¿Le apasiona el fútbol? Es hora de que piense en el cambio climático al ver un partido
La construcción de nuevos estadios, los viajes para competencias internacionales y la publicidad de empresas contaminantes en el fútbol suman la misma cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (que causan el cambio climático) que las que genera Austria. A su vez, los deportistas ya están padeciendo los efectos de este fenómeno en las canchas.
Entre el 20 de junio y el 14 de julio del año pasado, se jugó en Estados Unidos la Copa América, el torneo de selecciones de fútbol más antiguo del mundo. Antes de su inicio, medios de todo el mundo advertían que el evento se jugaría en medio de las altas temperaturas que se registraban en el país norteamericano. “Una Copa América infernal”, “Colombia se encontró con “infierno” en Copa América”, “Una ola de calor peligrosa y duradera castiga a EE.UU. justo para el inicio de la Copa América”, eran algunos de los titulares.
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Entre el 20 de junio y el 14 de julio del año pasado, se jugó en Estados Unidos la Copa América, el torneo de selecciones de fútbol más antiguo del mundo. Antes de su inicio, medios de todo el mundo advertían que el evento se jugaría en medio de las altas temperaturas que se registraban en el país norteamericano. “Una Copa América infernal”, “Colombia se encontró con “infierno” en Copa América”, “Una ola de calor peligrosa y duradera castiga a EE.UU. justo para el inicio de la Copa América”, eran algunos de los titulares.
Muchas selecciones cambiaron sus horarios de entrenamientos y en algunos casos los cancelaron. Algunos partidos, como el Colombia vs Costa Rica, se disputaron en ciudades donde las temperaturas sobrepasaban los 40 °C, como el caso de Phoenix.
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El próximo año, en ese mismo país (junto a México y Canadá) se jugará la Copa del Mundo de la FIFA. Una de las ciudades elegidas para los encuentros deportivos es Los Ángeles, donde hace un par de semanas se registraron intensos incendios que dejaron al menos 29 personas fallecidas, 150.000 evacuadas y más de 16.000 infraestructuras destruidas.
“Cada día, el humo de los combustibles quemados, el calor extremo, las inundaciones, las sequías y los enormes desastres climáticos detienen o interrumpen el juego y dañan la salud de los jugadores y los aficionados”, menciona un informe que acaba de ser publicado por New Weather Institute, una organización que reúne a varios expertos para analizar la relación de varios sectores con el cambio climático.
En este informe, titulado “La creciente huella de carbono del fútbol”, se muestra que si bien el fútbol es uno de los deportes afectados por los efectos del cambio climático, como las altas temperaturas, o lluvias intensas, su dinámica también aporta a la emisión de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono CO2).
“Todo el mundo quiere que el fútbol sea un deporte limpio y que no se cancelen partidos por inundaciones, tormentas o incendios forestales. Pero la propia contaminación del fútbol mundial está alimentando, precisamente, lo que amenaza su futuro”, sostuvo en un comunicado Andrew Simms, del New Weather Institute.
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Según el informe, se estima que las emisiones generadas por la industria mundial del fútbol están entre las 64 y 66 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono equivalentes (CO2e) por año. Esto significa que solo este deporte tiene aproximadamente la misma cantidad de emisiones que un país rico como Austria, con 9,1 millones de habitantes, y alrededor de un 60 % más de las emisiones de Uruguay, la primera nación que organizó la Copa del Mundo.
¿Cómo contaminan las ligas de fútbol?
Para entregar esta información, el Instituto tuvo en cuenta datos sobre emisiones, incluidos los viajes de los deportistas y público a partidos (tanto internacionales como nacionales), la construcción de estadios y los acuerdos de patrocinio con empresas altamente contaminantes, como la industria de petróleo y gas, y las aerolíneas. Esto lo miraron en dos escenarios diferentes: las ligas de fútbol locales y los torneos internacionales como la Copa del Mundo de la FIFA.
En el caso de los patrocinios, el informe señala que los acuerdos más importantes que actualmente están en funcionamiento incluyen asociaciones de la FIFA y la CONCACAF con Aramco, la corporación de petróleo y gas más grande del mundo, y asociaciones de clubes europeos con aerolíneas, como Emirates, Etihad Airways y Qatar Airways. “No es coincidencia que estos patrocinadores estén principalmente radicados en las regiones ricas en petróleo del mundo”, señalan los investigadores.
Los cuatro acuerdos de patrocinio más importantes entre clubes europeos y aerolíneas en 2023 fueron responsables en conjunto de emisiones de GEI –como se les conoce, por su sigla, a los gases de efecto invernadero— de más de 8 millones de toneladas de CO2e. Los cuatro clubes involucrados fueron Paris St Germain, Real Madrid, Manchester City y Arsenal.
“Está claro que el fútbol debe romper los lazos con los contaminadores. Al igual que ocurre con el tabaco, este deporte ya no debe utilizarse como plataforma para vender productos que amenazan la salud y seguridad”, piden los autores del informe.
Otro aspecto que también aporta al cambio climático es la cantidad de partidos. La mayoría de los países manejan dos torneos: liga y copa. Por ejemplo, la Bundesliga alemana incluye 18 equipos y juega 306 partidos por temporada, mientras que la Premier League inglesa solo incluye dos equipos más (20), pero juega 380 partidos por temporada (74 partidos más). Es decir que un aumento del 11% en el número de equipos, hay un incremento del 24% en el número de partidos y, por lo tanto, en las emisiones de GEI relacionadas con estos eventos.
Esto se debe, en parte, porque al haber mayor cantidad de partidos también hay mayor cantidad de espectadores. El informe menciona que las 56 principales ligas del mundo (entre las que se destacan la de Inglaterra, Alemania, España, Italia, USA, Francia, Brasil y México) registran una asistencia presencial de más de 220 millones de personas por temporada.
Todas estas personas se movilizan a los partidos, no solo de local sino de visitantes, generando mayor cantidad de emisiones dependiendo de su medio de transporte. Por esto, una de las recomendaciones del instituto es reducir ligeramente el número de equipos en las ligas de nivel 1. Por ejemplo, la Premier League inglesa, la Serie A de Italia y La Liga de España incluyen, cada una, 20 equipos. Si se reduce a 18 equipos (el mismo tamaño que la Bundesliga o la Ligue francesa) reduciría el número de partidos por temporada a solo 306.
Otras recomendaciones son encuestar a los aficionados el día del partido para entender su comportamiento de viaje: las distancias que han recorrido, los medios de transporte que han utilizado y si su viaje ha implicado el uso de alojamiento.
El siguiente paso es elaborar un plan de viajes sostenibles, que describa cómo se recompensará a los aficionados para que prioricen el uso de la caminata, la bicicleta, los autobuses, los tranvías, los trenes y el uso del carro compartido, sobre los que utilizan el carro con un solo ocupante y los aviones.
“A pesar de su atractivo masivo y su audiencia global, el fútbol está teniendo dificultades para comprender su verdadero impacto ambiental debido a la falta de datos y a la exclusión de áreas clave de su huella de carbono”, dijo Stuart Parkinson, de Scientists for Global Responsibility, y quien dirigió la investigación.
Más estadios, más emisiones
El otro punto en el que hace énfasis el informe es en el impacto que tiene la construcción de estadios de fútbol. En las cinco finales más recientes de la Copa del Mundo se ha exigido a los países anfitriones que construyan entre cinco y nueve estadios nuevos cada uno. Esa construcción, mencionan los investigadores, genera más de un millón de toneladas de CO2e
El problema principal, por ejemplo, con el caso del Mundial de Qatar, es que los estadios se construyeron en un país y una región con muy pocos clubes de fútbol grandes o un público masivo. Por esto, una solución parcial que han buscado los funcionarios locales es que el país ahora se especialice en albergar torneos internacionales de fútbol, pero estos, por supuesto, dependen en gran medida de los viajes aéreos para los fanáticos y los equipos.
Ahora, las adecuaciones de estos escenarios también son necesarias para reducir la huella de carbono de los clubes. Según el informe, existen tecnologías que ahorran energía y/o ayudan a dejar de lado los combustibles fósiles. Por ejemplo, la instalación de LED para la iluminación de los estadios, puede reducir significativamente el consumo de electricidad y, por lo tanto, las emisiones de GEI. Clubes como el Wolfsburgo (Alemania) y Tottenham (Inglaterra) han instalado estas tecnologías.
La mejor opción es que los clubes generen su propia electricidad en la medida de lo posible utilizando, por ejemplo, paneles solares fotovoltaicos (PV). Estos paneles pueden instalarse en edificios de clubes, estadios, sobre aparcamientos o en otros terrenos que sean propiedad de los equipos. Instalar suficientes paneles para generar, en promedio, la electricidad que utiliza un club durante un año es la opción más eficaz para reducir esta categoría de emisiones de GEI a casi cero. Algunas instituciones también alientan a los fanáticos a ahorrar energía durante sus visitas al estadio, entre ellos Liverpool, Manchester City y Wolfsburgo.
“El fútbol debe tomar conciencia de la amenaza que representa para el cambio climático”, sintetizó Tessel Middag, futbolista holandes del Rangers F.C. “Desde cada cancha inundada hasta los jugadores en peligro por el calor extremo, los impactos climáticos están empezando a erosionar los cimientos del fútbol. Si no se produce un cambio urgente, la situación solo empeorará. En lugar de ser una fuente de contaminación, este deporte puede ser una poderosa herramienta para el cambio”.
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