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El Senado aprobó en último debate el proyecto de ley contra el ruido, liderado por el representante Daniel Carvalho. La medida fue celebrada por diversos sectores del país, dada la cada vez más creciente evidencia de los efectos nocivos que tiene el exceso de ruido en el ambiente y la salud. Por solo mencionar alguno, la Organización Mundial de la Salud ha subrayado que la contaminación acústica tiene impactos graves en la salud, por ejemplo, a través del estrés, el insomnio, la ansiedad y la baja productividad laboral.
Pero, ¿qué propone esta ley? Entre sus principales componentes, la ley incluye diversas medidas para abordar la problemática del ruido de manera integral. En primer lugar, se busca definir principios y competencias que permitan gestionar, mitigar y controlar los impactos negativos del ruido en la población y el ambiente. Esto implica establecer un marco claro que oriente las acciones de las diferentes entidades responsables.
Además, la ley propone fijar lineamientos específicos para la formulación de una Política de Calidad Acústica, asignando responsabilidades claras a las instituciones competentes. Esto permitirá que las acciones y normativas en torno al manejo del ruido se coordinen de manera efectiva y se orienten a lograr objetivos comunes. Otro punto clave es el desarrollo de estrategias interinstitucionales que fortalezcan la gestión de la contaminación acústica. Estas estrategias promoverán la cooperación entre diferentes niveles de gobierno, sector privado y ciudadanía, asegurando una respuesta más articulada y eficiente ante este problema.
La ley busca fortalecer las herramientas jurídicas y de policía para preservar el orden público frente a las afectaciones derivadas del ruido. Esto incluye medidas que permitan garantizar el cumplimiento de las normativas acústicas, así como la resolución efectiva de conflictos relacionados con este tema. No hay que olvidar que, según la Policía Nacional, el 70% de los conflictos de convivencia están relacionados con el ruido.
Política de Calidad Acústica
Uno de los aspectos más importantes de la ley es la creación de una Política de Calidad Acústica, que tiene como objetivo reducir los niveles de ruido en Colombia, creando un entorno más saludable y tranquilo.
Para lograr esto, se busca desarrollar una estrategia que unifique las normas existentes e identifique la necesidad de nuevas reglamentaciones, a través de una coordinación efectiva entre todas las entidades. Los ministerios de salud, ambiente, transporte, vivienda, justicia, defensa, cultura y trabajo, entre otros, tendrán responsabilidades específicas para garantizar que esta política se implemente de manera integral.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible será clave en esta tarea. En un plazo de 18 meses, deberá definir los indicadores que representen la calidad acústica en el país, establecer procedimientos para medir el ruido, crear mapas de ruido y diseñar programas para reducir la contaminación acústica. Además, fijará niveles de prevención, alerta y emergencia, y desarrollará medidas generales para mitigar el impacto del ruido. Esta labor garantizará un marco técnico sólido para abordar el problema del ruido a nivel nacional.
Por su parte, el Ministerio de Salud actualizará las normas relacionadas con el ruido en un periodo de 18 meses, asegurando que estas protejan la salud de la población. Además, deberá realizar estudios sobre los efectos del ruido en la salud, incluyendo los costos económicos que esto representa para el sistema de salud. También deberá identificar cómo la contaminación acústica afecta a las personas en el espectro autista, y se impulsarán soluciones que les proporcionen condiciones de confort acústico para su bienestar y desarrollo.
¿Qué ruido es dañino?
Hay que recordar en este punto que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los niveles de ruido superiores a 65 decibelios (dB) pueden empezar a causar impactos negativos, especialmente si la exposición es continua. En este rango, se pueden experimentar problemas como estrés, trastornos del sueño y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Para que se haga una idea, 65 decibelios es el sonido de un aire acondicionado a una distancia de unos pocos metros. Es un nivel que, aunque no causa daños inmediatos, puede resultar molesto si se mantiene de forma constante en el tiempo
Cuando el ruido supera los 85 dB, los efectos son más graves, y la exposición prolongada puede generar pérdida auditiva permanente. Los 85 decibelios (dB) son el equivalente al sonido de un tráfico denso o una aspiradora a corta distancia. Este nivel de ruido es importante porque, según la Organización Mundial de la Salud, la exposición prolongada a niveles de ruido superiores a 85 dB puede comenzar a dañar la audición. Por ejemplo, estar cerca de maquinaria industrial o escuchar música a volumen alto por períodos prolongados puede generar riesgos para la salud auditiva. Es recomendable usar protección auditiva en entornos con estos niveles de ruido para prevenir pérdidas auditivas a largo plazo.
Por último, los niveles de ruido superiores a 100 dB, como los encontrados cerca de maquinaria industrial o eventos ruidosos, pueden causar daño auditivo inmediato y agravar los problemas de salud previamente mencionados. La OMS también señala que el ruido excesivo contribuye a problemas de salud mental, como la depresión y el estrés crónico. Por esta razón, recomienda que en áreas residenciales los niveles de ruido no superen los 55 dB durante el día y los 45 dB durante la noche para minimizar los riesgos para la salud.
Otras responsabilidades
En la Política de Calidad Acústica, el Ministerio de Vivienda trabajará en lineamientos técnicos que aseguren el confort acústico en edificaciones. En el mismo plazo de 18 meses, se establecerán estándares para el aislamiento acústico, el control del ruido y las vibraciones, promoviendo edificaciones que cumplan con los parámetros de calidad acústica establecidos. Los Ministerios de Defensa y Justicia diseñarán procedimientos para medir y evaluar el ruido asociado con la convivencia ciudadana, con énfasis en acciones rápidas y efectivas para controlar su impacto. El Ministerio de Transporte, por su parte, revisará y actualizará las reglamentaciones en su ámbito para promover un transporte más silencioso y menos contaminante.
A nivel territorial, las Corporaciones Autónomas Regionales y otras autoridades ambientales tendrán seis meses para implementar los indicadores de calidad acústica en sus jurisdicciones, desarrollando planes de acción ajustados a las necesidades locales.
Las alcaldías municipales y distritales deberán ajustar sus Planes de Ordenamiento Territorial en un plazo de 12 meses, incorporando medidas que mejoren la calidad acústica en sus municipios y distritos. Un aspecto innovador de esta política será la evaluación y posible implementación de tecnologías portátiles para la medición de ruido, facilitando su uso tanto por las autoridades como por los ciudadanos. Además, las metodologías y normas técnicas serán simplificadas para garantizar su aplicación efectiva en todo el país. Estas medidas estarán alineadas con estándares internacionales, adaptándose al contexto colombiano.
A la ley solo le falta sanción presidencial.
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