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A lo largo del tiempo, científicos de todo el mundo han dicho que, para cersiorarse de que el estado del salud del Ártico esté bien, hay que fijarse en los osos polares. Estos mamíferos, que están en lo más alto de la cadena alimenticia, son cruciales para el equilibrio de la vida marina, según numerosos reportes del World Wildlife Fund.
Sin embargo, no resulta novedoso que se reporten amenazas a esta especie, sobre todo por las consecuencias del cambio climático. El deshielo que ha alcanzado límites máximos en el Ártico es un ejemplo de cómo estos animales se han visto obligados a pasar cada vez más tiempo en tierra firme, lo que afecta su comportamiento, alimentación e, incluso, supervivencia.
A esa lista de amenazas se suma una mencionada en un reciente artículo de investigación publicado por expertos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, que encontró heridas en las patas de algunos osos polares como consecuencia del cambio climático.
La ecóloga marina Kristin Laidre, una de las autoras principales del estudio, publicado Ecology el pasado 22 de octubre, dijo que nunca había visto algo así. “Los dos osos más afectados no podían correr o caminar con facilidad”, dijo.
Y es que las heridas, según la experta, iban desde bolas de hielo pegadas a las patas de los animales que tenían el mismo tamaño que un plato, hasta cortes profundos y sangrantes en sus almohadillas. Laidre fue enfática al decir que es la primera vez que observan lesiones semejantes.
Según la experta, las bolas de hielo se habrían formado debido a nieve fongosa que se quedó atrapada en las almohadillas, necesarias para el agarre de los osos polares al caminar el superficies lisas.
Las heridas se habrían formado debido a nieve fongosa que quedó atrapada en las almohadillas, necesarias para el agarre de los osos polares al caminar en superficies lisas. Así, las bolas de hielo acumuladas formaron bloques de hielo de hasta 30 centímetros de ancho. Algunas no solo se pegaron al pelo de los animales, sino también a su piel, y al intentar ser removidas por los expertos, Laidre explicó que claramente ocasionaba dolor en los osos.
Para llegar a esa conclusión, Laidre y el coautor del estudio, el biólogo de vida silvestre y veterinario Stephen Atkinson, examinaron 61 osos de la población Kane Basin, entre Groenlandia y Canadá. De esa cantidad, aproximadamente el 73 % presentó lesiones en sus patas entre 2012 y 2013. También examinaron 124 osos en Gloenlandia oriental, de los cuales 15 sufrieron las mismas heridas entre 2018 y 2022.
A la hora de hablar de posibles causas, los investigadores mencionaron el aumento de temperatura a nivel mundial que, de manera particular, ha afectado al Ártico. Esto ha ocasionado periodos cálidos en los que el hielo que se derrite podría estar afectando las patas de los animales.
Una segunda explicación apuntaría a otra consecuencia del cambio climático: las constantes lluvias en el Ártico, que convierte la nieve en agua nieve que podría quedarse atrapada en las patas de osos.
Sin embargo, en cualquiera de los escenarios, los investigadores mostraron preocupación y señalaron la necesidad de tomar medidas para cuidar a estos animales, fundamentales para el ecosistema Ártico y marino.
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