Piden aumentar ambición para alcanzar un tratado de las aguas internacionales
Desde el 20 de febrero, representantes de países de todo el mundo están reunidos a un acuerdo sobre alta mar, específicamente para garantizar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina en estas aguas.
Con información de agencias
Desde la semana pasada, representantes de países de todo el mundo están reunidos en las Naciones Unidas para llegar a un acuerdo sobre aguas internacionales, concretamente, para garantizar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina en aguas que estén por fuera de las jurisdicciones nacionales.
Este es un tema que se viene discutiendo por medio de reuniones formales e informales por al menos 15 años, pero desde el pasado 20 de febrero, las delegaciones de varios países se reúnen para la tercera y “última” sesión de negociaciones en menos de un año. (También puede leer: Australia protegió un área marina que equivale a España y Reino Unido juntos)
“La semana pasada hubo avances”, declaró a la AFP el lunes 27 de febrero Nathalie Rey, de High Seas Alliance, que reúne a unas 40 ONG vinculadas al asunto. Rey manifestó estar “optimista” sobre el éxito de las negociaciones, pero recordó que “el tiempo apremia y el ritmo debe acelerarse en esta segunda semana para asegurarse que el tratado cruce la línea de meta”, agregó, lo que va en línea sobre la ambición que piden desde otros sectores un poco más críticos del proceso.
Laura Meller, de la campaña para los océanos de Greenpeace, manifestó en un comunicado que: “Las negociaciones van en círculos, progresan a paso de tortuga”. La posición de la organización ecologista en términos generales es que, si bien sigue habiendo esperanza de que se pacte algo, se deben alcanzar consensos importantes sobre temas espinosos.
Uno de ellos es que los países más ricos deben comprometer fondos necesarios para implementar el tratado, así como encontrar resoluciones para compartir los beneficios futuros de los recursos genéticos marinos, es decir, cualquier información genética de organismos marinos, que se puede utilizar, por ejemplo, en el campo de la medicina. (Le puede interesar: La crisis climática está aumentando los conflictos entre humanos y animales salvajes)
“Las negociaciones deben acelerarse y países del ´norte global´ como el Reino Unido, Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea deben buscar compromisos en vez de discutir sobre puntos menores”, señaló Meller.
El último borrador del texto actualizado, publicado el fin de semana, está lleno de paréntesis y múltiples opciones sobre algunos temas importantes. En el mundo de las negociaciones internacionales, el número de paréntesis indica los términos o partes de un texto con las que una delegación (país) no está de acuerdo. Entre más paréntesis tenga un texto, más lejos están las delegaciones de alcanzar un consenso
Uno de estos temas importantes es tener un acuerdo para la creación de áreas marina protegidas en aguas internacionales.
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Desde la semana pasada, representantes de países de todo el mundo están reunidos en las Naciones Unidas para llegar a un acuerdo sobre aguas internacionales, concretamente, para garantizar la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina en aguas que estén por fuera de las jurisdicciones nacionales.
Este es un tema que se viene discutiendo por medio de reuniones formales e informales por al menos 15 años, pero desde el pasado 20 de febrero, las delegaciones de varios países se reúnen para la tercera y “última” sesión de negociaciones en menos de un año. (También puede leer: Australia protegió un área marina que equivale a España y Reino Unido juntos)
“La semana pasada hubo avances”, declaró a la AFP el lunes 27 de febrero Nathalie Rey, de High Seas Alliance, que reúne a unas 40 ONG vinculadas al asunto. Rey manifestó estar “optimista” sobre el éxito de las negociaciones, pero recordó que “el tiempo apremia y el ritmo debe acelerarse en esta segunda semana para asegurarse que el tratado cruce la línea de meta”, agregó, lo que va en línea sobre la ambición que piden desde otros sectores un poco más críticos del proceso.
Laura Meller, de la campaña para los océanos de Greenpeace, manifestó en un comunicado que: “Las negociaciones van en círculos, progresan a paso de tortuga”. La posición de la organización ecologista en términos generales es que, si bien sigue habiendo esperanza de que se pacte algo, se deben alcanzar consensos importantes sobre temas espinosos.
Uno de ellos es que los países más ricos deben comprometer fondos necesarios para implementar el tratado, así como encontrar resoluciones para compartir los beneficios futuros de los recursos genéticos marinos, es decir, cualquier información genética de organismos marinos, que se puede utilizar, por ejemplo, en el campo de la medicina. (Le puede interesar: La crisis climática está aumentando los conflictos entre humanos y animales salvajes)
“Las negociaciones deben acelerarse y países del ´norte global´ como el Reino Unido, Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea deben buscar compromisos en vez de discutir sobre puntos menores”, señaló Meller.
El último borrador del texto actualizado, publicado el fin de semana, está lleno de paréntesis y múltiples opciones sobre algunos temas importantes. En el mundo de las negociaciones internacionales, el número de paréntesis indica los términos o partes de un texto con las que una delegación (país) no está de acuerdo. Entre más paréntesis tenga un texto, más lejos están las delegaciones de alcanzar un consenso
Uno de estos temas importantes es tener un acuerdo para la creación de áreas marina protegidas en aguas internacionales.
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