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Shawn Marshall, investigador del cambio climático de la Universidad de Calgary (Canadá), ha pasado gran parte de su vida acampando y durmiendo a temperaturas bajo cero. Su área de estudio, el hielo y la nieve que existen sobre la tierra, es el factor más fotogénico para comprender los cambios que está atravesando el clima global, y él ha dedicado gran parte de su investigación a comprender cómo afectan la temperatura global, así como el suministro de agua. Marshall es uno de los panelistas invitados a El cerebro científico, un coloquio que se desarrollará el 16 de noviembre en el hotel JW Marriott en Bogotá y que contará con la participación de cuatro científicos más.
La palabra criósfera, como se titula su libro, no es muy popular. ¿A qué se refiere?
Es un término para referirse a todo el hielo y la nieve que se encuentran en la naturaleza. Pueden ser glaciares y capas de hielo, pero también hielo marino, altas montañas, nieve que cae en los meses de invierno y hielo cristalizado que se convierte en copos de nieve. También está el permahielo, capas de suelo permanentemente congeladas, pero que se encuentran en una situación terrible, porque se están derritiendo. Y eso hace que edificios, carreteras y tuberías empiecen a colapsar.
¿Qué ventaja tiene que la criósfera sea la parte más fotogénica del clima?
El dióxido de carbono es importante, pero es invisible en la atmósfera. Sabemos que desde hace más de 100 años estamos acumulando mucho dióxido de carbono en la atmósfera, pero no podemos verlo, saborearlo u olerlo. De alguna manera se puede fingir que no está sucediendo, mientras se calienta el mundo. Pero siento que no el hielo, que es realmente fotogénico, es muy visible y se pueden ver los cambios. Podemos ver cómo se derriten los glaciares y, de alguna manera, es más fácil que las personas entiendan lo que ven.
Las referencias más importantes que tenemos de capas de hielo son la Antártida y Groenlandia. Pero ambas no están viviendo el mismo proceso frente al cambio climático…
Son muy diferentes. Groenlandia es, hasta ahora, más predecible. Se está derritiendo mucho desde arriba y desde los bordes, donde se encuentra con el océano. En la cima hay un cordón de hielo que nos indicaba que allí no se derretía, pero en los últimos 10 años se ha empezado a derretir desde la cima. Pero luego, cuando vas a la Antártida, es un enigma, porque hasta ahora no hemos visto cambios climáticos importantes. La mayor parte de la Antártida sigue siendo bastante estable, incluso en el interior está creciendo por nieve adicional. Sabemos que es un ambiente más frío, porque está en una latitud más alta, justo sobre el Polo Sur. En el verano sigue estando a unos -20°, por lo que aún podría calentarse unos 5 °C. El problema es que el océano se está calentando y algo de ese océano cálido está comenzando a llegar a las capas de hielo de la Antártida, derritiéndolas desde abajo. El agua tibia es más eficiente para derretir que el aumento de la temperatura del planeta. Por lo que es algo catastrófico.
¿Qué áreas del planeta serían las más afectadas por esto? (Lea también: Groenlandia también se está descongelando por el calor al interior de la Tierra)
Es una de esas grandes injusticias sociales, porque los países más vulnerables no son los que causan los problemas, ni los que están depositando todo el dióxido de carbono en la atmósfera, sino lugares insulares, como las islas Marshall. El aumento del nivel del mar que hemos presenciado hasta ahora, unos 30 cm, ha sido suficiente para que algunas personas tengan que irse. Aunque, en realidad, todos los países con costa, es decir, el 85 o 95 % del planeta, son vulnerables. Pueden perder un poco de tierra, algunas ciudades y mucha infraestructura. La diferencia es que en lugares como Holanda, Nueva York o Singapur pueden desarrollar infraestructura para protegerse. Pero no todos los países tienen esa opción.
El efecto que el cambio climático tiene sobre el hielo se suele relacionar con el aumento del nivel del mar, pero usted también habla del efecto albedo…
Sí, albedo es cómo la nieve y el hielo reflejan la luz del sol de vuelta al espacio. Con esto suceden dos cosas. Una de ellas es que toda la nieve y el hielo del mundo mantienen el mundo más frío, ya que el albedo refleja la luz solar. A medida que perdemos algo de hielo y hielo, hay algunos datos de que el calentamiento terrestre será más fuerte. Ya sucedió en el Ártico, cuando va del blanco al azul, porque el océano azul absorbe la luz del sol y eso suma al calentamiento.
La otra cosa, que tal vez sea muy sutil, es que hay un porcentaje de energía que entra a la Tierra y se usa para derretir este hielo. Se necesita mucha energía para pasar del hielo sólido al agua líquida y esto nos ayuda porque la energía se gasta en esto en vez de calentar los océanos o la tierra. El hielo es una especie de refrigerador, un acondicionador de aire para el planeta, y si lo perdemos, el calentamiento empezará a fortalecerse con seguridad.
¿Y de cuánta energía se trata?
Se sabe que de toda la energía que entra a la latitud norte, algo cercano al 10 %, se va a derretir el hielo y no a calentar la tierra. No para todo el planeta es tan importante. En Colombia y en las latitudes tropicales, donde no hay tanta nieve, no sucede esta misma retroalimentación.
En solo siete años Colombia perdió el 18 % de sus glaciares. ¿Qué le pronostica al país basado en su ubicación?
Bueno, nunca he estudiado los glaciares colombianos, pero me emociona hacerlo y lo quiero hacer antes de que desaparezcan. Entonces podré dar una mejor respuesta. Pero creo que lo que hemos visto en los últimos años, así suene desafortunado, seguirá sucediendo. A medida que los glaciares se hacen más pequeños pierden su capacidad de resiliencia, porque los lagos y las rocas cercanas empiezan a tener superficies más oscuras y les entra más calor. Es irreversible. Creo que la mayoría de los glaciares en Colombia están en esta situación. Creo que continuarán por el camino en el que llevan los últimos diez años, y es que se harán cada vez más pequeños. (Lea acá: Desde 2010 los nevados colombianos han perdido un área igual a 7 veces el Parque Simón Bolívar)
Hace pocas semanas, el IPCC, un panel compuesto por expertos internacionales del clima,publicó un estudio que comparaba dos escenarios climáticos: con un incremento de 1,5 °C y otro con uno de 2 °C. ¿Qué pasaría con la criosfera en ambos casos?
Debo decir que ese reporte fue muy deprimente para mí, porque muestra una gran diferencia entre lo que le sucedería al planeta con un incremento de 1,5 y 2 °C, y creo que en este punto es muy difícil que logremos los 1,5 °C. Ahora, creo que esta diferencia no es tan sustancial para el hielo y la criosfera. En el océano Ártico se verá pérdida de hielo en ambos escenarios, pero desaparecerá el hielo con un aumento de 3 o 4 °C, que es realmente el camino por el que vamos. En la Antártida, en cambio, un incremento de 1,5 y 2 °C no causaría mayor derretimiento. Pero me pone muy nervioso un incremento mayor, porque no creo que sobreviva.
Para que se entienda mejor. Se cree que en Groenlandia un incremento de 1,5 °C aumentaría el nivel del mar unos 10 cm en un siglo, mientras con 2 °C aumentaría 30 cm. Entonces, no es que sea otro mundo. Pero con 3 o 4 °C, el escenario sería distinto, si además combinamos los datos de la Antártida. (Vea acá: ¿Cuál es la diferencia entre un planeta 1,5°C más caliente frente a uno 2 °C?)
¿Qué puede hacer una persona regular para cambiar este escenario?
No siempre sé una buena respuesta, porque es un gran problema. Y es muy triste decirlo, pero no creo que podamos salvaguardar los glaciares en Colombia, incluso si nos estabilizamos en 1,5°. Los glaciares desaparecerán en 30 años. Para las grandes capas de hielo no es demasiado tarde. Así que, para mí, por lo menos en América del Norte, una acción importante que podemos tomar es la forma como votamos. Debido a que es un problema tan grande, así individualmente nos preocupemos por nuestra energía, lo que consumimos y seamos responsables, no hará una mayor diferencia. Es un problema que debe resolverse con cooperación global, cuando decidamos que realmente queremos tomar en serio este problema. No creo que estemos listos todavía, pero creo que sucedería.