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                                                                                                                                ¿Nacionalizar la palma africana? No tan rápido

                                                                                                                                El botánico Rodrigo Bernal, especialista en palmas, analiza los impactos ambientales asociados a su cultivo y de paso se pregunta por qué en Colombia le quieren quitar el apellido "africana".

                                                                                                                                Rodrigo Bernal*

                                                                                                                                Cultivo de palma africana. / El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Desde que empezó a difundirse en el país hacia 1945, la palma de aceite se conoció durante casi medio siglo con el nombre de ‘palma africana’, en alusión a su origen en las selvas ecuatoriales de África occidental. En algún momento, sin embargo, los palmicultores decidieron borrar de la especie su origen de ultramar y poco a poco fueron echando al olvido el nombre con el que se la había conocido hasta entonces.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Ya en 2017, investigadores de la Universidad Nacional mostraron cómo en el piedemonte del departamento del Meta los cultivos de palma han reducido la diversidad de aves en un 90%. Una cifra alarmante, si se tienen en cuenta los innumerables servicios que las aves prestan a los ecosistemas. Pero se han señalado además otros impactos, sobre los cuales es preciso establecer la responsabilidad de los palmicultores.  Uno de ellos tiene que ver con la palma de corozo o nolí (Elaeis oleifera), la verdadera palma de aceite colombiana.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Y es aquí donde entra en escena uno de los pasivos ambientales que es preciso evaluar para el cultivo de palma africana. Como lo señala un documento reciente del Ministerio de Ambiente, en varias zonas del Magdalena Medio las pocas palmas de nolí que sobreviven cerca de las plantaciones de palma han comenzado a cruzarse de manera espontánea con sus primas africanas, produciendo híbridos entre las dos especies. De manera que al riesgo de extinción que enfrenta nuestra palma de aceite colombiana por la pérdida de su hábitat, ahora hay que sumarle dos nuevas amenazas: la pérdida de diversidad genética por el cruce con la especie africana y la pérdida de identidad, al hacer pasar por colombiana a la especie introducida, en vez de promover el rescate y domesticación de la especie nativa.

                                                                                                                                Otro impacto del cultivo de palma africana, del que Fedepalma debería asumir responsabilidad, es la difusión de esta especie como planta invasora en muchas áreas, como lo han mostrado Investigadores del Instituto Humboldt y del Instituto Sinchi. En algunos de los pocos bosques que todavía sobreviven en el Magdalena Medio, se encuentran ahora enormes individuos de palma africana, que han crecido espontáneamente a partir de semillas dispersadas por los animales desde las plantaciones vecinas. La dispersión de esta palma en nuestros ecosistemas naturales representa una grave amenaza para las especies nativas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y está, por último, pero no menos grave, el problema de la difusión de una plaga devastadora que se está expandiendo por el occidente de Colombia, exterminando miles y miles de palmas frutales y ornamentales. Se trata del picudo de las palmas (Rhynchophorus palmarum), un enorme gorgojo de unos 5 cm de largo, de color negro y con un pico largo y recurvado, que ataca el corazón mismo de las palmas, donde estas tienes su punto de crecimiento, causándoles la muerte.

                                                                                                                                El picudo es una de las plagas más importantes de los cultivos de palma africana. Los palmicultores controlan la plaga mediante trampas que se instalan en las plantaciones, pero no la controlan más allá de sus cultivos. De manera que por fuera de las plantaciones los picudos proliferan sin control, afectando otras especies de palmas útiles para los campesinos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Ya en muchas áreas del Chocó y el Valle del Cauca, por ejemplo, el picudo ha exterminado los cultivos de chontaduro, un alimento fundamental en la dieta de los habitantes del Pacífico y un importante rubro de la economía campesina. En la tierra del chontaduro, resulta ahora difícil conseguir esta fruta.

                                                                                                                                En la cuenca del río Cauca, por su parte, el picudo se ha extendido por varias ciudades, matando muchas de las palmas más grandes que conforman el arbolado urbano. Ante la inoperancia de las secretarías de agricultura, las palmas muertas permanecen en pie, convirtiéndose en foco de nueva infestación para plantas vecinas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los costos que representa para Colombia la muerte de palmas causada por el picudo todavía están por evaluarse, pero es obvio que son enormes: la reducción de la seguridad alimentaria para los campesinos del Pacífico que pierden sus palmas de coco y chontaduro;  los costos de remoción y reemplazo de las palmas ornamentales muertas; y la reducción de las poblaciones silvestres de varias especies nativas. Es preciso establecer de manera inequívoca la relación entre la difusión de esta plaga y la expansión de la palma africana, y aplicar los correctivos necesarios.

                                                                                                                                Así que en vez de hacer pasar por colombiana a la palma de aceite, Fedepalma debería encaminar sus esfuerzos hacia la identificación y mitigación de los efectos nocivos del cultivo, para que el pasivo ambiental de la palmicultura sea tenido en cuenta también en la evaluación económica del cultivo. Sin tratar de ocultar el origen africano de la palma.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                *Investigador asociado, Jardín Botánico del Quindío. Ex profesor Universidad Nacional. Coautor del “Catálogo de plantas y líquenes de Colombia”.

                                                                                                                                *Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor. 

                                                                                                                                Cultivo de palma africana. / El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Desde que empezó a difundirse en el país hacia 1945, la palma de aceite se conoció durante casi medio siglo con el nombre de ‘palma africana’, en alusión a su origen en las selvas ecuatoriales de África occidental. En algún momento, sin embargo, los palmicultores decidieron borrar de la especie su origen de ultramar y poco a poco fueron echando al olvido el nombre con el que se la había conocido hasta entonces.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Ya en 2017, investigadores de la Universidad Nacional mostraron cómo en el piedemonte del departamento del Meta los cultivos de palma han reducido la diversidad de aves en un 90%. Una cifra alarmante, si se tienen en cuenta los innumerables servicios que las aves prestan a los ecosistemas. Pero se han señalado además otros impactos, sobre los cuales es preciso establecer la responsabilidad de los palmicultores.  Uno de ellos tiene que ver con la palma de corozo o nolí (Elaeis oleifera), la verdadera palma de aceite colombiana.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Y es aquí donde entra en escena uno de los pasivos ambientales que es preciso evaluar para el cultivo de palma africana. Como lo señala un documento reciente del Ministerio de Ambiente, en varias zonas del Magdalena Medio las pocas palmas de nolí que sobreviven cerca de las plantaciones de palma han comenzado a cruzarse de manera espontánea con sus primas africanas, produciendo híbridos entre las dos especies. De manera que al riesgo de extinción que enfrenta nuestra palma de aceite colombiana por la pérdida de su hábitat, ahora hay que sumarle dos nuevas amenazas: la pérdida de diversidad genética por el cruce con la especie africana y la pérdida de identidad, al hacer pasar por colombiana a la especie introducida, en vez de promover el rescate y domesticación de la especie nativa.

                                                                                                                                Otro impacto del cultivo de palma africana, del que Fedepalma debería asumir responsabilidad, es la difusión de esta especie como planta invasora en muchas áreas, como lo han mostrado Investigadores del Instituto Humboldt y del Instituto Sinchi. En algunos de los pocos bosques que todavía sobreviven en el Magdalena Medio, se encuentran ahora enormes individuos de palma africana, que han crecido espontáneamente a partir de semillas dispersadas por los animales desde las plantaciones vecinas. La dispersión de esta palma en nuestros ecosistemas naturales representa una grave amenaza para las especies nativas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y está, por último, pero no menos grave, el problema de la difusión de una plaga devastadora que se está expandiendo por el occidente de Colombia, exterminando miles y miles de palmas frutales y ornamentales. Se trata del picudo de las palmas (Rhynchophorus palmarum), un enorme gorgojo de unos 5 cm de largo, de color negro y con un pico largo y recurvado, que ataca el corazón mismo de las palmas, donde estas tienes su punto de crecimiento, causándoles la muerte.

                                                                                                                                El picudo es una de las plagas más importantes de los cultivos de palma africana. Los palmicultores controlan la plaga mediante trampas que se instalan en las plantaciones, pero no la controlan más allá de sus cultivos. De manera que por fuera de las plantaciones los picudos proliferan sin control, afectando otras especies de palmas útiles para los campesinos.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Ya en muchas áreas del Chocó y el Valle del Cauca, por ejemplo, el picudo ha exterminado los cultivos de chontaduro, un alimento fundamental en la dieta de los habitantes del Pacífico y un importante rubro de la economía campesina. En la tierra del chontaduro, resulta ahora difícil conseguir esta fruta.

                                                                                                                                En la cuenca del río Cauca, por su parte, el picudo se ha extendido por varias ciudades, matando muchas de las palmas más grandes que conforman el arbolado urbano. Ante la inoperancia de las secretarías de agricultura, las palmas muertas permanecen en pie, convirtiéndose en foco de nueva infestación para plantas vecinas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los costos que representa para Colombia la muerte de palmas causada por el picudo todavía están por evaluarse, pero es obvio que son enormes: la reducción de la seguridad alimentaria para los campesinos del Pacífico que pierden sus palmas de coco y chontaduro;  los costos de remoción y reemplazo de las palmas ornamentales muertas; y la reducción de las poblaciones silvestres de varias especies nativas. Es preciso establecer de manera inequívoca la relación entre la difusión de esta plaga y la expansión de la palma africana, y aplicar los correctivos necesarios.

                                                                                                                                Así que en vez de hacer pasar por colombiana a la palma de aceite, Fedepalma debería encaminar sus esfuerzos hacia la identificación y mitigación de los efectos nocivos del cultivo, para que el pasivo ambiental de la palmicultura sea tenido en cuenta también en la evaluación económica del cultivo. Sin tratar de ocultar el origen africano de la palma.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                *Investigador asociado, Jardín Botánico del Quindío. Ex profesor Universidad Nacional. Coautor del “Catálogo de plantas y líquenes de Colombia”.

                                                                                                                                *Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor. 

                                                                                                                                Por Rodrigo Bernal*

                                                                                                                                Temas recomendados:

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