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En febrero de 2024 se empezó a dilucidar la idea dentro de las directivas de la Corporación Autónoma Regional del Valle, en cabeza de su director Marco Antonio Suárez, de cómo celebrar el cumpleaños 70, de la que es considerada la CAR más antigua del país, y su participación en la COP16, no hubo duda de que la mejor manera era replicar el evento que hacen desde 2022. La Gran Vitrina Verde, que es una muestra de los negocios verdes del Valle del Cauca. Así es que convocaron a todas las demás corporaciones regionales del país, para que cada una trajera a un grupo de expositores que quisieran mostrarle al país y al mundo, que algo que nació como un emprendimiento de perfil ambiental y agrícola, hoy es un negocio prometedor, que tiene un impacto ambiental positivo y que, además, incorpora buenas prácticas ambientales, sociales y económicas.
Andrés Carmona Tobar, ingeniero ambiental apasionado por la naturaleza y quien desde hace 23 años entró a la entidad al grupo de mercados verdes y biocomercio, y desde 2016 es el coordinador regional de negocios verdes en el departamento del Valle. Es el encargado de coordinar a las 33 corporaciones que forman parte de esta gran vitrina nacional, llamada Feria de la biodiversidad y la vida, Travesía paraíso, un viaje por la Colombia biodiversa.
En este evento participan todas las CAR del país con 600 expositores, los cuales están divididos en cuatro grupos de 150 y que rotan cada tres días, durante el tiempo que dure la COP16. Los participantes no pagan nada por el espacio en el que exponen su negocio, cada corporación se encargó de darles los recursos necesarios para que pudieran viajar al evento, apoyándolos con transporte y alimentación, y en algunos casos, como el de la CVC, también les brindaron el hospedaje, de esa manera se garantiza que el dinero recaudado por las ventas, les representé gran parte de la utilidad total.
Cabe aclarar que este es el único espacio que tienen los negocios verdes para ofrecer sus productos en la COP16. Para lograr llegar allí, cada uno de ellos tiene que estar registrado, acreditado y evaluado frente a su respectiva autoridad ambiental. En el Valle del Cauca existen ya 296 empresas registradas en este tipo de economía, y más de 4.000 a nivel nacional.
La realización y montaje de este evento, representó para la Corporación Autónoma Regional del Valle un valor aproximado de $3.000 millones. Ellos como anfitriones y organizadores tuvieron el mayor gasto, pues las corporaciones invitadas en promedio invirtieron un aproximado de $50 a $500 millones, para un promedio total de $6.000 millones.
Algo para destacar, fuera de lo que representa, para los nuevos empresarios este ejercicio es, que el evento tomó medidas para que su montaje no afectara el medio ambiente, ya que se aseguraron de usar materiales biodegradables, como maderas reciclables, lienzos, tintas ecológicas; además va a estar bajo la medida de carbono neutralidad, es decir que las emisiones que se generen se compensaran a partir de la entrega de los materiales usados para aprovechamiento de residuos y la siembra de árboles. A algunos visitantes a la feria se les entregarán más de 8 mil plantas para sembrar o replantar.
Otros puntos relevantes de este evento son los talleres de educación ambiental para adultos y niños, la inclusión de comunidades vulnerables y con algún tipo de discapacidad que hacen parte del grupo de expositores.
“No hay nada más gratificante que estar aquí, teniendo la posibilidad de mostrarle a toda esta gente, como un proyecto familiar, que nació hace años, pensando en el rebusque se volviera esto y un ejemplo para mi comunidad, que lleva tantos años acechada por la violencia. Tal vez ninguno de nosotros se vuelva millonario, pero sí nos llena el corazón, el saber, que somos mejores personas y damos nuestro granito de arena para hacer un mejor planeta”. Esas fueron las palabras de uno de los expositores. Sin duda, su vivencia se replica en muchos de ellos, estos negocios con el tiempo se han convertido en su todo, ven en este evento una oportunidad única, y en sus rostros se refleja el agradecimiento que las Corporaciones Autónomas Regionales, de cada región, los hayan traído.
A pesar de del gran impacto y la admiración que generan todos los negocios expuestos, en el público que asiste a este evento, le preguntamos a Andrés Carmona sobre este y otros aspectos.
Teniendo en cuenta su experiencia, ¿cuáles son los negocios más novedosos que podemos encontrar?
Hay unos innovadores con un crecimiento exponencial, y son los que tienen que ver con la producción de alimentos para mascotas, a base de larvas e insectos. Donde se aprovechan especies como las moscas soldado y los grillos, cuya reproducción no implica un impacto ambiental. Es supernovedoso. Y a nivel tecnológico está el Ecotransformer, de la empresa Ayuda Ambiental, una máquina de 2 x 5 m de envergadura aprovecha residuos directos que se puedan producir en un municipio pequeño. Tanto los de origen orgánico, los transforma en compostaje, y los de origen de cartón o plástico, los convierte en materia prima para procesos industriales.
¿Cómo están incentivando los negocios verdes en los jóvenes?
Desarrollamos un programa en las escuelas rurales, donde incentivamos e instruimos a los estudiantes para que puedan convertir su producción en un negocio verde.
¿Cuál es el mayor impedimento que encuentran este tipo de negocios en el día a día?
La falta de conciencia por parte del consumidor, sobre el consumo responsable. Ya que ellos prefieren comprar alimentos cultivados con agroquímicos, que dañan los suelos, y productos cuya elaboración generan un gran impacto ambiental, contra otros que sean amigables con el medio ambiente en su cadena de producción. Solo porque los primeros generalmente suelen ser más económicos. En eso nos falta muchísimo si nos comparamos con países europeos.
¿Y a nivel gubernamental?
Aún faltan muchos beneficios para este tipo de economías por parte del Estado; estos negocios son medidos con la misma vara al momento de pagar impuestos y contribuciones. Se necesita hacer una diferenciación y más acompañamiento gubernamental.
¿Del presupuesto que les entra a las corporaciones regionales, cuánto se les asigna a los negocios verdes?
Esa pregunta es muy difícil, porque, aunque es una obligación para las corporaciones autónomas regionales, el proteger, promover, fortalecer, verificar y hacer seguimiento a los negocios verdes. El presupuesto asignado depende de cada una.
Entonces, ¿cuál es la ventaja de estos negocios en este momento ante las CAR?
Que es una obligatoriedad, hay un indicador mínimo de gestión que se debe cumplir, y este tiene cuatro variables: primera, hacer verificación y registro de negocios verdes en su territorio; segunda, fortalecer esos negocios verdes a nivel técnico y administrativo; tercera: promoción, y cuarta: consolidación, a través de la articulación interinstitucional, por medio de una mesa departamental de negocios verdes.
En ese punto nosotros, como CVC somos pioneros, pues tenemos esa mesa desde 2019 y el indicador se creó en 2023.
¿Esas mesas quiénes las conforman?
Estos negocios no solo son responsabilidad de la autoridad ambiental, las conforman; las cámaras de comercio, las universidades, las ONG, el SENA, alcaldías, entre otros entes territoriales. La idea es brindarles a los nuevos empresarios el mejor asesoramiento para que su proyecto sea clave y exitoso.
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El éxito ha sido rotundo más de 250 mil personas se han acercado a la Plazoleta de San Francisco, en Cali, para ver que ofrecen estos nuevos negocios, asistir a sus diferentes eventos y dejarse contagiar del espíritu ecológico de la feria, pero no solo eso, en los 10 días que llevan se han registrado ventas por un valor mayor a $2.500 millones, superado las expectativas.
Sin duda celebrar su aniversario de esta manera es una de las mejores apuestas de la CVC, por la conciencia ambiental, pero esto va mucho más allá del futuro de la biodiversidad colombiana, pues detrás de cada una de esas empresas hay montones de historias que harían erizar la piel de cualquiera, desde desplazados por la violencia hasta grandes empresarios que lo perdieron todo a causa de una de las tantas crisis económicas del país o la pandemia. Esto no es solo un ejemplo de conciencia ambiental, sino también de resiliencia.