Mil millones de personas amenazadas por expansión de desiertos
Las tierras secas ocupan más del 40% de la superficie del planeta, revela informe.
AFP
Una de cada tres personas en el mundo, totalizando 2.100 millones, viven en tierras secas o áridas, y 1.000 millones tienen su subsistencia amenazada por la desertificación, una situación que se extiende por todos los continentes, según datos de la Convención de la ONU para el Combate a la Desertificación (UNCCD).
Las tierras secas, que abarcan desde desiertos a zonas semiáridas y subhúmedas, con lluvias escasas e irregulares, ocupan más del 40% de la superficie del planeta, acogen un tercio de las cosechas y la mitad del ganado.
La degradación de esas tierras representa un problema a gran escala con consecuencias económicas, sociales y ambientales en un centenar de países del mundo, que llevó a la ONU a lanzar este lunes la Década de Lucha contra la Desertificación, en la ciudad de Fortaleza (árido nordeste de Brasil).
La UNCCD agrupa por regiones, con sus múltiples características, las grandes zonas secas del planeta.
ÁFRICA:
La desertificación tiene su mayor impacto en África, donde dos terceras partes son desiertos o tierras secas. Datos de la UNCCD revelan que 65% de las tierras agrícolas de África y un tercio de sus praderas están degradadas por la la erosión, utilización de químicos o mal uso, lo que agrava la pobreza y dificulta la subsistencia. La desertificación de África está estrechamente vinculada a la pobreza, a la migración y a la falta de seguridad alimentaria.
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE:
Aunque conocida por sus selvas y bosques, América Latina y el Caribe tienen una cuarta parte de tierras desérticas y áridas que totalizan cinco millones de km2, situación que se agrava con la pobreza y la presión sobre los recursos.
En la costa del Pacífico, las tierras áridas van del sur de Ecuador y Perú, hasta el norte de Chile; tierra adentro, los altiplanos de la cordillera andina cubren extensas zonas de Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
Otra región árida va del Chaco paraguayo a la Patagonia argentina. En Brasil, el semiárido del noreste ocupa un millón de los ocho millones de km2 del país y acoge a 30 millones de personas. En México, la mayor parte es árida y semiárida.
En el Caribe, República Dominicana, Cuba, Haití y Jamaica tienen zonas áridas, y numerosas islas sufren erosión y falta de agua.
ASIA:
En Asia, 17 millones de km2 (de un total de 43) son tierras áridas, semiáridas y subhúmedas. Incluyen los desiertos progresivos de China, India, Irán, Mongolia y Pakistán, las dunas de arena de Siria, las montañas de Nepal, y los altiplanos de Laos.
En China, un 27% de las tierras están desertificadas y cada año esa superficie aumenta en 2.460 km2. En ellas habitan cerca de 400 millones de personas.
MEDITERRÁNEO NORTE:
Buena parte del Mediterráneo Norte es semiárida, padece sequías estacionales y un régimen de lluvias muy variable, con densidades de población elevadas, alta concentración industrial y agricultura intensiva. La degradación de las tierras suele estar vinculada a prácticas agrícolas o pecuarias deficientes, sequías, crecidas e incendios forestales.
EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL:
La degradación de los suelos es elevada en gran parte de Europa central y del Este. El mal uso y la contaminación química contribuyen al agotamiento de los acuíferos. La deforestación por la contaminación y los incendios forestales son también un problema serio.
Una de cada tres personas en el mundo, totalizando 2.100 millones, viven en tierras secas o áridas, y 1.000 millones tienen su subsistencia amenazada por la desertificación, una situación que se extiende por todos los continentes, según datos de la Convención de la ONU para el Combate a la Desertificación (UNCCD).
Las tierras secas, que abarcan desde desiertos a zonas semiáridas y subhúmedas, con lluvias escasas e irregulares, ocupan más del 40% de la superficie del planeta, acogen un tercio de las cosechas y la mitad del ganado.
La degradación de esas tierras representa un problema a gran escala con consecuencias económicas, sociales y ambientales en un centenar de países del mundo, que llevó a la ONU a lanzar este lunes la Década de Lucha contra la Desertificación, en la ciudad de Fortaleza (árido nordeste de Brasil).
La UNCCD agrupa por regiones, con sus múltiples características, las grandes zonas secas del planeta.
ÁFRICA:
La desertificación tiene su mayor impacto en África, donde dos terceras partes son desiertos o tierras secas. Datos de la UNCCD revelan que 65% de las tierras agrícolas de África y un tercio de sus praderas están degradadas por la la erosión, utilización de químicos o mal uso, lo que agrava la pobreza y dificulta la subsistencia. La desertificación de África está estrechamente vinculada a la pobreza, a la migración y a la falta de seguridad alimentaria.
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE:
Aunque conocida por sus selvas y bosques, América Latina y el Caribe tienen una cuarta parte de tierras desérticas y áridas que totalizan cinco millones de km2, situación que se agrava con la pobreza y la presión sobre los recursos.
En la costa del Pacífico, las tierras áridas van del sur de Ecuador y Perú, hasta el norte de Chile; tierra adentro, los altiplanos de la cordillera andina cubren extensas zonas de Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
Otra región árida va del Chaco paraguayo a la Patagonia argentina. En Brasil, el semiárido del noreste ocupa un millón de los ocho millones de km2 del país y acoge a 30 millones de personas. En México, la mayor parte es árida y semiárida.
En el Caribe, República Dominicana, Cuba, Haití y Jamaica tienen zonas áridas, y numerosas islas sufren erosión y falta de agua.
ASIA:
En Asia, 17 millones de km2 (de un total de 43) son tierras áridas, semiáridas y subhúmedas. Incluyen los desiertos progresivos de China, India, Irán, Mongolia y Pakistán, las dunas de arena de Siria, las montañas de Nepal, y los altiplanos de Laos.
En China, un 27% de las tierras están desertificadas y cada año esa superficie aumenta en 2.460 km2. En ellas habitan cerca de 400 millones de personas.
MEDITERRÁNEO NORTE:
Buena parte del Mediterráneo Norte es semiárida, padece sequías estacionales y un régimen de lluvias muy variable, con densidades de población elevadas, alta concentración industrial y agricultura intensiva. La degradación de las tierras suele estar vinculada a prácticas agrícolas o pecuarias deficientes, sequías, crecidas e incendios forestales.
EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL:
La degradación de los suelos es elevada en gran parte de Europa central y del Este. El mal uso y la contaminación química contribuyen al agotamiento de los acuíferos. La deforestación por la contaminación y los incendios forestales son también un problema serio.