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No es una novedad que la contaminación del aire es un enemigo de la salud mundial. Exponerse a ella, han confirmado estudios científicos, aumenta el riesgo de demencia, asma o incluso diabetes. Se cree que no existe un nivel de polución seguro. Como si fuera poco, a esos efectos se suma un nuevo problema: el cáncer de boca, así lo aseguró una reciente investigación hecha en Taiwán. (Lea: Poca carne, menos desperdicios y agricultura más sostenible, claves para 2050)
El estudio, publicado en el Journal of Investigative Medicine, fue un cruce de datos durante los últimos diez años. Para ello, los autores tomaron información de 66 estadciones de monitoreo de calidad de aire instaladas por todo el país. Luego, las combinaron con registros de salud de más de 480 mil hombres mayores de 40 años. Entre ellos había un total de 1,1617 casos de cáncer de boca.
La idea fue dividir los participantes de acuerdo a los lugares donde vivían, es decir, su nivel de exposición a material particulado PM2.5. Cuatro grupos salieron de esa clasificación en la que se incluyó datos comos la edad, la exposición al ozono, los niveles de otras partículas, si fumaban y si consumían betel quid. Esto último, que se sabe aumenta el riesgo de cáncer de boca, es un estimulante preprarado con hoja de betel, nuez de Areca y tabaco curado.
Con esa información, pudieron evidenciar que los hombres expuestos a concentraciones de 40.37 microgramos (μg) por metro cúbico (m3) de aire o más, tuvieron 43% más probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con los que vivían en lugares donde la polución era de 26.74 μg/m3.
Ese resultado no fue nada alentador ya que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niveles promedio anual de PM2.5 al que debería estar expuesta una persona no debería exceder 10 μg / m3. Sin embargo, las mayores ciudades del mundo como Londres dobla ese límite con la contaminación de su aire.