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Desde hace décadas, los científicos saben que las grandes perturbaciones geomagnéticas que afectan el campo magnético de la Tierra, tienen varios impactos en nuestro planeta. Desde las auroras boreales, que iluminan las noches en los lugares más cercanos a los polos, hasta interrupción de las comunicaciones por satélites o interferencias en los sistemas de navegación. (Puede leer: Ampliaron en cerca de 22.000 hectáreas un resguardo indígena en la Amazonía)
Sin embargo, poco se ha investigado cómo estas perturbaciones, conocidas como meteorología espacial y generadas principalmente por ráfagas de energía procedentes del Sol, afectan a ciertos sistemas biológicos, como por ejemplo el de algunas aves que dependen del campo magnético de la Tierra para orientarse durante sus extensas migraciones.
Ahora, un reciente estudio realizado por investigadores de distintas universidades de Estados Unidos, analizó más de tres millones de datos de la migración de varias especies de aves a lo largo de 23 años. Los datos fueron recopilados en la ruta migratoria central de las Grandes Llanuras de este país, que se extiende por más de 1600 kilómetros. (Le puede interesar: Colombia postuló al Darién chocoano como Reserva de Biosfera de la Unesco)
Lo que buscaban aclarar era cómo esas perturbaciones periódicas al campo magnético del planeta afectaban la fiabilidad del sistema biológico de navegación de algunas aves migratorias. En otras palabras, cómo las erupciones solares interferían en el funcionamiento del GPS de estos animales.
Tras analizar ese gran conjunto de datos, los investigadores encontraron que, tanto en primavera como en otoño, la cantidad de aves migratorias disminuyó entre un 9 y un 17 % durante los fenómenos meteorológicos espaciales graves. (También puede leer: El dilema de dejar o no enterrado el carbón en Colombia)
“Además, las aves que decidían migrar durante esos fenómenos parecían tener más dificultades para navegar, sobre todo en otoño, cuando el cielo estaba nublado”, apuntan los científicos en su estudio que fue publicado en la revista académica Earth, Atmospheric, and Planetary Sciences, este lunes (9 de octubre).
Según Eric Gulson-Castillo, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), “nuestros hallazgos ponen de manifiesto que las decisiones de los animales dependen de las condiciones ambientales —incluidas las que los humanos no podemos percibir, como las perturbaciones geomagnéticas— y que estos comportamientos influyen en los patrones de movimiento de la población animal”.