Más ciudades adoptan la dieta planetaria
Durante la Cumbre Mundial de Alcaldes en Copenhague un grupo nuevo de urbes se sumaron al compromiso de transformar sus sistemas de alimentación.
- Redacción Vivir
Un grupo conformado por 14 grandes ciudades del mundo se sumaron al proyecto global conocido como “Dieta de Salud Planetaria”. Se trata de una iniciativa que promueve una dieta que incluye alimentos equilibrados y nutritivos, y que tiene en cuenta la cultura, geografía y demografía de la ciudadanía.
Los mandatarios reunidos en Copenhague durante la Cumbre Mundial de Alcaldes se comprometieron a cambiar el tipo de comida que compran las ciudades e introducir políticas que hagan que los alimentos saludables, deliciosos y bajos en emisiones de carbono sean asequibles y accesibles para todo el mundo. También a reducir la pérdida y el desperdicio de comida.
Las ciudades que han firmado la Declaración son: Barcelona, Copenhague, Guadalajara, Lima, Londres, Los Ángeles, Milán, Oslo, París, Ciudad Quezón, Seúl, Estocolmo, Tokio y Toronto.
Una investigación del grupo Ciudades C40 publicada en junio de 2019 reveló que la comida es una de las principales fuentes de emisiones. Mantener una dieta sostenible y evitar el desperdicio de comida podría reducir las emisiones de gas invernadero provocadas por la comida que ingerimos en más de un 60 %.
Otro estudio de la comisión EAT-Lancet publicado en enero de 2019 descubrió que, si se adopta a nivel internacional, la “dieta de salud planetaria” reduciría las emisiones de forma dramática, proporcionaría una dieta equilibrada a 10 mil millones de personas.
Estas 14 ciudades signatarias sirven 500 millones de comidas al día en colegios, hospitales y edificios públicos. Por tanto, su compromiso beneficiará de forma directa a millones de personas y demostrará al mercado que hay una gran demanda de alimentos saludables, deliciosos y sostenibles.
El sistema de alimentación global es una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero y es responsable de aproximadamente un cuarto de las emisiones que han provocado la emergencia climática global. Si no se toman medidas se calcula que las emisiones asociadas a la producción, transporte, consumo y gestión de residuos de los alimentos, aumentarán en casi un 40 % para 2050. (El plato del futuro para salvar el planeta)
“En la actualidad, más de 820 millones de personas de todo el mundo sufren hambre y desnutrición. Al mismo tiempo, las tendencias en la dieta global también contribuyen a aumentar los casos de cardiopatías, diabetes y cáncer, lo que aumenta los costes sanitarios y provoca millones de muertes prematuras al año”, señalaron en un comunicado los gestores de la iniciativa.
Con el aumento de la población urbana en las ciudades del planeta, se espera que el 80 % de todos los alimentos producidos en el mundo se consuman en las ciudades para el año 2050, y debido a que la inseguridad alimentaria y el aumento de la obesidad son problemas cada vez más urbanos, las alcaldías reconocen el imperativo de actuar en interés de sus ciudadanos.
“La emergencia climática es más urgente que nunca y nuestra respuesta debe estar a la altura del desafío que tenemos por delante”, declaró el alcalde Giuseppe Sala. “Debemos encontrar la manera de lograr cambios en todos y cada uno de los sectores, y la alimentación es uno de los activos culturales y económicos más importantes de las comunidades urbanas. Enfrentarnos a las emisiones asociadas con el despilfarro de alimentos y las prácticas insostenibles en nuestros sistemas alimentarios supone una inmensa oportunidad para que las ciudades reduzcan aún más las emisiones y permitan a toda la ciudadanía tomar decisiones más sanas e informadas”.
Un grupo conformado por 14 grandes ciudades del mundo se sumaron al proyecto global conocido como “Dieta de Salud Planetaria”. Se trata de una iniciativa que promueve una dieta que incluye alimentos equilibrados y nutritivos, y que tiene en cuenta la cultura, geografía y demografía de la ciudadanía.
Los mandatarios reunidos en Copenhague durante la Cumbre Mundial de Alcaldes se comprometieron a cambiar el tipo de comida que compran las ciudades e introducir políticas que hagan que los alimentos saludables, deliciosos y bajos en emisiones de carbono sean asequibles y accesibles para todo el mundo. También a reducir la pérdida y el desperdicio de comida.
Las ciudades que han firmado la Declaración son: Barcelona, Copenhague, Guadalajara, Lima, Londres, Los Ángeles, Milán, Oslo, París, Ciudad Quezón, Seúl, Estocolmo, Tokio y Toronto.
Una investigación del grupo Ciudades C40 publicada en junio de 2019 reveló que la comida es una de las principales fuentes de emisiones. Mantener una dieta sostenible y evitar el desperdicio de comida podría reducir las emisiones de gas invernadero provocadas por la comida que ingerimos en más de un 60 %.
Otro estudio de la comisión EAT-Lancet publicado en enero de 2019 descubrió que, si se adopta a nivel internacional, la “dieta de salud planetaria” reduciría las emisiones de forma dramática, proporcionaría una dieta equilibrada a 10 mil millones de personas.
Estas 14 ciudades signatarias sirven 500 millones de comidas al día en colegios, hospitales y edificios públicos. Por tanto, su compromiso beneficiará de forma directa a millones de personas y demostrará al mercado que hay una gran demanda de alimentos saludables, deliciosos y sostenibles.
El sistema de alimentación global es una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero y es responsable de aproximadamente un cuarto de las emisiones que han provocado la emergencia climática global. Si no se toman medidas se calcula que las emisiones asociadas a la producción, transporte, consumo y gestión de residuos de los alimentos, aumentarán en casi un 40 % para 2050. (El plato del futuro para salvar el planeta)
“En la actualidad, más de 820 millones de personas de todo el mundo sufren hambre y desnutrición. Al mismo tiempo, las tendencias en la dieta global también contribuyen a aumentar los casos de cardiopatías, diabetes y cáncer, lo que aumenta los costes sanitarios y provoca millones de muertes prematuras al año”, señalaron en un comunicado los gestores de la iniciativa.
Con el aumento de la población urbana en las ciudades del planeta, se espera que el 80 % de todos los alimentos producidos en el mundo se consuman en las ciudades para el año 2050, y debido a que la inseguridad alimentaria y el aumento de la obesidad son problemas cada vez más urbanos, las alcaldías reconocen el imperativo de actuar en interés de sus ciudadanos.
“La emergencia climática es más urgente que nunca y nuestra respuesta debe estar a la altura del desafío que tenemos por delante”, declaró el alcalde Giuseppe Sala. “Debemos encontrar la manera de lograr cambios en todos y cada uno de los sectores, y la alimentación es uno de los activos culturales y económicos más importantes de las comunidades urbanas. Enfrentarnos a las emisiones asociadas con el despilfarro de alimentos y las prácticas insostenibles en nuestros sistemas alimentarios supone una inmensa oportunidad para que las ciudades reduzcan aún más las emisiones y permitan a toda la ciudadanía tomar decisiones más sanas e informadas”.