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Una investigación publicada en la revista The Royal Society analizó durante ocho años la abundancia de 154 especies de abejas en una región subalpina en las Montañas Rocosas, una cordillera que atraviesa a Canadá y Estados Unidos. Aunque la investigación se centró en esta región, los científicos señalan que otras investigaciones estadounidenses realizadas en otras regiones han tenido resultados similares.
Este estudio encontró que las abejas con cuerpo más grande, entre ellas los abejorros, y que anidan en cavidades de construcción de panales disminuyeron progresivamente conforme el aumento de la temperatura asociado al cambio climático, mientras que las más pequeñas y que anidan en el suelo aumentaron.
El cambio climático afecta especialmente a especies como los abejorros, debido a que las abejas más grandes toleran menos las altas temperaturas. “Este grupo está más amenazado por el calentamiento climático que otras abejas en nuestro sistema”, señala la investigación. (Lea: El planeta se está quedando sin insectos, ¿qué implica?)
El 75% de los 115 principales cultivos alimentarios en el mundo dependen de la polinización animal. Sin embargo la disminución de las abejas más grandes trae consigo algunos cambios en el ecosistema que recaen sobre los cultivos alimentarios y amenazan la seguridad alimentaria.
“Nuestros resultados muestran cómo el cambio climático puede remodelar las comunidades de abejas polinizadoras, con abejas con ciertos rasgos aumentando en abundancia y otros disminuyendo, lo que podría conducir a nuevas interacciones planta-polinizador y cambios en la reproducción de las plantas”, señala la artículo publicado. (Lea: Un juzgado suspende la licencia ambiental de dos pilotos de fracking en Puerto Wilches)
Un fenómeno como este causará un “efecto cascada en la polinización y el funcionamiento del ecosistema”. Es decir, perder a las abejas más grandes, que son las que vuelan más lejos en busca de alimento, significa la reducción de la polinización a distancias lejanas de las colmenas.
Este estudio se suma a otra investigación reciente, publicada en la revista Nature, que analizó 18.000 especies de insectos durante 20 años. La publicación en Nature reveló que el cambio climático y la agricultura de alta intensidad están reduciendo la biodiversidad de insectos, debido, entre otros motivos, al uso de fertilizantes químicos o pesticidas, la escasa diversidad de cultivos (o monocultivos) y en algunos casos la presencia de ganado. (Lea: El 60% de los bosques del patrimonio mundial está amenazado por el cambio climático)
Investigadores como el biólogo Dave Goulson, profesor de la Universidad de Sussex (Reino Unido), insisten en que sin insectos no habrá seguridad alimentaria y será imposible alimentar a los 7.500 millones de personas que hay en el mundo.