversidad no fracasen como las anteriores)
El informe destaca que la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y los cambios en los usos de la tierra son las principales amenazas que enfrentan los suelos negros, de los cuales 327 millones de hectáreas, casi la mitad, se encuentran en Rusia. Estos fenómenos han llevado a que la mayoría de los suelos negros ya han perdido al menos el 50 % de sus reservas de carbono orgánico. Además, estos suelos enfrentan procesos de erosión de moderados a graves.
Uno de los grandes problemas para la humanidad, bajo este panorama, tiene que ver con el impacto que estas amenazas tienen sobre la producción de alimentos, pues el 95 % de estos provienen de manera directa o indirecta de los suelos. “De los 18 nutrientes esenciales para las plantas, 15 los aportan los suelos, si están sanos”, apunta la FAO. (También puede leer: Chile en alerta por posible erupción del volcán Villarrica)
Esta situación ha llevado, según esta agencia, a que muchos cereales, verduras y frutas que obtenemos de los suelos no tengan tantas vitaminas ni nutrientes como hace siete décadas.
Por eso, Qu Dongyu, director general de la FAO, hizo un llamado para “trabajar unidos para producir alimentos inocuos, nutritivos y ricos en micronutrientes de una forma sostenible que evite la degradación del suelo, reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuya la contaminación de los sistemas agroalimentarios”. (Puede interesarle: Los 5 Parques Naturales colombianos que están en cuidados intensivos)
Pero, los suelos negros no solo están vinculados con nuestra alimentación. Como resalta la FAO, estos también juegan un rol fundamental en la adaptación y mitigación al cambio climático, pues actualmente captura el 8,2% del carbono que se emite y podría llegar a secuestrar hasta el 10%.
Ayer se celebró el Día Mundial del Suelo que buscaba “concienciar sobre el papel de los suelos en la seguridad alimentaria y cómo la pérdida de fertilidad del suelo se traduce en un bajo rendimiento de las cosechas y en malas cosechas, llevando a las poblaciones locales al hambre, la malnutrición y la pobreza”, afirmó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). (Puede leer: Incautan más de 1.000 kilos de pesca ilegal en el Pacífico colombiano)
Durante la celebración, esta agencia de las Naciones Unidas lanzó el primer informe sobre el ‘Estado global de los suelos negros’, que ocupan 725 millones de hectáreas de la superficie terrestre y que, como exalta la FAO, “poseen una gran fertilidad, representan la base alimentaria de muchos países y son esenciales para el suministro mundial de víveres”.
Sin embargo, el lanzamiento de este documento también sirvió para alertar las amenazas que enfrentan los suelos negros y advertir sobre los impactos que estos tendrían en la seguridad alimentaria de varias naciones. (Le puede interesar: Qué hacer para que las nuevas metas de biodiversidad no fracasen como las anteriores)
El informe destaca que la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y los cambios en los usos de la tierra son las principales amenazas que enfrentan los suelos negros, de los cuales 327 millones de hectáreas, casi la mitad, se encuentran en Rusia. Estos fenómenos han llevado a que la mayoría de los suelos negros ya han perdido al menos el 50 % de sus reservas de carbono orgánico. Además, estos suelos enfrentan procesos de erosión de moderados a graves.
Uno de los grandes problemas para la humanidad, bajo este panorama, tiene que ver con el impacto que estas amenazas tienen sobre la producción de alimentos, pues el 95 % de estos provienen de manera directa o indirecta de los suelos. “De los 18 nutrientes esenciales para las plantas, 15 los aportan los suelos, si están sanos”, apunta la FAO. (También puede leer: Chile en alerta por posible erupción del volcán Villarrica)
Esta situación ha llevado, según esta agencia, a que muchos cereales, verduras y frutas que obtenemos de los suelos no tengan tantas vitaminas ni nutrientes como hace siete décadas.
Por eso, Qu Dongyu, director general de la FAO, hizo un llamado para “trabajar unidos para producir alimentos inocuos, nutritivos y ricos en micronutrientes de una forma sostenible que evite la degradación del suelo, reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuya la contaminación de los sistemas agroalimentarios”. (Puede interesarle: Los 5 Parques Naturales colombianos que están en cuidados intensivos)
Pero, los suelos negros no solo están vinculados con nuestra alimentación. Como resalta la FAO, estos también juegan un rol fundamental en la adaptación y mitigación al cambio climático, pues actualmente captura el 8,2% del carbono que se emite y podría llegar a secuestrar hasta el 10%.