Osos polares desaparecerían a finales de siglo por disminución de hielo marino
Un nuevo estudio comprobó que para finales de este siglo el hielo marino del Ártico, que ha disminuido de manera constante, podría desaparecer durante el verano. Un evento que podría generar que las especies dependientes del hielo se extingan. Los resultados fueron publicados en la revista Earth’s Future.
Los osos polares, los pingüinos, los lobos o focas marinas y las otras especies de animales que dependen del hielo podrían estar en riesgo de extinción para finales del siglo si la disminución del hielo marino del Ártico continua. La capa de hielo ha presentado una disminución constante desde que comenzaron los registros de satélites, en 1979. (Lea: Disminuyen las poblaciones de aves marinas del Ártico por el deshielo del mar)
Ahora, en un nuevo estudio un grupo de investigadores analizó varios escenarios que pronostican las probabilidades de la disminución del hielo Ártico, que abarca un área de más de 380.000 millas cuadradas desde la costa occidental del archipiélago ártico canadiense hasta la costa norte de Groenlandia.
Para realizar el pronóstico, los científicos se basaron en que el hielo marino se reducirá drásticamente para 2050, como ya lo han señalado varias investigaciones. El primer escenario, que es el más optimista, plantea que si las emisiones de carbono se reducen de forma inmediata y drástica para evitar que la tierra se siga calentando, podría sobrevivir en la región una porción muy limitada del hielo.
El otro escenario, que por supuesto es el más catastrófico, supone que si las emisiones continúan incrementando al ritmo actual, el hielo de verano podría desaparecer para 2100, dejando en riesgo de extinción a los osos polares, las focas marinas y las otras especies que dependen de él.
Robert Newton, investigador principal del estudio y científico del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, por medio de un comunicado de prensa, señaló que “desafortunadamente, este es un experimento masivo que estamos haciendo. Si desaparece el hielo durante todo el año, se colapsarán ecosistemas enteros que dependen del hielo y comenzará algo nuevo”. (Puede leer: Última zona helada del Ártico registró una drástica pérdida de hielo marino)
Newton y su equipo de trabajo explicaron que todos los años la capa de hielo marino en el Ártico crece y luego se contrae alcanzando su extensión mínima, en septiembre, que es cuando se registra la final de la temporada de deshielo de verano. Entre otoño e invierno se recupera la capa de hielo para que, en marzo, alcance su extensión máxima.
Pero, advierten los expertos, el problema surge en la medida en que el dióxido de carbono (CO₂) y otros gases de efecto invernadero, como el metano, generan un calentamiento en la temperatura de la atmósfera, lo que ha generado que la extensión del hielo marino, cada vez más, se encuentre en los límites más reducidos.
Cifras del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC) han registrado que los últimos 15 años han traído las 15 extensiones de hielo marino más bajas en el registro satelital. “La cantidad de hielo ártico más antiguo y grueso que ha sobrevivido al menos una temporada de deshielo se encuentra en un mínimo histórico”, señaló el NSIDC en su página web.
Una reducción drástica en la cobertura del hielo marino traería graves consecuencias en los ecosistemas y en las especies que allí habitan. “Las focas anilladas y los osos polares, por ejemplo, han confiado en sus guaridas en la superficie ondulada y ondulada del hielo marino para permanecer aproximadamente en un lugar”, escribieron los investigadores en los resultados publicados en la revista Earth’s Future.
En el caso de los osos polares, por ejemplo, son depredadores que están adaptados para acechar sobre el hielo marino. Sus mandíbulas están “hechas” para consumir grasa blanda y carne, como la de las focas marinas. Sin embargo, el deshielo ha generado que, en algunas ocasiones, cambien su dieta por huevos de aves marinas. Un estudio publicado en 2015 en la revista Frontiers in Ecology and the Environment encontró que no les brindan la misma cantidad de calorías y proteínas. (Le puede interesar: En el año 2100 habrá una tragedia en el Ártico si no se frenan las emisiones)
Además de un cambio en su alimentación, los osos polares también están modificando sus patrones de migración debido a los cambios en el hielo marino. Los cambios en el hielo están llevando a los osos a pasar más tiempo en tierra, donde tienen que pasar más tiempo sin comer y depender de las reservas de grasa para recuperarse.
Los expertos advierten que incluso con un Ártico parcialmente derretido también se podría crear un ciclo de retroalimentación positiva. “Esto no quiere decir que será un entorno estéril y sin vida. Surgirán cosas nuevas, pero es posible que las nuevas criaturas tarden un poco en invadir. Además, la superficie del agua es más oscura y más eficiente para absorber la luz solar, lo que significa que el derretimiento aceleraría la tasa general de calentamiento”.
Los osos polares, los pingüinos, los lobos o focas marinas y las otras especies de animales que dependen del hielo podrían estar en riesgo de extinción para finales del siglo si la disminución del hielo marino del Ártico continua. La capa de hielo ha presentado una disminución constante desde que comenzaron los registros de satélites, en 1979. (Lea: Disminuyen las poblaciones de aves marinas del Ártico por el deshielo del mar)
Ahora, en un nuevo estudio un grupo de investigadores analizó varios escenarios que pronostican las probabilidades de la disminución del hielo Ártico, que abarca un área de más de 380.000 millas cuadradas desde la costa occidental del archipiélago ártico canadiense hasta la costa norte de Groenlandia.
Para realizar el pronóstico, los científicos se basaron en que el hielo marino se reducirá drásticamente para 2050, como ya lo han señalado varias investigaciones. El primer escenario, que es el más optimista, plantea que si las emisiones de carbono se reducen de forma inmediata y drástica para evitar que la tierra se siga calentando, podría sobrevivir en la región una porción muy limitada del hielo.
El otro escenario, que por supuesto es el más catastrófico, supone que si las emisiones continúan incrementando al ritmo actual, el hielo de verano podría desaparecer para 2100, dejando en riesgo de extinción a los osos polares, las focas marinas y las otras especies que dependen de él.
Robert Newton, investigador principal del estudio y científico del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia, por medio de un comunicado de prensa, señaló que “desafortunadamente, este es un experimento masivo que estamos haciendo. Si desaparece el hielo durante todo el año, se colapsarán ecosistemas enteros que dependen del hielo y comenzará algo nuevo”. (Puede leer: Última zona helada del Ártico registró una drástica pérdida de hielo marino)
Newton y su equipo de trabajo explicaron que todos los años la capa de hielo marino en el Ártico crece y luego se contrae alcanzando su extensión mínima, en septiembre, que es cuando se registra la final de la temporada de deshielo de verano. Entre otoño e invierno se recupera la capa de hielo para que, en marzo, alcance su extensión máxima.
Pero, advierten los expertos, el problema surge en la medida en que el dióxido de carbono (CO₂) y otros gases de efecto invernadero, como el metano, generan un calentamiento en la temperatura de la atmósfera, lo que ha generado que la extensión del hielo marino, cada vez más, se encuentre en los límites más reducidos.
Cifras del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC) han registrado que los últimos 15 años han traído las 15 extensiones de hielo marino más bajas en el registro satelital. “La cantidad de hielo ártico más antiguo y grueso que ha sobrevivido al menos una temporada de deshielo se encuentra en un mínimo histórico”, señaló el NSIDC en su página web.
Una reducción drástica en la cobertura del hielo marino traería graves consecuencias en los ecosistemas y en las especies que allí habitan. “Las focas anilladas y los osos polares, por ejemplo, han confiado en sus guaridas en la superficie ondulada y ondulada del hielo marino para permanecer aproximadamente en un lugar”, escribieron los investigadores en los resultados publicados en la revista Earth’s Future.
En el caso de los osos polares, por ejemplo, son depredadores que están adaptados para acechar sobre el hielo marino. Sus mandíbulas están “hechas” para consumir grasa blanda y carne, como la de las focas marinas. Sin embargo, el deshielo ha generado que, en algunas ocasiones, cambien su dieta por huevos de aves marinas. Un estudio publicado en 2015 en la revista Frontiers in Ecology and the Environment encontró que no les brindan la misma cantidad de calorías y proteínas. (Le puede interesar: En el año 2100 habrá una tragedia en el Ártico si no se frenan las emisiones)
Además de un cambio en su alimentación, los osos polares también están modificando sus patrones de migración debido a los cambios en el hielo marino. Los cambios en el hielo están llevando a los osos a pasar más tiempo en tierra, donde tienen que pasar más tiempo sin comer y depender de las reservas de grasa para recuperarse.
Los expertos advierten que incluso con un Ártico parcialmente derretido también se podría crear un ciclo de retroalimentación positiva. “Esto no quiere decir que será un entorno estéril y sin vida. Surgirán cosas nuevas, pero es posible que las nuevas criaturas tarden un poco en invadir. Además, la superficie del agua es más oscura y más eficiente para absorber la luz solar, lo que significa que el derretimiento aceleraría la tasa general de calentamiento”.