Revelan el enigma del enorme dedo de los aye-ayes, primates endémicos de Madagascar
Estos animales han cautivado a los muchos científicos en todo el mundo por su particular y enorme dedo medio. Recientemente, una investigadora descubrió para qué lo utilizan además de hurgar los árboles: comerse los mocos.
Los aye-ayes (Daubetonia madagascariensis) son una especie de primates nocturnos que solo se encuentran en Madagascar. Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), estos animales están en peligro de extinción por la destrucción de su hábitat y porque son asesinados en algunas regiones al ser presagio de mala suerte o plaga en los cultivos de cocos.
En la ciencia estos animales han sido objeto de múltiples estudios por tener una serie de características inusuales, que incluyen dientes de roedor y un dedo delgado y alargado con una articulación esférica. Hasta el momento, solo se conoce otra especie próxima al aye-aye, el aye-aye gigante (Daubentonia robusta), que se extinguió hace menos de 1000 años. (Le puede interesar Primates dejarían de vivir en árboles por el cambio climático y la deforestación)
Si bien los biólogos conocían que el animal usa su enorme dedo medio para golpear la madera hueca y localizar larvas para comerlas, recientemente revelaron que tiene un rasgo menos entrañable. Por casualidad, la curadora del Museo de Historia Natural de Berna, Anne-Claire Fabre, logró captar en video cómo este primate se hurgaba la nariz y se comía los mocos.
“Mientras lo hace, este animal inserta toda la longitud de su dedo medio extralargo, delgado y altamente móvil en las fosas nasales y luego lame la mucosidad nasal recolectada”, escribió Febre junto a Roberto Portela y Louise Peckre, coautores de la publicación, en la revista Zoology.
Para conocer hasta dónde iba el dedo medio, los investigadores crearon un modelo 3D utilizando tomografías computarizadas de la cabeza y la mano del aye-aye. Los hallazgos sugirieron que se extendía profundamente en la cabeza y hasta la garganta.
Este rasgo solo se ha registrado en otras once especies de primates, incluidos humanos, capuchinos, macacos, chimpancés y orangutanes. Los investigadores dijeron que hurgarse la nariz parecía ser más común en especies con buenas habilidades de manipulación o motrices. (Le puede interesar Los antepasados de los humanos tuvieron cola. ¿Cómo fue que la perdieron?)
Aunque aún no está claro por qué los aye-ayes, u otras especies, tienen una predilección por hurgarse la nariz, algunos biólogos señalan que puede tratarse de un acto de “autolimpieza”. Otros estudios sugieren que la textura crujiente y el sabor salado de la materia podría ser atractivo para comer o evitar bacterias que se adhieran a los dientes. Sin embargo, son supuestos que no se han podido comprobar.
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Los aye-ayes (Daubetonia madagascariensis) son una especie de primates nocturnos que solo se encuentran en Madagascar. Según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), estos animales están en peligro de extinción por la destrucción de su hábitat y porque son asesinados en algunas regiones al ser presagio de mala suerte o plaga en los cultivos de cocos.
En la ciencia estos animales han sido objeto de múltiples estudios por tener una serie de características inusuales, que incluyen dientes de roedor y un dedo delgado y alargado con una articulación esférica. Hasta el momento, solo se conoce otra especie próxima al aye-aye, el aye-aye gigante (Daubentonia robusta), que se extinguió hace menos de 1000 años. (Le puede interesar Primates dejarían de vivir en árboles por el cambio climático y la deforestación)
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“Mientras lo hace, este animal inserta toda la longitud de su dedo medio extralargo, delgado y altamente móvil en las fosas nasales y luego lame la mucosidad nasal recolectada”, escribió Febre junto a Roberto Portela y Louise Peckre, coautores de la publicación, en la revista Zoology.
Para conocer hasta dónde iba el dedo medio, los investigadores crearon un modelo 3D utilizando tomografías computarizadas de la cabeza y la mano del aye-aye. Los hallazgos sugirieron que se extendía profundamente en la cabeza y hasta la garganta.
Este rasgo solo se ha registrado en otras once especies de primates, incluidos humanos, capuchinos, macacos, chimpancés y orangutanes. Los investigadores dijeron que hurgarse la nariz parecía ser más común en especies con buenas habilidades de manipulación o motrices. (Le puede interesar Los antepasados de los humanos tuvieron cola. ¿Cómo fue que la perdieron?)
Aunque aún no está claro por qué los aye-ayes, u otras especies, tienen una predilección por hurgarse la nariz, algunos biólogos señalan que puede tratarse de un acto de “autolimpieza”. Otros estudios sugieren que la textura crujiente y el sabor salado de la materia podría ser atractivo para comer o evitar bacterias que se adhieran a los dientes. Sin embargo, son supuestos que no se han podido comprobar.
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