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Los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 están por completar su primera semana de actividades, las cuales contemplan, en total, 109 eventos que contarán con la participación de más de 3000 atletas de diversas partes del mundo. Mientras los impresionantes saltos en esquí, las vertiginosas carreras de velocidad o las bellas ejecuciones en el patinaje artístico se llevan los reflectores, científicos alrededor del mundo se preocupan por el impacto ambiental de esta cita olímpica.
Hace unos días, Liu Xinping, la encargada de la sostenibilidad del Comité organizador de los JJOO, señaló “estamos bastante seguros de que seremos realmente unos juegos carbono neutrales”, haciendo referencia a que China espera convertirse en el primer país en llevar a cabo un evento de este tipo compensando la totalidad de emisiones de carbono emitidas. (Puede leer: 190 académicos piden a Duque detener la deforestación de la Amazonía)
Sin embargo, falta tiempo para conocer si Beijing 2022 realmente cumplió con su promesa. Mientras tanto, científicos e investigadores realizan análisis y ponderaciones sobre algunas de las medidas que tomaron los organizadores para poder entender qué tan sostenibles, ambientalmente hablando, pueden ser estos juegos.
Cambio climático y la necesidad de la nieve artificial
Yanqing y Zhangjiakou, las dos ciudades cercanas a Beijing donde se desarrollaran las competencias sobre nieve, tienen un problema: sus niveles de nieve son muy bajos, tanto que, de manera natural, no podrían alojar los juegos. Afortunadamente, para los organizadores, la nieve se puede fabricar.
Pero, para The Sport Ecology Group (TSEG), una comunidad de académicos principalmente del Reino Unido, la fabricación de nieve en esta cita olímpica conlleva un segundo problema. Si bien desde los JJOO de Invierno de Lake Placid (Nueva York, Estados Unidos) de 1980 se utiliza nieve artificial, los juegos de Beijing serían los primeros en depender casi en un 100 % de esta.
Según un reporte lanzado hace algunos días por TSEG, el comité organizador deberá utilizar 49 millones de galones de agua para crear las condiciones de nieve óptimas para las competencias. Esto son poco más de 185 millones de litros de agua, que servirían, por ejemplo, para llenar cerca de 50 piscinas olímpicas. Es mucha agua para una región que tiene problemas de escasez. Por eso el gobierno chino deberá abastecer a Yanqing y Zhangjiakou con agua de otras ciudades. (También le puede interesar: Colombia está perdiendo un parque nacional natural)
El reporte, en el cual también participaron investigadores de la Universidad de Loughborough de Londres y la plataforma POW del Reino Unido, advierte sobre la gran cantidad de energía que requiere este proceso: ocho torres de enfriamiento del agua, 130 ventiladores y 300 pistolas que generen la nieve, entre otras maquinas.
Restricciones por la pandemia ayudan
Pero no todos son críticas y escepticismo. Por ejemplo, un artículo publicado la semana pasada en la revista Nature señaló que, de manera inesperada, la estrategia de cero covid-19 adelantada por el gobierno chino podría tener impactos positivos sobre la sostenibilidad de los juegos.
Dado que no se permitirá el ingreso de espectadores extranjeros y que la venta de tiquetes al interior del país fue cancelada, se estima que, por la disminución en la cantidad de los vuelos, se dejarán de emitir más de 500.000 toneladas de CO2. La promoción en el uso de vehículos eléctricos, de gas natural y de hidrógeno, también aportará en este sentido. (Puede leer: Foto: encuentran dos tigres negros en India)
Estos olímpicos serán los primeros en utilizar CO2 natural como refrigerante para enfriar las pistas de patinaje, en lugar de refrigerantes de hidrofluorocarbono sintético, lo que, según el comité organizador, podría ahorrar la emisión de 26.000 toneladas de carbono. Para Claudio Zilio, que estudia los refrigerantes en la Universidad de Padua, en Italia, “el CO2 es una opción ambientalmente amigable, pero las estimaciones de ahorro parecen demasiado altas”, le dijo a Nature.
Sin embargo, China sabía que las críticas y las dudas sobre la sostenibilidad de los Juegos Olímpicos empezarían a aflorar a medida que se acercara el inicio de las actividades deportivas. Por eso plantó más de 60 millones de árboles, los cuales ayudarían a mitigar la emisión de 1,1 millones de toneladas de CO2, mientras que los patrocinadores del evento habrían aportarían para compensar la emisión de 600.000 toneladas de carbono, según Nature.
Como señalamos anteriormente, faltan meses, monitoreos y estudios para saber qué tanto cumplieron los organizadores y qué tan sosteniblemente ambientales fueron estos Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022. Pero, el reporte del TSEG va más allá y plantea un escenario desalentador para las futuras citas olímpicas. (Puede interesarle: La diversidad del fondo marino, una riqueza inexplorada)
Debido al cambio climático y al aumento de las temperaturas, para el 2080, solo seis de las 19 ciudades que han albergados Juegos Olímpicos de Invierno contarían con las condiciones climáticos para volverlos a realizar, concluye el reporte.