“Necesitamos artistas para traer de vuelta el amor por la naturaleza”: Andrea Wulf
La historiadora Andrea Wulf, célebre por escribir la biografía de Alexander von Humboldt, el naturalista que le ayudó al mundo a concebir la naturaleza como un todo, estuvo de visita en Colombia. Habló con El Espectador sobre esas enseñanzas y su último libro, “Magníficos rebeldes”. Dice que “Humboldt también advirtió sobre los efectos devastadores de la deforestación”.
César Giraldo Zuluaga
Sergio Silva Numa
Aunque los recientes viajes a América Latina de la escritora e historiadora alemana Andrea Wulf han cambiado de objetivo desde que empezó a hacerlos hace más de 10 años, cuando llegó al continente para recordar y recorrer los pasos de Alexander von Humboldt, protagonista de su libro más conocido, nunca pierde la oportunidad para hablar y rescatar su legado. Aún lo considera “el padre olvidado del ecologismo”. (Lea Pesca de tiburones: un difícil asunto en el que ni Duque ni Petro aciertan)
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Aunque los recientes viajes a América Latina de la escritora e historiadora alemana Andrea Wulf han cambiado de objetivo desde que empezó a hacerlos hace más de 10 años, cuando llegó al continente para recordar y recorrer los pasos de Alexander von Humboldt, protagonista de su libro más conocido, nunca pierde la oportunidad para hablar y rescatar su legado. Aún lo considera “el padre olvidado del ecologismo”. (Lea Pesca de tiburones: un difícil asunto en el que ni Duque ni Petro aciertan)
Cuenta Wulf que para escribir esa biografía, que tituló La invención de la naturaleza, era clave para ella poder recorrer los mismos pasos que hace unos 200 años dio el naturalista prusiano. Por eso viajó, por primera vez en su vida, a la selva tropical y comprendió por qué Humboldt escribía tanto sobre los mosquitos. También subió a los Andes para comprobar qué había experimentado él al escalar esas montañas.
Hoy, entre las muchas lecciones que le dejó la reconstrucción de la vida de Humboldt, hay una que menciona con frecuencia: defiende que a los debates actuales sobre cambio climático les hace falta involucrar más los sentimientos. Por eso reconoce que tras leer miles de documentos y escudriñar entre sus diarios, su cita favorita de Humboldt es: “Lo que le habla al alma se escapa de nuestras mediciones”. (Lea Por fenómeno de El Niño, ocho países anuncian acuerdo para proteger la Amazonía)
Como cuenta en su más reciente libro, Magníficos rebeldes (2022), fue una sensibilidad que el científico desarrolló luego de conocer al Círculo de Jena, ese grupo de intelectuales que transformó la manera en que concebimos el “yo”. Entre ellos estaba Goethe, el gran poeta alemán que le dio a Humboldt “nuevos órganos a través de los cuales ver el mundo”, asegura ahora Wulf.
En su más reciente visita por el país, que terminó este sábado 3 de febrero, Wulf participó de varias charlas en el Hay Festival Cartagena y fue la invitada especial de la entrega de los Premios Caracol TV a la Protección del Medio Ambiente, entregados el pasado jueves. Antes de subirse al escenario conversó con El Espectador.
Evidentemente, por “La invención de la naturaleza” y para entender la gran travesía de Alexander von Humboldt en este territorio, tuvo una relación con América Latina, ¿cuál es hoy su relación con este lado del planeta y con Colombia?
Nunca había estado en América Latina antes de escribir La invención de la naturaleza. Y lo bueno de escribir un libro sobre un explorador es que tienes que seguir sus pasos. Así que empecé por Venezuela y Ecuador, y luego Colombia, México, Perú y Chile, aunque él nunca fue a Chile, así que solo fui a Chile.
Para mí fue una de las mayores sorpresas hacer este libro, porque me enamoré por completo de América Latina. Todavía no hablo español, lo cual es muy vergonzoso, pero me encanta este lugar. Y me encanta Colombia. Me fascina la naturaleza, esta es la razón por la que escribí este libro, y es tan espectacular aquí, tienes una biodiversidad increíble aquí en Colombia. Así que en los últimos 10 años he estado aquí, excepto durante la pandemia; todo el tiempo, siempre que he podido.
En estas últimas semanas ha estado en varios países de América Latina. ¿Suele aprovechar esos viajes para recopilar información para sus trabajos?
Sí, pero como ya no escribo sobre Humboldt, ya no tengo que investigar. Así que ahora puedo disfrutarlo simplemente, lo cual es muy agradable. Esa es la razón por la que he estado en Chile y he ido por todas partes disfrutando. Y quiero decir, doy charlas, hablo sobre Humboldt, doy conferencias sobre Humboldt, pero ahora viajo como turista en América Latina, ya no investigo tanto.
Pero los primeros años siempre fueron de investigación. Siempre siguiendo sus pasos, tratando de experimentar un poco lo que él sentía, porque no sé cómo lo hacen otros autores, pero necesito ver los paisajes que ven mis protagonistas. Por ejemplo, nunca había estado en la selva tropical, así que eso fue increíblemente importante. Y de repente te das cuenta de por qué Humboldt escribe constantemente sobre mosquitos, y es porque te atacan todo el tiempo. Para mí fue muy importante escalar en los Andes para hacerme una idea de lo que él experimentó.
A propósito de su trabajo, ¿en qué está trabajando ahora? ¿Nos puede dar un adelanto?
Estoy trabajando en otro explorador, pero no llegó a Suramérica. Así que va a ser del Pacífico Sur ahora.
En algunas de sus conferencias dice que Alexander von Humboldt es “el padre olvidado del ecologismo”. ¿Por qué?
Bueno, él viajó a América Latina en 1799 y pasó aquí cuatro años. Fue un viaje que realmente dio forma a su vida, a su pensamiento y que lo hizo famoso en todo el mundo. Y fue aquí, en América Latina, donde se dio cuenta de que la naturaleza es una especie de organismo vivo interconectado, donde todo está conectado, desde el insecto más pequeño hasta los árboles más altos. Pero aquí también se dio cuenta de que la humanidad estaba destruyendo la naturaleza.
Mientras viajaba por Suramérica vio, por ejemplo, cómo los propietarios de plantaciones habían destruido completamente los bosques para dar paso a cultivos comerciales. Al ver eso fue el primero en comprender las funciones fundamentales del bosque para el ecosistema y habló de la capacidad de los árboles para proteger el suelo, para enriquecer la atmósfera con humedad. Por lo tanto, porque él conectó todo fue que entendió lo que estaba pasando. Él ve cómo la pesca despiadada destruyó la población de ostras.
Eventualmente, comenzó a escribir sobre ello. Y en su diario, por ejemplo, encontré la entrada del diario donde dice que en México estaban violando la naturaleza. Así que es muy claro en sus críticas. Él habla sobre el dañino cambio climático inducido por el hombre en 1800, hace más de 200 años. Por eso es “el padre olvidado del ecologismo”.
Hace un par de meses terminó una cumbre de cambio climático que dejó algunas enseñanzas, pero varias decepciones. Hoy está en Colombia en una época particular. Tenemos unas temperaturas altísimas en muchas regiones, hay incendios y, posiblemente, habrá sequía. ¿Hay alguna idea de Humboldt que crea que valga la pena rescatar que nos ayude a reflexionar sobre estos complejos momentos?
Bueno, creo que él no tiene una solución, porque no podía saber lo mal que iba a ir (el planeta). Pero él es una inspiración, creo, porque es un científico que, por un lado, midió todo en la naturaleza, es una especie de científico empírico. Pero al mismo tiempo siempre dijo que estaba impulsado por un sentido de maravilla. Decía que solo podemos entender realmente la naturaleza si utilizamos nuestras emociones y nuestra imaginación.
Pienso que eso es algo que falta en los debates actuales sobre el cambio climático, porque estamos hablando de números, estadísticas, cifras, proyecciones, lo que me parece increíblemente importante. Me encantan las ciencias, así que no estoy hablando en contra de los científicos, pero creo que también necesitamos artistas, cineastas, poetas y escritores que cuenten esta historia de forma ligeramente diferente, para involucrar a más gente en que algo tiene que cambiar. Porque solo protegemos lo que amamos. Así que necesitamos poetas, cineastas y artistas para traer de vuelta este amor por la naturaleza, para contar una historia ligeramente diferente, para comunicar la amenaza de otra manera. Y creo que eso me inspiró mucho de Humboldt, porque él es el puente entre las artes y las ciencias, entre la poesía y la ciencia.
Hablemos un poco del grupo de Jena, de “Magnificent Rebels”. Me llama la atención la gran influencia que tuvieron algunas mujeres, como Caroline Schlegel, en ese grupo que tanto contribuyó a la idea de romanticismo. ¿Habían estado un poco opacadas por la historia? ¿Qué tan difícil fue reconstruir sus vidas en comparación a otros personajes mucho más populares?
Estas personas son muy famosas en Alemania. Estos son los jóvenes románticos que se reunieron en la última década del siglo XVIII en esta pequeña ciudad en Alemania llamada Jena, que está a unos 250 kilómetros al suroeste de Berlín. Y algunos de estos nombres allí en Alemania son como las superestrellas literarias. Así que guardaron todas sus cartas. Eran increíbles escritores de cartas, así que hay miles y miles de ellas. Era una ciudad universitaria. Había muchos estudiantes que escribían cartas a casa describiendo a sus profesores y a esta gente famosa. Así que no fue tan difícil encontrar las fuentes.
Lo difícil fue reunirlas y darles vida. Humboldt también forma parte de este grupo, así fue como empecé a escribir sobre esto. Pero ellos hablaban mucho de unir las artes y las ciencias, realmente trataron de trabajar contra un mundo cada vez más materialista. Pero también hablaron sobre el yo, de la importancia de un yo libre, de un yo autodeterminado. Y hoy somos una sociedad tan egoísta, porque lo hemos llevado demasiado lejos. Así que para ellos era este emocionante poder de la autodeterminación que ahora se ha convertido en egoísmo. Así que quería averiguar qué salió mal y de dónde viene todo esto.
Sus libros están atravesados por la figura de otro personaje absolutamente fascinante, que influyó en la vida de todos los protagonistas: Goethe. Después de haber leído sus cartas y estudiado su vida, ¿qué idea tiene hoy sobre Goethe? ¿Qué le debemos?
Goethe fue y sigue siendo el poeta más famoso de Alemania. Era un poco mayor que el resto del grupo, así que fue como un padrino severo para este y fue increíblemente influyente en Alexander von Humboldt. Por ejemplo, cuando Humboldt llegó a Jena, en 1794, era un niño de la Ilustración, creía en el pensamiento racional, las observaciones, los experimentos. Y conoció a Goethe, que era poeta, pero también científico. Goethe le dio a Humboldt nuevos órganos a través de los cuales ver el mundo, órganos que eran mucho más subjetivos. Así que es con estos nuevos órganos que Humboldt viaja a América del Sur. Es casi con los ojos de Goethe, con los ojos de un poeta, que ve la naturaleza, no solo con los ojos de un científico.
¿Hay algún personaje que haya descubierto en estas investigaciones sobre el que tenga pendiente escribir o quiera profundizar? ¿De pronto el nuevo explorador del que nos habló?
El nuevo explorador apareció en la investigación. Hasta ahora, siempre ha surgido alguien de la investigación. Pero soy terrible encontrando nuevas ideas para libros. Así que siempre me lleva mucho, mucho tiempo.
Podríamos decir que hoy es también una divulgadora científica. En medio de este extraño contexto de desinformación, de antivacunas y negacionistas del cambio climático, ¿qué valor tiene dedicarse a esa tarea?
Creo que los historiadores somos buscadores de la verdad. Eso es lo que intentamos hacer. Intentamos encontrar algo de verdad en el pasado para arrojar algo de luz sobre el presente. Para mí es muy importante, porque no creo que la historia sea un montón de ideas viejas y polvorientas. La historia es algo que realmente abre una ventana al presente, así que espero que lo que hacemos los historiadores también sea importante, porque son las historias las que a veces nos dan algo de inspiración.
Después de mis charlas hablo mucho con jóvenes ecologistas que se sienten muy inspirados cuando escuchan la historia de Alexander von Humboldt, alguien que lleva muerto casi 200 años, pero alguien que realmente creía en las mismas cosas que ellos creen, y alguien que habló del dañino cambio climático inducido por el hombre, alguien que advirtió sobre los efectos devastadores del monocultivo, la deforestación y la irrigación. Todos son temas de los que se ocupan hoy. Así que a veces es importante dar vida a estas figuras olvidadas del pasado para que sirvan de inspiración para hoy o para el futuro.