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Desde principios de febrero, un tren de 150 vagones que viajaba entre Ohio y Pensilvania, en Estados Unidos, ha despertado la preocupación de varios ambientalistas. ¿La razón? Al descarrilarse, el 3 de febrero, 50 vagones quedaron destruidos y otros reducidos a nada luego de un incendio. (Lea: El incidente ambiental en EE. UU. que quedó en segundo plano a causa de los ovnis)
Sin embargo, este no es el problema. Lo que realmente ha preocupado a los ambientalistas es que dentro del tren había algunas sustancias tóxicas. Tras el accidente, ante la amenaza de una posible explosión, las autoridades optaron por hacer una quema controlada de los vagones con químicos para liberarlos en el aire.
A partir de ese momento, se desencadenó este desastre ambiental, al que algunas personas, entre ellas varios políticos estadounidenses, la han catalogado como una nueva Chernóbil. Una de las sustancias que transportaba el tren era cloruro de vinilo. Pero, ¿qué carajos es eso y por qué debemos preocuparnos?
El cloruro de vinilo es un gas incoloro sumamente inflamable e inestable cuando se lleva a altas temperaturas. Esta sustancia es principalmente usada para fabricar cloruro de polivinilo, más conocido como PVC, que es usado en productos plásticos, entre ellos las tuberías y la envoltura de cables.
Este gas, como pasa con la mayoría de sustancias tóxicas de uso industrial, debe transportarse en estado líquido y, para ello, debe estar almacenado en tanques de alta presión. En el caso del tren de Ohio, como se descarriló y los tanques se averiaron, la presión empezó a disminuir, provocando que se evaporara, generando un riesgo de una posible explosión. (Puede leer: Los químicos presentes en el hielo del Ártico que amenazan a la fauna salvaje)
La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades explicó que las personas que se exponen al cloruro de vinilo lo hacen principalmente por la inhalación. En caso de respirar este gas, se puede presentar mareos o somnolencia.
En casos de que sean altos niveles, advierte la agencia, se pueden presentar desmayos e, incluso, llevar a las personas a la muerte. Además de generar efectos a corto plazo, este gas también puede traer consecuencias a futuro para las personas.
Varias entidades, como la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, han señalado que esta sustancia puede causar cáncer. De hecho, ha sido clasificada como un potente carcinógeno o cancerígeno, es decir, tiene un agente, ya sea físico, químico o biológico, que puede causar cáncer.
Otra de las sustancias que transportaba el tren era el acrilato de butilo, un líquido incoloro y transparente con un fuerte olor afrutado. Generalmente es utilizado en la fabricación de polímeros y resinas, y en las formulaciones de pinturas. (Le puede interesar: El mayor criadero de rinocerontes del mundo será subastado)
Según el Departamento de Salud de Nueva Jersey, Estados Unidos, puede causar una alergia en la piel y, después de esa primera reacción, una segunda exposición, así sea muy baja, puede provocar picazón y erupciones en la piel. También puede ser irritante para los ojos y el tracto respiratorio.
El tren también transportaba acrilato de etilhexilo, muy usado en la industria del cuero; y el éter monobutílico de etilenglicol, el cual tiene la propiedad de disolver diferentes compuestos químicos. Ambas sustancias fueron liberadas en el aire, la superficie del suelo y las aguas superficiales.
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