Mueren, al parecer, los primeros pingüinos en la Antártida por gripe aviar
Todo parece indicar que la cepa de gripe aviar H5N1 ya llegó a ese territorio. Los científicos temen que pueda destruir colonias de pingüinos enteras.
Lo que está sucediendo con la cepa de gripe aviar H5N1 no es nada alentador. Luego de haber afectado a varias especies silvestres en diversos países, entre ellos Colombia, todo parece indicar que ha empezado a tener consecuencias en la Antártida. Nuevos datos recopilados por científicos sugieren que ya podría haber causado la muerte de, al menos, un pingüino rey (Aptenodytes patagonicus). (Lea Petro habla con Lula: desde Brasil le ofrece ayuda para combatir los incendios)
Así lo señala el último reporte del Comité Científico de Investigaciones Antárticas (Scar). Además, indica que un pingüino papúa (Pygoscelis papua) habría fallecido por el mismo motivo en isla Georgia del Sur.
Otra muerte se presentó en las Islas Malvinas. Allí falleció otro pingüino rey y, al parecer, otros 20 polluelos, murieron debido a la gripe aviar. (Lea Este es el pronóstico del clima para finales de enero e inicios de febrero en Colombia)
A los ojos de varios investigadores, la situación era esperada, luego de que se empezaran a reportar caso de esta cepa en especies que están en estado silvestre. “La llegada de este virus H5N1 a la Antártida a finales del año pasado hizo prender las alarmas debido al riesgo que representaba para la vida silvestre en esta frágil región. Y si bien es muy triste escuchar informes sobre la muerte de pingüinos… lamentablemente no es nada sorprendente”, le dijo al diario inglés The Guardian Ed Hutchinson, virólogo del Centro de Investigación de Virus de la Universidad de Glasgow.
Una de las preguntas que se hacen los científicos tiene que ver con la rapidez con que el virus se pueda expandir en los pingüinos. La organización en forma de colonia podría desencadenar serios problemas en las poblaciones que viven en la Antártida.
Aunque aún no se han registrado casos en la Antártida continental, es posible que ya existan. El problema es que hay muy pocas personas presentes en ese territorio que puedan registralo.
El año pasado, de hecho, se reportó en Alaska, la primera muerte de un oso polar relacionada con la gripe aviar. Lo que sucedió fue confirmado por el Departamento de Conservación Medioambiental del estado.
“Es el primer caso de oso polar del que se tiene reporte”, contó entonces Bob Gerlach, veterinario del estado al Alaska Beacon. El cuerpo del oso infectado fue hallado cerca a la ciudad de Utqiagvik, en una de las comunidades más septentrionales de Alaska, y dos años después de que se detectara esta cepa del virus en Norteamérica.
¿Por qué preocupa la gripe aviar?
El responsable de la rápida expansión actual (de la gripe aviar) es el virus H5N1 (H5) clado 2.3.4.4b. El “clado” (2.3.4.4b) es una manera que tienen los investigadores de identificar los cambios que se han ido presentado en el virus. En el caso de los brotes actuales de gripe aviar, significa que este subtipo tiene una mejor capacidad para propagarse eficazmente entre aves silvestres y de corral.
Este subtipo de virus, dicen los científicos, se identificó por primera vez en 2005, principalmente en Asia y África. Desde entonces los investigadores pudieron rastrear cuatro epizootias significativas de aves silvestres por el H5, causadas por el clado 2.3.4.4 en 2014-2015 y el clado 2.3.4.4b en 2016-2017, 2020-2021 y 2021-2022 hasta hoy. Una epizootia es un término que se utiliza para describir una enfermedad que afecta a un gran número de animales en una población, área geográfica o especie específica en un período de tiempo determinado. Es, para que se entienda con facilidad, el equivalente en el mundo animal de una epidemia.
Aunque desde el resurgimiento del virus en 2014 y 2015 los científicos notaron que se expandió por fuera de Asia y llegó a Europa y América del Norte (lo significó la pérdida de más de 50 millones de aves de corral en los EE. UU.) la situación en las aves de corral en Europa y las detecciones de aves silvestres a nivel mundial fueron relativamente menores, señalan los investigadores en el estudio.
La epidemia de 2016-2017 en aves silvestres, a su vez, duró unos cinco meses, con casi 400 brotes por mes en su punto álgido; y la de 2017-2018 registró menos brotes, pero un mayor número de aves silvestres se vieron afectadas en varias regiones. Tras las detecciones esporádicas de 2018 a 2020, algo comenzó a cambiar. En 2020-2021 se notificaron más de 200 brotes por mes y durante la temporada 2021-2022 se registraron más de 400 brotes por mes, se puede leer en el estudio.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜
Lo que está sucediendo con la cepa de gripe aviar H5N1 no es nada alentador. Luego de haber afectado a varias especies silvestres en diversos países, entre ellos Colombia, todo parece indicar que ha empezado a tener consecuencias en la Antártida. Nuevos datos recopilados por científicos sugieren que ya podría haber causado la muerte de, al menos, un pingüino rey (Aptenodytes patagonicus). (Lea Petro habla con Lula: desde Brasil le ofrece ayuda para combatir los incendios)
Así lo señala el último reporte del Comité Científico de Investigaciones Antárticas (Scar). Además, indica que un pingüino papúa (Pygoscelis papua) habría fallecido por el mismo motivo en isla Georgia del Sur.
Otra muerte se presentó en las Islas Malvinas. Allí falleció otro pingüino rey y, al parecer, otros 20 polluelos, murieron debido a la gripe aviar. (Lea Este es el pronóstico del clima para finales de enero e inicios de febrero en Colombia)
A los ojos de varios investigadores, la situación era esperada, luego de que se empezaran a reportar caso de esta cepa en especies que están en estado silvestre. “La llegada de este virus H5N1 a la Antártida a finales del año pasado hizo prender las alarmas debido al riesgo que representaba para la vida silvestre en esta frágil región. Y si bien es muy triste escuchar informes sobre la muerte de pingüinos… lamentablemente no es nada sorprendente”, le dijo al diario inglés The Guardian Ed Hutchinson, virólogo del Centro de Investigación de Virus de la Universidad de Glasgow.
Una de las preguntas que se hacen los científicos tiene que ver con la rapidez con que el virus se pueda expandir en los pingüinos. La organización en forma de colonia podría desencadenar serios problemas en las poblaciones que viven en la Antártida.
Aunque aún no se han registrado casos en la Antártida continental, es posible que ya existan. El problema es que hay muy pocas personas presentes en ese territorio que puedan registralo.
El año pasado, de hecho, se reportó en Alaska, la primera muerte de un oso polar relacionada con la gripe aviar. Lo que sucedió fue confirmado por el Departamento de Conservación Medioambiental del estado.
“Es el primer caso de oso polar del que se tiene reporte”, contó entonces Bob Gerlach, veterinario del estado al Alaska Beacon. El cuerpo del oso infectado fue hallado cerca a la ciudad de Utqiagvik, en una de las comunidades más septentrionales de Alaska, y dos años después de que se detectara esta cepa del virus en Norteamérica.
¿Por qué preocupa la gripe aviar?
El responsable de la rápida expansión actual (de la gripe aviar) es el virus H5N1 (H5) clado 2.3.4.4b. El “clado” (2.3.4.4b) es una manera que tienen los investigadores de identificar los cambios que se han ido presentado en el virus. En el caso de los brotes actuales de gripe aviar, significa que este subtipo tiene una mejor capacidad para propagarse eficazmente entre aves silvestres y de corral.
Este subtipo de virus, dicen los científicos, se identificó por primera vez en 2005, principalmente en Asia y África. Desde entonces los investigadores pudieron rastrear cuatro epizootias significativas de aves silvestres por el H5, causadas por el clado 2.3.4.4 en 2014-2015 y el clado 2.3.4.4b en 2016-2017, 2020-2021 y 2021-2022 hasta hoy. Una epizootia es un término que se utiliza para describir una enfermedad que afecta a un gran número de animales en una población, área geográfica o especie específica en un período de tiempo determinado. Es, para que se entienda con facilidad, el equivalente en el mundo animal de una epidemia.
Aunque desde el resurgimiento del virus en 2014 y 2015 los científicos notaron que se expandió por fuera de Asia y llegó a Europa y América del Norte (lo significó la pérdida de más de 50 millones de aves de corral en los EE. UU.) la situación en las aves de corral en Europa y las detecciones de aves silvestres a nivel mundial fueron relativamente menores, señalan los investigadores en el estudio.
La epidemia de 2016-2017 en aves silvestres, a su vez, duró unos cinco meses, con casi 400 brotes por mes en su punto álgido; y la de 2017-2018 registró menos brotes, pero un mayor número de aves silvestres se vieron afectadas en varias regiones. Tras las detecciones esporádicas de 2018 a 2020, algo comenzó a cambiar. En 2020-2021 se notificaron más de 200 brotes por mes y durante la temporada 2021-2022 se registraron más de 400 brotes por mes, se puede leer en el estudio.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜