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A través de la resolución 0320 del 19 de marzo de 2025, el Ministerio de Ambiente aceptó la renuncia de Rodrigo Elías Negrete Montes como director general de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA). Esta es una entidad clave porque se encarga de evaluar, otorgar, controlar y hacer seguimiento a las licencias, permisos y trámites ambientales en Colombia. Su labor es clave para garantizar que los proyectos de infraestructura, explotación de recursos naturales y otras actividades económicas cumplan con las normativas ambientales vigentes.
Ante la vacante, se designó en encargo a Edilberto Peñaranda Correa, quien, según la certificación de la Coordinadora del Grupo de Gestión Humana de la ANLA, cumple con los requisitos de experiencia y estudios para asumir el cargo.
La noticia se conoce tras la reciente aprobación de la licencia ambiental por parte de la ANLA para el proyecto de transmisión eléctrica BetaAlpha en La Guajira, liderado por EOLOS ENERGIA S.A.S. E.S.P.. Este proyecto es clave para la conexión de los parques eólicos Alpha y Beta, fundamentales en la transición energética del país. La iniciativa, denominada “Línea Eléctrica de Conexión Parques Eólicos Beta y Alpha a Subestación Cuestecitas”, contempla la construcción y operación de una línea de transmisión de 80,45 km de longitud, dividida en dos tramos principales, con el objetivo de garantizar la evacuación de energía renovable.
Hay que recordar que se ha señalado a la ANLA por las demoras en la evaluación de licencias ambientales, especialmente en proyectos de energías renovables y en obras de infraestructura como la ampliación de la Autopista Norte en Bogotá.
El pasado 15 de agosto, la entidad expidió un comunicado en el que defendía la gestión de Negrete al frente, señalando que la ANLA contaba con 90 días hábiles para pronunciarse sobre solicitudes de licencia ambiental para nuevos proyectos y 60 días hábiles para modificaciones de licencias de proyectos ya existentes. “La ANLA ha respondido a tiempo el 100% de las solicitudes de licenciamiento ambiental para proyectos de energías renovables no convencionales”, agregaba.
El entonces director respondía a las críticas señalando que era injusto y sorprendente que algunos sectores políticos, empresariales, autoridades locales e incluso medios de comunicación culparan a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) por las demoras en ciertos proyectos. Según Negrete, existían factores fuera del control de la entidad que podían afectar los tiempos de aprobación, como las consultas previas, las solicitudes de información adicional que dependían del solicitante de la licencia, las audiencias públicas ambientales, así como eventos de fuerza mayor, entre ellos problemas de orden público, órdenes judiciales y la sustracción de áreas de Reserva Forestal o zonas protegidas.
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