¿Qué implicaría un fenómeno de El Niño después de tres años de La Niña?
Un reciente informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos prevé el posible desarrollo del fenómeno de El Niño hacia octubre. Regiones como la Amazonia y Oceanía están en la lupa de los científicos.
El fenómeno de El Niño, que puede darse entre cada dos a siete años, es el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3°C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.
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El fenómeno de El Niño, que puede darse entre cada dos a siete años, es el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3°C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.
Luego de tres años de La Niña, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, indicó en un informe que el Océano Pacífico ecuatorial volverá a tener condiciones neutrales entre marzo y mayo de 2023. Las predicciones de la NOAA también señalan que entre otoño e invierno del hemisferio norte (finales de septiembre y diciembre) podrían desarrollarse condiciones de El Niño que podrían persistir hasta la primavera e inicios de verano del siguiente año (entre marzo y junio).
“Existe una probabilidad en aumento de El Niño en el pronóstico a largo plazo, aunque la incertidumbre sigue siendo alta por la barrera de predicción de primavera, la cual está asociada con poca exactitud en el pronóstico”, aclara la NOAA. (Lea: Histórica demanda busca que petrolera Shell se tome en serio la transición energética)
Por la fuerte incidencia de El Niño en los patrones climáticos de todo el mundo, los científicos están atentos a cuáles podrían ser los efectos de la llegada de este fenómeno. Desde que se tienen registros, a medida que el planeta se ha calentado, los años más cálidos han sido años de El Niño. De hecho, el que tuvo mayores temperaturas fue 2016. (Lea: Sí, disminuyeron los incendios en la Amazonia, pero es un dato a revisar con cuidado)
Algo que temen los científicos es que esta vez El Niño incida en un aumento de la temperatura global que supere temporalmente los 1.5°C pactados en el Acuerdo de París. Sin embargo, esto es algo que podría establecerse luego de que pase El Niño. Por ahora, los científicos tienen algunas predicciones de los efectos de El Niño en algunas regiones específicas. Estos efectos, advierten, se verán cada vez más intensificados debido al cambio climático.
En el caso de América Latina, cercana al Océano Pacífico ecuatorial, el clima se afecta especialmente con El Niño. En las costas de Perú y Ecuador habría inundaciones.
Mientras que en Colombia, los expertos advierten que se prevé una disminución de lluvias y un aumento de temperaturas, dos factores que incluso se han relacionado con brotes de enfermedades que transmiten insectos, como el dengue y la malaria, pues en las altas temperaturas aumenta su reproducción. Esta semana, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, hizo un llamado a que el país se prepare para la llegada de un potencial fenómeno de El Niño, teniendo en cuenta que traería temperaturas más altas y afectaciones al recurso hídrico. (Lea: Aún no se puede asociar disminución de incendios con acciones del gobierno: MinAmbiente)
El Niño traería sequías en la Amazonia, algo que alerta a los científicos, pues se ralentizaría el crecimiento de la vegetación, por lo que se absorbería menos CO2 de la atmósfera. Esto también ocurriría en las selvas tropicales de India, África y Australia, incidiendo aún más en el cambio climático.
Un estudio publicado en la revista Nature encontró que el cambio climático, combinado con la deforestación severa y la pérdida de cobertura forestal, expondría solo en Brasil a 12 millones de personas a temperaturas extremas.
Según señaló Henrique Pereira, profesor de Ciencias Agrarias de la Universidad Federal de Amazonas (Brasil), en una entrevista para SciDev.Net sobre el estudio de Nature, el aumento de temperaturas en la Amazonia tiene diferentes repercusiones, por ejemplo, “cambia por completo el trabajo en la agricultura. Debido a la incomodidad térmica, las personas ya no pueden trabajar en los horarios que solían trabajar”.
Por el lado de Australia, durante estos tres años de La Niña hubo precipitaciones por encima del promedio, aunque no cesaron los incendios forestales. Ahora, con un potencial Niño, los expertos esperan temperaturas más altas, sequías y mayor probabilidad de incendios. Esta es una de las regiones sobre la que los científicos también tienen puesta la lupa, pues su temperatura ha aumentado 1,4 °C desde principios del siglo XX. Incluso, desde el año 2.000 se han perdido más de siete millones de hectáreas debido a incendios, sequías y actividad humana.
En cuanto a Europa, los científicos prevén que podría haber inviernos secos y muy fríos al norte del continente, y condiciones húmedas al sur. Según un estudio publicado en la revista Frontiers el cambio climático fortalecería el impacto de El Niño sobre el invierno en el norte europeo.
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