Por factores ambientales, colombianos pierden al año 3,3 años de vida
La Evaluación Nacional de Pérdida de Biodiversidad, realizada por el Instituto Humboldt y la IPBES, mostró además que el crecimiento de las ciudades llevó a la pérdida directa de humedales urbanos. Entre 1950 y 2016 los humedales de Bogotá perdieron en promedio el 84,52% de su extensión.
Por primera vez en Colombia se realiza una evaluación que muestra en detalle el estado de su biodiversidad y ofrece un panorama del pasado, presente y futuro del estado de la flora y fauna terrestre y marina del país. Se trata de la Evaluación Nacional de Pérdida de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos que fue elaborada por el Instituto Humboldt, con el apoyo de Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) y la ONU.
El informe fue elaborado durante cuatro años, en los que los investigadores analizaron más 1.500 fuentes de información de los diferentes ecosistemas del país, entre los que se destacan los de agua dulce, los páramos, los costeros y los marinos. El texto final, que aún no ha sido publicado, cuenta con seis capítulos que fueron construidos por 100 expertos temáticos, entre los que estaban sabedores de pueblos y comunidades indígenas, negras, afrodescendientes, palenqueros, raizales y campesinas.
Uno de los datos más reveladores del estudio está relacionado con la afectación de la calidad de vida de los colombianos a causa de los problemas ambientales. De acuerdo con los investigadores, una persona pierde anualmente 3,3 años de vida saludable por factores ambientales, lo que representa un costo de casi $10 billones de pesos al año.
Otro de los temas que se analizó fue la contaminación del aire y del agua, factores que generaron 7.600 muertes prematuras en 2010 y cuyos costos ascendieron al 2% del PIB anual del país.
El informe también resalta que, por el cambio climático, las precipitaciones tendrán reducción en algunas zonas del país y en otras aumentarán. Los cálculos, que fueron proyectados hacia 2050, estimaron que los lugares que más resultarán afectados por las precipitaciones son el centro y norte del Pacífico, el Magdalena Medio, la Sabana de Bogotá, Sogamoso, los valles de Catatumbo y Arauca.
En cuanto a ecosistemas, los investigadores resaltaron que el 15% de los páramos que tiene Colombia se encuentran en estado de degradación, señalando a la ganadería, a los cultivos - principalmente de papa - y a la minería de oro y carbón como las principales causas de su deterioro.
Los humedales urbanos tampoco se han salvado de la intervención de las personas. Según el informe, el crecimiento de las ciudades ha llevado a su pérdida directa de humedales urbanos. En Bogotá, por ejemplo, entre 1950 y 2016 los humedales se perdieron en promedio el 84,52% de su extensión y en Cali, durante las últimas décadas, se perdió más del 90%. Además, el 24 % de las zonas del país con características de humedal han sido transformadas.
La investigación reiteró que la deforestación es el principal motor asociado a la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos en Colombia. “Si la deforestación continúa aumentando, a 2030 Colombia podría perder alrededor de $1,5 billones del Producto Interno Bruto (PIB) y entre 1.034 y 1.670 millones de pesos en ahorros genuinos. Estimaciones del BID mostraron que en 2014 se contaba con 58,8 millones de hectáreas de bosque, mientras que en 2030 se puede llegar a tener solo 48,8 millones de hectáreas de bosque”.
Para Julio Carrizosa, uno de los ambientalistas más importantes del país, “la gestión ambiental se deterioró en los últimos veinte años por los dos tipos de enriquecimiento predominantes: el ilegal y el fácil. El primero afecta aún una amplia variedad de campos, desde el control de la deforestación hasta el funcionamiento normal de corporaciones enteras”.
Carrizosa añadió que en 2015 este era el factor principal y directo del deterioro ambiental en las regiones afectadas por minería ilegal y deforestación para establecimiento de cultivos de uso ilícito. Ahora, a la lista se suman la extracción ilícita de recursos forestales, el acaparamiento de tierras y el aumento de la extracción ilícita de minerales y de los cultivos ilícitos.
Y aunque se ha hecho un enorme esfuerzo por recolectar la información de la megadiversidad del país, el estudio señaló que “los conocimientos científicos sobre la diversidad biológica en el país son incipientes, aun cuando hablamos solo de las diferentes especies presentes en el país. A nivel genético y funcional nuestro conocimiento de la diversidad colombiana es más limitado”.
Por primera vez en Colombia se realiza una evaluación que muestra en detalle el estado de su biodiversidad y ofrece un panorama del pasado, presente y futuro del estado de la flora y fauna terrestre y marina del país. Se trata de la Evaluación Nacional de Pérdida de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos que fue elaborada por el Instituto Humboldt, con el apoyo de Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES) y la ONU.
El informe fue elaborado durante cuatro años, en los que los investigadores analizaron más 1.500 fuentes de información de los diferentes ecosistemas del país, entre los que se destacan los de agua dulce, los páramos, los costeros y los marinos. El texto final, que aún no ha sido publicado, cuenta con seis capítulos que fueron construidos por 100 expertos temáticos, entre los que estaban sabedores de pueblos y comunidades indígenas, negras, afrodescendientes, palenqueros, raizales y campesinas.
Uno de los datos más reveladores del estudio está relacionado con la afectación de la calidad de vida de los colombianos a causa de los problemas ambientales. De acuerdo con los investigadores, una persona pierde anualmente 3,3 años de vida saludable por factores ambientales, lo que representa un costo de casi $10 billones de pesos al año.
Otro de los temas que se analizó fue la contaminación del aire y del agua, factores que generaron 7.600 muertes prematuras en 2010 y cuyos costos ascendieron al 2% del PIB anual del país.
El informe también resalta que, por el cambio climático, las precipitaciones tendrán reducción en algunas zonas del país y en otras aumentarán. Los cálculos, que fueron proyectados hacia 2050, estimaron que los lugares que más resultarán afectados por las precipitaciones son el centro y norte del Pacífico, el Magdalena Medio, la Sabana de Bogotá, Sogamoso, los valles de Catatumbo y Arauca.
En cuanto a ecosistemas, los investigadores resaltaron que el 15% de los páramos que tiene Colombia se encuentran en estado de degradación, señalando a la ganadería, a los cultivos - principalmente de papa - y a la minería de oro y carbón como las principales causas de su deterioro.
Los humedales urbanos tampoco se han salvado de la intervención de las personas. Según el informe, el crecimiento de las ciudades ha llevado a su pérdida directa de humedales urbanos. En Bogotá, por ejemplo, entre 1950 y 2016 los humedales se perdieron en promedio el 84,52% de su extensión y en Cali, durante las últimas décadas, se perdió más del 90%. Además, el 24 % de las zonas del país con características de humedal han sido transformadas.
La investigación reiteró que la deforestación es el principal motor asociado a la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos en Colombia. “Si la deforestación continúa aumentando, a 2030 Colombia podría perder alrededor de $1,5 billones del Producto Interno Bruto (PIB) y entre 1.034 y 1.670 millones de pesos en ahorros genuinos. Estimaciones del BID mostraron que en 2014 se contaba con 58,8 millones de hectáreas de bosque, mientras que en 2030 se puede llegar a tener solo 48,8 millones de hectáreas de bosque”.
Para Julio Carrizosa, uno de los ambientalistas más importantes del país, “la gestión ambiental se deterioró en los últimos veinte años por los dos tipos de enriquecimiento predominantes: el ilegal y el fácil. El primero afecta aún una amplia variedad de campos, desde el control de la deforestación hasta el funcionamiento normal de corporaciones enteras”.
Carrizosa añadió que en 2015 este era el factor principal y directo del deterioro ambiental en las regiones afectadas por minería ilegal y deforestación para establecimiento de cultivos de uso ilícito. Ahora, a la lista se suman la extracción ilícita de recursos forestales, el acaparamiento de tierras y el aumento de la extracción ilícita de minerales y de los cultivos ilícitos.
Y aunque se ha hecho un enorme esfuerzo por recolectar la información de la megadiversidad del país, el estudio señaló que “los conocimientos científicos sobre la diversidad biológica en el país son incipientes, aun cuando hablamos solo de las diferentes especies presentes en el país. A nivel genético y funcional nuestro conocimiento de la diversidad colombiana es más limitado”.