Otro gran reto: movilizar las vacas que viven cerca del volcán del Ruiz
Aunque el gobierno ha insistido en la necesidad de que evacuen 2.500 familias de las zonas que están en riesgo por la alerta naranja del volcán del nevado del Ruiz, todavía no hay una logística clara sobre la movilización de animales, como cerdos, caballos, vacas, entre otros. Un motivo por el que algunos no han salido de sus predios.
María Paula Lizarazo
La semana pasada el Gobierno anunció que es necesaria la evacuación de 2.500 familias debido a la alerta naranja en el volcán del nevado del Ruiz. Estas evacuaciones se están liderando por las autoridades de cada territorio; sin embargo, todavía no hay un balance nacional de cuántas personas han evacuado. Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), quienes ya “evacuaron se alojaron en casa de sus familiares o amigos, por lo que aún no hay familias en los albergues dispuestos por las alcaldías y gobernaciones”.
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La semana pasada el Gobierno anunció que es necesaria la evacuación de 2.500 familias debido a la alerta naranja en el volcán del nevado del Ruiz. Estas evacuaciones se están liderando por las autoridades de cada territorio; sin embargo, todavía no hay un balance nacional de cuántas personas han evacuado. Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), quienes ya “evacuaron se alojaron en casa de sus familiares o amigos, por lo que aún no hay familias en los albergues dispuestos por las alcaldías y gobernaciones”.
En Caldas, en donde el municipio que se encuentra en zona de alto riesgo es Villamaría, han evacuado 39 personas de forma voluntaria. Esta evacuación ha sido parcial, pues no sale toda la familia, sino que alguien se queda como cuidador en las fincas. En el caso de Santa Rosa (Risaralda), por ahora solo han evacuado una madre con su hija.
Uno de los motivos por los que todas las familias no han salido, son los animales que tienen en sus predios. El 6 de abril, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) anunció medidas excepcionales para facilitar la movilización de animales en 26 municipios de Tolima, Caldas, Risaralda y Cundinamarca mientras “dure la calamidad pública” en esas zonas. El ICA afirmó que apoyaría a las autoridades competentes “para establecer posibles rutas de evacuación de animales, según la especie” y que daría las indicaciones para su manejo adecuado. (Puede ver: Así se le toma el “pulso” al nevado del Ruiz)
Entre algunas recomendaciones de la entidad a los productores y tenedores de animales, está que, de acuerdo a la especie, se deben “generar y tener alternativas de alimentación suficiente para el número de animales afectados por la emergencia”; y en caso de que no se pueda movilizar a los animales a lugares seguros, “se debe hacer verificación periódica de las condiciones de potreros e instalaciones para evitar su acceso a áreas que puedan generar un peligro inminente”.
De ser necesario y en escenarios de emergencia, se debe considerar el sacrificio humanitario a los animales, por lo que la entidad recomienda que “(....) cualquier práctica debe realizarse de tal manera que se cause el mínimo estrés y dolor al animal”.
La cuestión de los animales y su gestión durante la actual alerta naranja ya ha sido un asunto sobre el que el director encargado de la UNGRD, Luis Fernando Velasco, se ha referido. En una rueda de prensa de finales de la semana pasada, por ejemplo, Velasco le insistió a las familias evacuar: una vaca se puede “reemplazar”, dijo, pero “la vida no se reemplaza con nada”. El funcionario agregó entonces que el Gobierno estaba buscando soluciones, pero aún hay una gran incertidumbre.
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Según le explicó a El Espectador Gloria Alcázar, directora ejecutiva del Grupo de Gestión del riesgo y Asesoría veterinaria en Emergencias y Desastres (GRAVED), “los pequeños productores que tienen de 5 a 12 vacas han establecido contacto con personas que viven en zonas más seguras y se han llevado sus animales a esos lugares con préstamos de potrero”. Sin embargo, para quienes tienen decenas o cientos de animales, la movilización se complica logística y económicamente.
Hay zonas en las regiones en las que solo entran algunas 4x4 en donde “caben más o menos 8 o 10 animales, imagínense cómo hacemos para bajar 200 vacas”, ejemplifica Alcázar. Pero, ¿de cuántos animales se está hablando exactamente?
De acuerdo con el ICA, se estima que en las zonas de riesgo de Tolima, Caldas, Risaralda y Cundinamarca hay alrededor de 65.000 animales, entre ganado, porcinos, equinos y aves. Para establecer esta cifra, la entidad tomó los registros de predio pecuario que tienen, así como de los ciclos de vacunación. “Primero teníamos información a nivel de municipios, luego la fuimos descendiendo a nivel de veredas, e incluso ahora se habla de un radio de 15 km alrededor”, afirmó para El Espectador Juan Fernando Roa, gerente (e) del ICA.
¿Cómo movilizar miles de animales?
La pregunta clave es cómo planear y ejecutar una operación de traslado de miles de animales. Desde la UNGRD Velasco ha dicho que una opción podría ser que las personas “bajen a los albergues, ya sean de su propia familia, amigos o del Estado, y estén al menos durante la noche allí”. Si hay temores respecto a la finca, se podría plantear, dijo el funcionario, que durante el día se pueda ir a las parcelas, verificar que todo esté bien, alimentar a los animales, y regresar a los albergues en la noche.
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Luis Carlos Velázquez, gobernador de Caldas, aseguró para la revista Semana que lo ideal sería encontrar la forma más eficiente para desplazar los animales, “pero hay algo fundamental y es la voluntad de los propietarios, es cierto que nos hemos encontrado con familias que no están dispuestas a evacuar y por supuesto tampoco a movilizar a sus animales (que incluyen animales de compañía y de ganadería)”.
El principal temor de los campesinos con la movilización de los animales radica en la posibilidad de que se confundan. Alcázar explica que es clave que los animales estén identificados, ya sea con chapetas, aretes o marcaje por tatuaje para saber quién es el dueño. Desde el GRAVED insisten en la necesidad de una campaña “con todos los campesinos para que los animales estén debidamente identificados y en algún caso, ya sea de traslado o de una erupción del volcán, si los animales quedan a la huida, poder entregarlos a su propietario”.
Otra opción que se está barajando es que las entidades territoriales se coordinen con el gremio ganadero para disponer de algunas fincas alejadas de las zonas de riesgo para trasladar a los animales. Las alcaldías y gobernaciones están organizando esa logística y se está buscando implementar un plan de bienestar animal. Alcázar puntualiza que para acordar una logística adecuada habría que “establecer una negociación sensata con los campesinos, ponerlos en el contexto de que se trata de proteger las vidas de los animales y la integridad de su salud”.
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De hecho, el 10 de abril se reunieron los gerentes seccionales del ICA en Caldas y Tolima con campesinos y productores. Según explica Roa, en las reuniones se adelantó la “socialización de las condiciones excepcionales que hemos establecido para que cuando las decisiones alrededor de las evacuaciones (de animales) se tomen y se pongan en marcha, el Instituto ponga a actuar su aparato técnico y administrativo. Tenemos el escenario listo para apoyar cualquier decisión”.
Por ahora, y mientras las autoridades intentan coordinar esa evacuación preventiva, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) sigue monitoreando la fractura de roca al interior del volcán, que “continúa localizada en el sector suroccidental, a profundidades entre 2 y 4 km y a una distancia del cráter entre 2 y 6 km”. Hasta el momento, el día en que menor número de sismos se han registrado fue el 9 de abril con 180 eventos al interior de este. Según el SGC, para que el nivel retorne a amarillo se requiere identificar patrones y tendencias que permitan inferir una disminución de la actividad.
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