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El impacto de las actividades humanas es cada vez mayor en los ecosistemas, la flora y la fauna. Y, continuamente son más los esfuerzos de la comunidad científica para comprender esas consecuencias. De hecho, recientemente un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) se dio a la tarea de estimar la superposición entre las poblaciones humanas y de la vida silvestre. Los resultados fueron publicados en la revista Science Advances.
La conclusión de este estudio, señalan los científicos, es que en los próximos 50 años, es decir, para 2070, las personas se adentrarán aún más en los hábitats de la fauna silvestre. Para ser más precisos, estiman que para 2070, los humanos invadirán el 57% de los hábitats, lo que pondría en riesgo la biodiversidad y aumentará las posibilidades de futuras pandemias.
De acuerdo con Neil Carter, investigador principal y profesor de medio ambiente y sostenibilidad en la Universidad de Michigan (Estados Unidos), en la actualidad contamos con algunos lugares, como los bosques, donde todavía no hay presencia de las personas. Sin embargo, advierte, “con el paso del tiempo comenzaremos a ver más presencia y actividades humanas, e interacciones con la vida silvestre”.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores compararon las estimaciones que señalaban aquellos lugares donde había una alta probabilidad de que la gente habitara y lo combinaron con los datos de las áreas de distribución espacial de más de 22.000 especies.
Los resultados, se puede leer en la revista Science, mostraron que la superposición entre humanos y animales se concentrará principalmente en aquellas regiones en las que la densidad de población humana es alta. Por ejemplo, India o China. En cuanto a Suramérica, aquellas áreas agrícolas y forestales, también podrían presentar incrementos considerables.
En otras zonas, en cambio, se estimó que la superposición disminuirá, incluso en un poco más del 20%. Esto podría ocurrir en países de Europa, por ejemplo.
Esta superposición, a los ojos de los investigadores, es preocupante porque a medida que los humanos y los animales comparten más zonas, se desencadena una mayor posibilidad de transmisión de enfermedades, pues en la actualidad, cerca del 75% de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas. Además, se podría registrar el incremento de la caza furtiva.
Para Deqiang Ma, autor del estudio e investigador postdoctoral en el Instituto de Biología del Cambio Global de la Universidad de Michigan, estos resultados podrían ayudar a los tomadores de decisiones, pues los orienta “para que se centren más en la conservación de la riqueza de especies”.
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