La producción de alimentos en el mundo genera emisiones de efecto invernadero. Las principales son la deforestación que libera dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (N2O).
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Es conocido que cuando los combustibles fósiles se queman, liberan dióxido de carbono (CO₂) y otros gases de efecto invernadero, que son los principales responsables del calentamiento global y del cambio climático. Pero, hasta el momento, no se tenía claridad sobre el consumo de combustibles fósiles en la cadena alimentaria, desde que se producen los alimentos hasta que llegan al plato de los consumidores. (Lea: Las dudas que deja el plan de...