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Aunque son los menos señalados, los aviones son uno de los mayores contaminantes del ambiente. Se estima que el sector aeronaútico es responsable del 2,5 % de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial. Por eso Noruega ha decidido mutar a energías más limpias para sus vuelos. Esa fue la decisión tomada este año por las autoridades del país nórdico para los próximos 22 años.
El cambio se haría primero para recorridos cortos a nivel nacional, aquellos que tienen una duración de hasta 1,5 horas y que pueden ser cubiertos por aviones totalmente eléctricos. Esa transición cambiaría las cifras oficiales sobre las emisiones de gases efecto invernadero que emite este sector en el país nórdico, un estimado de 2,4% de sus contaminantes expulsados a la atmósfera.
Su pretesión para el año 2040 marca un hito en el panorama ambiental del mundo. Este país, precisamente, es el mayor productor de hidrocarburos de Europa occidental e irónicamente el líder del mercado de los transportes eléctricos. Sus barcos eléctricos son admirados internacionalmente y sus opciones de vehículos eléctricos, en términos de mércado, son los más pretendidos.
Con esta transformación, estima Avinor, el organismo público encargado de gestionar los aeropuertos noruegos que, "el trasporte aéreo ya no será un problema para el clima, sino una solución", concluyó su director Falk-Petersen para la agencia AFP.