“Reforzaremos las estrategias”: Minambiente sobre el jaguar cazado en Chocó
La corporación ambiental del departamento informó las acciones que se han implementado para evitar los conflictos entre las comunidades y los felinos.
Hace unos días circuló en redes sociales el video de un jaguar asesinado por integrantes de la comunidad indígena Emberá-Chamí en la zona limítrofe entre Risaralda y Chocó. Lo que se supo del caso, es que se trataba de una “retaliación”, pues, días atrás el felino atacó a un habitante de esa comunidad.
La Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó (Codechocó) informó que la persona que cometió el hecho ya fue identificada y que, además, notificaron el caso formalmente a las autoridades competentes. (Lea: Así identificarán los hogares con mascotas para ayudarlas en caso de emergencia)
La entidad sostuvo que desde antes de este caso, han realizado visitas a los corregimientos de Gingaraba, Mumbú y Tabor en Chocó, para realizar jornadas de sensibilización, donde les han explicado la importancia de esta y otras especies que habitan en el territorio a las comunidades.
Esto se ha hecho, especialmente, porque la unidad adscrita a la secretaría de medio ambiente y desarrollo rural (UMATA) del municipio de Tadó, había notificado afectaciones a los animales domésticos de dichos corregimientos, por la presencia de algunos felinos.
Por esto, en el lugar se han hecho prácticas en campo implementando medidas de ahuyentamiento de felinos, como el montaje de muñecos impregnados con creolina, implementación de pólvora y luces led con sensores, según Codechocó.
Aunque estas medidas para controlar el conflicto entre las comunidades y estos felinos se vienen implementando desde antes del suceso, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, informó que reforzarán las estrategias “para evitar este desenlace”. (Lea: Manglares: el tesoro de las comunidades del Pacífico colombiano)
Codechoco hizo un llamado a las comunidades del país, que conviven con el jaguar, a aportar a la conservación de esta especie, pues estos felinos ayudan a mantener un balance dentro de los ecosistemas. Además, actúan como sumideros de enfermedades, evitando que muchas enfermedades lleguen a los humanos.
Hace unos días circuló en redes sociales el video de un jaguar asesinado por integrantes de la comunidad indígena Emberá-Chamí en la zona limítrofe entre Risaralda y Chocó. Lo que se supo del caso, es que se trataba de una “retaliación”, pues, días atrás el felino atacó a un habitante de esa comunidad.
La Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó (Codechocó) informó que la persona que cometió el hecho ya fue identificada y que, además, notificaron el caso formalmente a las autoridades competentes. (Lea: Así identificarán los hogares con mascotas para ayudarlas en caso de emergencia)
La entidad sostuvo que desde antes de este caso, han realizado visitas a los corregimientos de Gingaraba, Mumbú y Tabor en Chocó, para realizar jornadas de sensibilización, donde les han explicado la importancia de esta y otras especies que habitan en el territorio a las comunidades.
Esto se ha hecho, especialmente, porque la unidad adscrita a la secretaría de medio ambiente y desarrollo rural (UMATA) del municipio de Tadó, había notificado afectaciones a los animales domésticos de dichos corregimientos, por la presencia de algunos felinos.
Por esto, en el lugar se han hecho prácticas en campo implementando medidas de ahuyentamiento de felinos, como el montaje de muñecos impregnados con creolina, implementación de pólvora y luces led con sensores, según Codechocó.
Aunque estas medidas para controlar el conflicto entre las comunidades y estos felinos se vienen implementando desde antes del suceso, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, informó que reforzarán las estrategias “para evitar este desenlace”. (Lea: Manglares: el tesoro de las comunidades del Pacífico colombiano)
Codechoco hizo un llamado a las comunidades del país, que conviven con el jaguar, a aportar a la conservación de esta especie, pues estos felinos ayudan a mantener un balance dentro de los ecosistemas. Además, actúan como sumideros de enfermedades, evitando que muchas enfermedades lleguen a los humanos.