Ojo con las noticias falsas del nevado del Ruiz
El Servicio Geológico Colombiano ha detectado que están circulando videos e imágenes del volcán que no son actuales y pueden generar alarma en la población.
El pasado sábado, José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, la asociación de ganaderos más importante de Colombia, esposo de la senadora María Fernanda Cabal y con casi 150.000 seguidores en Twitter, publicó una foto del nevado del Ruiz con el siguiente mensaje: “Nuestro nevado del Ruiz. En plena erupción”. La imagen muestra al volcán rodeado de una nube de ceniza con un tono rojizo.
En realidad, la fotografía es vieja (está circulando desde 2016). El tono rojizo o anaranjado, lejos de cualquier señal de lava, es común para los que viven alrededor del Ruiz y suele ser provocado por el reflejo del atardecer en la fumarola. El tuit de Lafaurie (que sigue publicado), tenía hasta la tarde de ayer más de 170.000 reproducciones y puede ser una muestra de lo importante que es comunicar en momentos como este.
El Servicio Geológico Colombiano ha detectado que están circulando videos e imágenes del volcán que no son actuales y pueden generar alarma en la población. Se trata de algo que ya ha sucedido en otros escenarios de amenazas o desastres naturales en el mundo y viene preocupando a gobiernos y científicos. Mucho más considerando que informes como el del IPCC sugieren que durante las próximas décadas es probable que se viva una mayor intensidad de eventos naturales como sequías, inundaciones, incendios o tsunamis. (Puede ver: Nevado del Ruiz: continúa la actividad sísmica sin certeza de erupción)
En 2021, un grupo de investigadores entre los que se encontraba Arindam Roy, del Foro del Sur de Asia para el Medio Ambiente (organización que trabaja para el desarrollo sostenible y el alivio de la pobreza en la ecorregión india del sur de Asia desde 2004), publicó un preprint en donde evaluaban la naturaleza y las consecuencias de las noticias falsas difundidas durante cuatro de los principales desastres ambientales de la era reciente (desastre nuclear de Fukushima, inundaciones al sur de la India, incendios forestales en el Amazonas y epidemia africana de ébola).
A través de palabras claves, los investigadores les siguieron la pista a informaciones que tenían el potencial de generar pánico. Por ejemplo, después del desastre nuclear de Fukushima (2011) circuló un supuesto mapa de contaminación radiactiva que cubría amplias zonas del océano Pacífico que se demostró falso. En India, pocas horas después de las graves inundaciones de Kerala, que provocaron en 2018 la pérdida de casi 500 vidas, se difundió masivamente un audio en WhatsApp que aseguraba que se habían detectado grietas en una reconocida presa de la región.
Más recientemente y cerca de Colombia, los incendios que afectaron la región amazónica (sobre todo de Brasil) también fueron objeto de muchas comunicaciones erróneas. Miles de personas, entre las que se incluían celebridades como Madonna y Cristiano Ronaldo, compartieron fotografías antiguas de incendios (que a veces ni siquiera eran del bosque amazónico) y situaciones dramáticas que involucraban a animales, pero la mayoría de las veces no eran reales.
Puede ver: El SGC despeja preguntas sobre la alerta naranja en el Nevado del Ruiz
También eran mentiras las noticias que se difundieron en África durante una de las mayores epidemias de ébola de la historia reciente, ocurrida entre 2014 y 2016, que insinuaban que la enfermedad había sido creada en un laboratorio o que los medicamentos que se aplicaban contra ella eran falsos y que la vacuna auténtica solo era para los blancos.
Los investigadores reseñan que la cuestión llegó a ser tan grave en África que, en el Congo, uno de los países más afectados por la enfermedad, una de cada cuatro personas estaba segura de que no había nada llamado ébola y que era algo político, lo que provocó ataques a centros de tratamiento.
Qué hacer
La contención de la información falsa en escenarios de desastre natural (o de amenaza) involucra a las instituciones del gobierno, organizaciones (como los medios y las redes sociales) y personas. El estudio de Roy, pero también pronunciamientos de la Organización Mundial de la Salud (que se enfrentó al mismo problema respecto al covid-19), apuntan a responsabilidades en todas esas direcciones.
Por ejemplo, la aclaración transparente y la difusión sensata de la información en los sitios web del Gobierno y redes sociales es extremadamente importante para contener la difusión de noticias falsas, dice la investigación. Se debe procurar que la terminología técnica se convierta al lenguaje masivo y organizar estrategias de comunicación que permanezcan en el tiempo, pues hay rumores (sobre todo en términos de salud) que pueden seguir circulando.
Puede ver: Hace 20 años no se declaraba alerta naranja en el Nevado del Ruiz
En cuanto al público, el Foro Económico Mundial ha recomendado que todos se hagan siempre dos preguntas: ¿de dónde proviene la información? y ¿quién la respalda? En Colombia, desde que el Servicio Geológico Colombiano subió a naranja la actividad del nevado del Ruiz, las autoridades han insistido en seguir las directrices de esa entidad. De hecho, en aras de que la información llegue a todos en las comunidades con mayor riesgo, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic) activó un plan de emergencias de comunicaciones.
Las emisoras deberán dar prelación a las autoridades en la transmisión de comunicaciones relacionadas con las acciones de prevención y atención de la situación. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastre estará a cargo de esos contenidos.
En este punto, dicen en el SGC, es importante que la ciudadanía tenga claro que el actual estado de alerta (naranja) no hace inminente una erupción, pero sí obliga a que tanto las autoridades nacionales, regionales y municipales como la comunidad en general estén preparados para gestionar su riesgo, teniendo en cuenta los planes de emergencias y las rutas de evacuación. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres ya activó, por ejemplo, los consejos de gestión de riesgo en los departamentos de Tolima, Caldas, Risaralda, Quindío y Cundinamarca.
Puede ver: Durante cuatro meses estará prohibido comercializar el cangrejo negro en San Andrés
Científicamente, no es posible saber de manera exacta qué sucederá con el volcán. La situación que se vive ahora ya pasó el 31 de marzo de 2012, cuando su actividad cambió a nivel naranja hasta el 3 de mayo, cuando de nuevo regresó a amarillo. Lo que sí es seguro, insiste el SGC, es que se necesita tiempo para observar tendencias y patrones; es decir, es posible que la alerta naranja no disminuya a amarillo tan pronto.
Durante ese tiempo será clave la responsabilidad con la que medios y figuras públicas actúen respecto a la información publicada. Lo más importante ahora, decía hace unos días Eduard Enciso, habitante de Murillo, un municipio a unos 20 kilómetros del volcán, es que la situación no se traduzca en una zozobra: “Sabemos que eso sería mucho peor”.
El pasado sábado, José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, la asociación de ganaderos más importante de Colombia, esposo de la senadora María Fernanda Cabal y con casi 150.000 seguidores en Twitter, publicó una foto del nevado del Ruiz con el siguiente mensaje: “Nuestro nevado del Ruiz. En plena erupción”. La imagen muestra al volcán rodeado de una nube de ceniza con un tono rojizo.
En realidad, la fotografía es vieja (está circulando desde 2016). El tono rojizo o anaranjado, lejos de cualquier señal de lava, es común para los que viven alrededor del Ruiz y suele ser provocado por el reflejo del atardecer en la fumarola. El tuit de Lafaurie (que sigue publicado), tenía hasta la tarde de ayer más de 170.000 reproducciones y puede ser una muestra de lo importante que es comunicar en momentos como este.
El Servicio Geológico Colombiano ha detectado que están circulando videos e imágenes del volcán que no son actuales y pueden generar alarma en la población. Se trata de algo que ya ha sucedido en otros escenarios de amenazas o desastres naturales en el mundo y viene preocupando a gobiernos y científicos. Mucho más considerando que informes como el del IPCC sugieren que durante las próximas décadas es probable que se viva una mayor intensidad de eventos naturales como sequías, inundaciones, incendios o tsunamis. (Puede ver: Nevado del Ruiz: continúa la actividad sísmica sin certeza de erupción)
En 2021, un grupo de investigadores entre los que se encontraba Arindam Roy, del Foro del Sur de Asia para el Medio Ambiente (organización que trabaja para el desarrollo sostenible y el alivio de la pobreza en la ecorregión india del sur de Asia desde 2004), publicó un preprint en donde evaluaban la naturaleza y las consecuencias de las noticias falsas difundidas durante cuatro de los principales desastres ambientales de la era reciente (desastre nuclear de Fukushima, inundaciones al sur de la India, incendios forestales en el Amazonas y epidemia africana de ébola).
A través de palabras claves, los investigadores les siguieron la pista a informaciones que tenían el potencial de generar pánico. Por ejemplo, después del desastre nuclear de Fukushima (2011) circuló un supuesto mapa de contaminación radiactiva que cubría amplias zonas del océano Pacífico que se demostró falso. En India, pocas horas después de las graves inundaciones de Kerala, que provocaron en 2018 la pérdida de casi 500 vidas, se difundió masivamente un audio en WhatsApp que aseguraba que se habían detectado grietas en una reconocida presa de la región.
Más recientemente y cerca de Colombia, los incendios que afectaron la región amazónica (sobre todo de Brasil) también fueron objeto de muchas comunicaciones erróneas. Miles de personas, entre las que se incluían celebridades como Madonna y Cristiano Ronaldo, compartieron fotografías antiguas de incendios (que a veces ni siquiera eran del bosque amazónico) y situaciones dramáticas que involucraban a animales, pero la mayoría de las veces no eran reales.
Puede ver: El SGC despeja preguntas sobre la alerta naranja en el Nevado del Ruiz
También eran mentiras las noticias que se difundieron en África durante una de las mayores epidemias de ébola de la historia reciente, ocurrida entre 2014 y 2016, que insinuaban que la enfermedad había sido creada en un laboratorio o que los medicamentos que se aplicaban contra ella eran falsos y que la vacuna auténtica solo era para los blancos.
Los investigadores reseñan que la cuestión llegó a ser tan grave en África que, en el Congo, uno de los países más afectados por la enfermedad, una de cada cuatro personas estaba segura de que no había nada llamado ébola y que era algo político, lo que provocó ataques a centros de tratamiento.
Qué hacer
La contención de la información falsa en escenarios de desastre natural (o de amenaza) involucra a las instituciones del gobierno, organizaciones (como los medios y las redes sociales) y personas. El estudio de Roy, pero también pronunciamientos de la Organización Mundial de la Salud (que se enfrentó al mismo problema respecto al covid-19), apuntan a responsabilidades en todas esas direcciones.
Por ejemplo, la aclaración transparente y la difusión sensata de la información en los sitios web del Gobierno y redes sociales es extremadamente importante para contener la difusión de noticias falsas, dice la investigación. Se debe procurar que la terminología técnica se convierta al lenguaje masivo y organizar estrategias de comunicación que permanezcan en el tiempo, pues hay rumores (sobre todo en términos de salud) que pueden seguir circulando.
Puede ver: Hace 20 años no se declaraba alerta naranja en el Nevado del Ruiz
En cuanto al público, el Foro Económico Mundial ha recomendado que todos se hagan siempre dos preguntas: ¿de dónde proviene la información? y ¿quién la respalda? En Colombia, desde que el Servicio Geológico Colombiano subió a naranja la actividad del nevado del Ruiz, las autoridades han insistido en seguir las directrices de esa entidad. De hecho, en aras de que la información llegue a todos en las comunidades con mayor riesgo, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic) activó un plan de emergencias de comunicaciones.
Las emisoras deberán dar prelación a las autoridades en la transmisión de comunicaciones relacionadas con las acciones de prevención y atención de la situación. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastre estará a cargo de esos contenidos.
En este punto, dicen en el SGC, es importante que la ciudadanía tenga claro que el actual estado de alerta (naranja) no hace inminente una erupción, pero sí obliga a que tanto las autoridades nacionales, regionales y municipales como la comunidad en general estén preparados para gestionar su riesgo, teniendo en cuenta los planes de emergencias y las rutas de evacuación. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres ya activó, por ejemplo, los consejos de gestión de riesgo en los departamentos de Tolima, Caldas, Risaralda, Quindío y Cundinamarca.
Puede ver: Durante cuatro meses estará prohibido comercializar el cangrejo negro en San Andrés
Científicamente, no es posible saber de manera exacta qué sucederá con el volcán. La situación que se vive ahora ya pasó el 31 de marzo de 2012, cuando su actividad cambió a nivel naranja hasta el 3 de mayo, cuando de nuevo regresó a amarillo. Lo que sí es seguro, insiste el SGC, es que se necesita tiempo para observar tendencias y patrones; es decir, es posible que la alerta naranja no disminuya a amarillo tan pronto.
Durante ese tiempo será clave la responsabilidad con la que medios y figuras públicas actúen respecto a la información publicada. Lo más importante ahora, decía hace unos días Eduard Enciso, habitante de Murillo, un municipio a unos 20 kilómetros del volcán, es que la situación no se traduzca en una zozobra: “Sabemos que eso sería mucho peor”.