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“Esta semana, en el @SenadoGovCo se debería debatir el proyecto de ley sobre los páramos. Ayúdanos tuiteando #SomosPáramo para decirles a los senadores lo importante que es agendar esta discusión”, trinó la cuenta de PNUD Colombia.
La ley de páramos, que se lleva trabajando dos años, busca construir una política pública que ayude a proteger estos ecosistemas, así como los de alta montaña. Una especie de hoja de ruta que les permita a las comunidades que viven allí adaptarse a actividades económicas sostenibles y permitidas, así como establecer condiciones de delimitación, fuentes de financiación y mecanismos de monitoreo para proteger los 37 complejos de páramo que tiene Colombia. Trabajo que, igualmente, ya se viene adelantando, pues con los insumos que ha dado el Instituto Humboldt, el Ministerio de Ambiente ya logró delimitar el 77 % de estos.
Pero la razón para que el #SomosPáramos esté ganando fuerza es que el proyecto de ley quedó en el paquete de leyes prioritarias que deberán ser debatidas durante las sesiones extraordinarias que convocó el Gobierno Nacional. En otras palabras, deberán ser discutidas antes del martes 3 de julio. Y partiendo del hecho de que el proyecto de ley de páramos está “peleando” directamente con otros proyectos, como el de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) —y su #VotenLaJEPYa—, algunos temen que caiga en el olvido. El día de ayer, por lo menos, no fue agendado para plenaria.
Pero no todas las partes están interesadas en que se aceleren la discusión y la aprobación de la ley de páramos. La Asociación de Municipios del Páramos de Santurbán (Asomusanturbán), que reúne a los alcaldes de la provincia de Soto Norte de Santander (Charta, Tona, Suratá, Vetas, California y Matanza), consideran que la ley no debe aprobarse, ya que “no ha sido socializada con las comunidades”.
Ivonne González, su vocera, explicó a El Espectador que están haciendo lobby en el Congreso buscando que la ley “pare”. “Queremos que se sienten la Corte, el Gobierno, los senadores y la comunidad para llegar a un acuerdo. Que visiten los pueblos de Santurbán que han sido mineros por tradición, porque las leyes no se pueden hacer desde un escritorio”, explicó.
Su miedo frente a la ley viene de la sensación de que “va a extender la protección de los páramos a todos los ecosistemas de alta montaña, sin definir ni delimitar lo que es ‘alta montaña'". De tal manera que, si por este ecosistema se entiende lo que está por debajo de la línea de páramo, es decir, lo que está entre los 2.000 y los 3.000 metros sobre el nivel del mar, hablamos de una ley que afecta las actividades de por lo menos 60 % de la población del país”. Vetas, por ejemplo, es el municipio más alto y está a 3.300 sobre el nivel del mar.
Ante esto, Mauricio Cabrera de WWF le explicó a La FM que la ley va por una vía contraria, pues en realidad busca una reconversión económica en las comunidades que trabajan en los páramos y dar alternativas de crédito “para que se puedan hacer trabajos de campo en el páramo, pero a menor escala”.
Aparte de la ley de páramos hay otras dos de medio ambiente que quedaron en el paquete de sesión extraordinaria, ya que el Gobierno las considera prioritarias: la de cambio climático y la de reservas forestales.