Más de 200 científicos alertan sobre impactos del deshielo en la Antártida
Un grupo de más de 200 científicos publicó un informe para orientar la toma de decisiones para la protección de esta región. Según el estudio, la Antártida y el océano austral son ecosistemas de importancia global por su capacidad para captar calor y el dióxido de carbono.
En la Antártida, el continente más al sur del planeta, las capas de hielo son como el suelo para un bosque. Según un informe reciente de más de 200 científicos, estas capas estarían disminuyendo en algunas áreas (llegando a su punto más bajo en la historia), afectando a ecosistemas enteros y posiblemente la estabilidad de los flujos globales.
Así lo describe un informe publicado recientemente, titulado “Evaluación de los ecosistemas marinos del Océano Austral” que alerta sobre indicadores críticos que apuntarían al riesgo que enfrentan sus ecosistemas.
De acuerdo con el estudio, estos hábitats están cambiando. En particular, bajo la forma del calentamiento de los océanos, el derretimiento de los glaciares, los cambios de la acidez del agua y, entre otros elementos, las actividades humanos estarían impactando todas las partes de este océano y a sus habitantes.
Vale señalar, además, que el mar ártico y sus ecosistemas, según el informe, juegan un papel clave en el sistema climático, debido a que es eje central de la red global de océanos y además sus aguas transportan gran parte de los nutrientes que contribuyen al crecimiento del plancton en el verano.
“La zona de hielo marino proporciona alimento esencial y seguridad a las crías de krill antártico y a los peces pequeños, y siembra el crecimiento expansivo del fitoplancton en primavera, nutriendo toda la red trófica. Es una plataforma sobre la que crían los pingüinos, descansan las focas y alrededor de la cual se alimentan las ballenas”, indicaron los autores del estudio a The Conversation.
Además de esto, el mar antártico provee alimentación y lugares de reproducción de especies migratorias de aves y mamíferos marinos.
“El Océano Antártico es un sistema vital crucial, no únicamente para la Antártida, sino para todo el planeta. Muchos otros organismos necesitarán la información que produjimos para tomar decisiones en esta década crítica para la acción sobre el clima”, indican los autores del estudio.
De esta manera, el estudio recomienda la implementación de protección local y regional de los ecosistemas, es crítico en contra de los efectos del cambio climáticos. Además, apunta a que, especies antárticas y los sistemas costeros, únicamente puede lograrse, con un alto grado de confianza a largo plazo, “mediante una acción mundial para frenar el cambio climático y la acidificación de los océanos”.
Por su parte, cómo indica el grupo de científicos, se necesitan modelos integrados para ver como estos cambios individuales en los ecosistemas impactan la vida humana y pueden traducirse en alteraciones en las redes alimentarias, comunitarias y de la biodiversidad.
“Estrategias de conservación de la biodiversidad del Océano Austral, incluida la gestión de las pesquerías, deben seguir desarrollándose conocimiento actual de las implicaciones del cambio climático, para garantizar la resiliencia de los ecosistemas del Océano Austral en el futuro, teniendo en cuenta no únicamente los cambios a largo plazo a largo plazo, sino también la posibilidad de a corto plazo y los fenómenos extremos”, concluye el estudio.
Puede leer el informe completo a través de este enlace.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜
En la Antártida, el continente más al sur del planeta, las capas de hielo son como el suelo para un bosque. Según un informe reciente de más de 200 científicos, estas capas estarían disminuyendo en algunas áreas (llegando a su punto más bajo en la historia), afectando a ecosistemas enteros y posiblemente la estabilidad de los flujos globales.
Así lo describe un informe publicado recientemente, titulado “Evaluación de los ecosistemas marinos del Océano Austral” que alerta sobre indicadores críticos que apuntarían al riesgo que enfrentan sus ecosistemas.
De acuerdo con el estudio, estos hábitats están cambiando. En particular, bajo la forma del calentamiento de los océanos, el derretimiento de los glaciares, los cambios de la acidez del agua y, entre otros elementos, las actividades humanos estarían impactando todas las partes de este océano y a sus habitantes.
Vale señalar, además, que el mar ártico y sus ecosistemas, según el informe, juegan un papel clave en el sistema climático, debido a que es eje central de la red global de océanos y además sus aguas transportan gran parte de los nutrientes que contribuyen al crecimiento del plancton en el verano.
“La zona de hielo marino proporciona alimento esencial y seguridad a las crías de krill antártico y a los peces pequeños, y siembra el crecimiento expansivo del fitoplancton en primavera, nutriendo toda la red trófica. Es una plataforma sobre la que crían los pingüinos, descansan las focas y alrededor de la cual se alimentan las ballenas”, indicaron los autores del estudio a The Conversation.
Además de esto, el mar antártico provee alimentación y lugares de reproducción de especies migratorias de aves y mamíferos marinos.
“El Océano Antártico es un sistema vital crucial, no únicamente para la Antártida, sino para todo el planeta. Muchos otros organismos necesitarán la información que produjimos para tomar decisiones en esta década crítica para la acción sobre el clima”, indican los autores del estudio.
De esta manera, el estudio recomienda la implementación de protección local y regional de los ecosistemas, es crítico en contra de los efectos del cambio climáticos. Además, apunta a que, especies antárticas y los sistemas costeros, únicamente puede lograrse, con un alto grado de confianza a largo plazo, “mediante una acción mundial para frenar el cambio climático y la acidificación de los océanos”.
Por su parte, cómo indica el grupo de científicos, se necesitan modelos integrados para ver como estos cambios individuales en los ecosistemas impactan la vida humana y pueden traducirse en alteraciones en las redes alimentarias, comunitarias y de la biodiversidad.
“Estrategias de conservación de la biodiversidad del Océano Austral, incluida la gestión de las pesquerías, deben seguir desarrollándose conocimiento actual de las implicaciones del cambio climático, para garantizar la resiliencia de los ecosistemas del Océano Austral en el futuro, teniendo en cuenta no únicamente los cambios a largo plazo a largo plazo, sino también la posibilidad de a corto plazo y los fenómenos extremos”, concluye el estudio.
Puede leer el informe completo a través de este enlace.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜