¿Por qué, en una región, Canadá volvió a permitir la caza de osos?
En Alberta, una provincia de Canadá, las autoridades decidieron levantar la restricción que había para cazar osos. ¿Cuál es el motivo?
Tras 18 años de mantener la prohibición para cazar osos grizzly (Ursus arctos horribilis), las autoridades de Canadá permitieron que en la región de Alberta se reanudara esa práctica, aunque solo en algunos casos.
La decisión, que ha generado una gran discusión, se tomó hace unas semanas y fue publicada el 29 de junio en la Gaceta de Alberta. Con una modificación de la Ley de Vida Silvestre, optaron por permitir la caza de este animal cuando se presenten circunstancias particulares.
Por ejemplo, estos osos pueden ser cazados si un oficial de vida silvestre considera que existe un “riesgo inminente para la seguridad pública, o si el oso ha matado ganado, dañado propiedad privada o ha tenido contacto con un humano, causando lesiones o muerte”.
Como se lee en el documento, el grupo de animales con los que pueden presentarse conflictos se encuentran vacas, caballos, cerdos, bisontes y ovejas, entre otros.
En caso de que se cumplan algunas de las condiciones, el personal encargado de la gestión de vida silvestre estará autorizado para rastrear al oso y cazarlo, usando los métodos y equipos permitidos. También se puede autorizar en caso de que esté en una “zona de preocupación”. Una de las restricciones es que el individuo se encuentre en compañía de un osezno.
“Esta es una estrategia de gestión integral, en particular para la fauna silvestre problemática, para asegurarnos de que podamos responder a las preocupaciones de los habitantes rurales de Alberta, tanto en materia de seguridad como en materia de pérdida de cultivos y de ganado”, le dijo al portal CBC News el Ministro de Bosques y Parques, Todd Loewen.
Según cifras de medios locales, las poblaciones de estos osos se ha recuperado, luego de estar en serios problemas a principios de siglo. Mientras en 2006 estuvieron categorizados como una especie amenazada en Alberta, hoy hay casi el doble de individuos: alrededor de 1.150.
Pero, en la otra cara de la moneda, también ha aumentado el número de interacciones con los humanos. En 2020, hubo tres ataques, mientras que en 2021 se registraron nueve ataques de osos negros y pardos.
Para Loewen, según lo que aseguró a CBC News, la medida es “una herramienta de gestión de la vida silvestre que creará un grupo de residentes de Alberta que actuarán como agentes de respuesta a la gestión pública de la vida silvestre (...) Estamos adoptando un enfoque proactivo para ayudar a los habitantes de Alberta a coexistir con la vida silvestre”.
Sin embargo, la decisión ha desembocado en una intensa discusión. Algunos actores están en desacuerdo, pues creen que se pueden echar al traste los esfuerzos de casi dos décadas.
“El riesgo es que aumentemos la mortalidad de los osos y que deshagamos toda la recuperación de las últimas dos décadas, porque hemos visto que las poblaciones de osos pardos se están recuperando en ciertas áreas”, afirmó a CBC News, Devon Earl, de la Asociación de Vida Silvestre de Alberta. “Los osos pardos tienen una tasa de reproducción muy lenta”.
“Además, no está claro qué define un ‘área de preocupación’ y, por lo tanto, ese término podría aplicarse a cualquier lugar donde los osos y las personas se superpongan. La presencia de personas y la huella humana en el hábitat de los osos solo ha aumentado a lo largo de las décadas. Las personas y los osos comparten esta área y debemos permitirles espacio para vivir y prosperar en el paisaje”, dice un comunicado de la Asociación de Vida Silvestre de Alberta.
Para la bióloga de osos, Sarah Elmeligi, tampoco es una buena idea. En diálogo con el portal IFLScience, advirtió que matar osos no resuelve el conflicto con los humanos. A sus ojos, hay que “trabajar con la gente para convivir mejor con ellos”.
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Tras 18 años de mantener la prohibición para cazar osos grizzly (Ursus arctos horribilis), las autoridades de Canadá permitieron que en la región de Alberta se reanudara esa práctica, aunque solo en algunos casos.
La decisión, que ha generado una gran discusión, se tomó hace unas semanas y fue publicada el 29 de junio en la Gaceta de Alberta. Con una modificación de la Ley de Vida Silvestre, optaron por permitir la caza de este animal cuando se presenten circunstancias particulares.
Por ejemplo, estos osos pueden ser cazados si un oficial de vida silvestre considera que existe un “riesgo inminente para la seguridad pública, o si el oso ha matado ganado, dañado propiedad privada o ha tenido contacto con un humano, causando lesiones o muerte”.
Como se lee en el documento, el grupo de animales con los que pueden presentarse conflictos se encuentran vacas, caballos, cerdos, bisontes y ovejas, entre otros.
En caso de que se cumplan algunas de las condiciones, el personal encargado de la gestión de vida silvestre estará autorizado para rastrear al oso y cazarlo, usando los métodos y equipos permitidos. También se puede autorizar en caso de que esté en una “zona de preocupación”. Una de las restricciones es que el individuo se encuentre en compañía de un osezno.
“Esta es una estrategia de gestión integral, en particular para la fauna silvestre problemática, para asegurarnos de que podamos responder a las preocupaciones de los habitantes rurales de Alberta, tanto en materia de seguridad como en materia de pérdida de cultivos y de ganado”, le dijo al portal CBC News el Ministro de Bosques y Parques, Todd Loewen.
Según cifras de medios locales, las poblaciones de estos osos se ha recuperado, luego de estar en serios problemas a principios de siglo. Mientras en 2006 estuvieron categorizados como una especie amenazada en Alberta, hoy hay casi el doble de individuos: alrededor de 1.150.
Pero, en la otra cara de la moneda, también ha aumentado el número de interacciones con los humanos. En 2020, hubo tres ataques, mientras que en 2021 se registraron nueve ataques de osos negros y pardos.
Para Loewen, según lo que aseguró a CBC News, la medida es “una herramienta de gestión de la vida silvestre que creará un grupo de residentes de Alberta que actuarán como agentes de respuesta a la gestión pública de la vida silvestre (...) Estamos adoptando un enfoque proactivo para ayudar a los habitantes de Alberta a coexistir con la vida silvestre”.
Sin embargo, la decisión ha desembocado en una intensa discusión. Algunos actores están en desacuerdo, pues creen que se pueden echar al traste los esfuerzos de casi dos décadas.
“El riesgo es que aumentemos la mortalidad de los osos y que deshagamos toda la recuperación de las últimas dos décadas, porque hemos visto que las poblaciones de osos pardos se están recuperando en ciertas áreas”, afirmó a CBC News, Devon Earl, de la Asociación de Vida Silvestre de Alberta. “Los osos pardos tienen una tasa de reproducción muy lenta”.
“Además, no está claro qué define un ‘área de preocupación’ y, por lo tanto, ese término podría aplicarse a cualquier lugar donde los osos y las personas se superpongan. La presencia de personas y la huella humana en el hábitat de los osos solo ha aumentado a lo largo de las décadas. Las personas y los osos comparten esta área y debemos permitirles espacio para vivir y prosperar en el paisaje”, dice un comunicado de la Asociación de Vida Silvestre de Alberta.
Para la bióloga de osos, Sarah Elmeligi, tampoco es una buena idea. En diálogo con el portal IFLScience, advirtió que matar osos no resuelve el conflicto con los humanos. A sus ojos, hay que “trabajar con la gente para convivir mejor con ellos”.
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