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“Cada minuto, el equivalente a un camión de basura de plástico se vierte en nuestro océano”. Así es como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés) resume el problema de contaminación por plásticos en el mundo.
Se estima que unos 7.000 millones de toneladas (Mt) de plásticos, que fueron producidas entre 1950 y 2017, terminaron como residuos sin aprovechamiento.
En los últimos días, las delegaciones de más de 100 países se reunieron en Busan, Corea del Sur, para intentar acordar un tratado en el que los países se comprometan a poner freno a esta problemática. Este domingo se suspendió la quinta sesión de negociaciones de ese comité.
Las delegaciones se fueron de Busan sin el acuerdo esperado. Como ha pasado este año en otros espacios internacionales de negociación relacionados con temas climáticos y ambientales, la falta de acuerdo se debió a diferencias esenciales entre algunos países sobre lo que debería ser el resultado final.
Por un lado, algunas delegaciones, especialmente las de países en desarrollo como Ruanda, Panamá y México, defendían que el tratado debía poner un límite a la producción de plásticos, propender por la eliminación de químicos peligrosos en su producción y definir un mecanismo de financiamiento para lograr esa tarea.
Sin embargo, como reportó el Earth Negotiations Bulletin, una publicación que sigue de cerca las negociaciones de Naciones Unidas, países productores de petróleo (un insumo clave en la producción de este material), como Arabia Saudita y Rusia, pidieron que el tratado se centrara en acciones de reciclaje y reutilización de los plásticos, y no en su producción.
Al final de la reunión, decidieron aplazar el cierre de la sesión y la adopción de un acuerdo para una reunión que se llevará a cabo en los próximos meses. Aunque no se conoce fecha, las delegaciones deberán trabajar desde ya en lograr puntos de acuerdo para tener un acuerdo en 2025.
Esta se suma a una serie de desacuerdos que marcaron el 2024 en las negociaciones de Naciones Unidas. En noviembre, la COP16 en Cali cerró sin un acuerdo en el aspecto central de la negociación, que era la financiación de acciones para frenar la pérdida de biodiversidad.
Unas semanas después, el 24 de noviembre, en la COP29 que se hizo en Bakú, Azerbaiyán, se logró un acuerdo sobre la financiación climática que generó descontento en varios países, y no se lograron avances en puntos clave requeridos para mitigar el cambio climático.
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