Colombia impulsará en la COP16 un acuerdo global de comercialización de minerales
Mauricio Cabrera Leal, viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, adelantó que uno de los principales objetivos del país es establecer un acuerdo de voluntades que permita iniciar el camino de un tratado global de comercialización de minerales. Este buscaría abordar las preocupaciones sobre la extracción de minerales críticos para la transición energética, como el litio y el cobalto, que, aunque son esenciales para tecnologías limpias, también pueden causar daños ambientales significativos.
Colombia está llamada a ser protagonista en la próxima COP16 que se realizará en Cali. Allí, los países deberán presentar las apuestas y metas nacionales en torno a la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales y la equidad en la distribución de beneficios derivados de la riqueza biológica. Aunque nuestro país aún no hace público su plan, Mauricio Cabrera Leal, viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, adelantó hace poco algunos de los objetivos más importantes del Gobierno.
Entre ellos, Cabrera reveló que el país está impulsando un acuerdo global de comercialización de minerales que pretende lanzar el 29 de octubre a través de una firma de voluntades al que se unirían varios países. “Las medidas tienen que ser supranacionales. Con los minerales de la transición, unos minerales específicos de altísimo valor para la transición, lo que está ocurriendo son grandes destrucciones de ecosistemas en África, Asia, América Latina”, dijo Cabrera en la presentación de los resultados del Informe Planeta Vivo: la salud del planeta, el estado de la biodiversidad global, la pérdida de naturaleza y el cambio climático.
Los minerales de la transición a los que se refiere el viceministro son aquellos recursos esenciales para la producción de tecnologías limpias y energías renovables, como el litio, cobalto, níquel y tierras raras. Estos minerales son cruciales para la fabricación de baterías, turbinas eólicas y otros componentes que impulsan la transición hacia una economía más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles. Sin embargo, su extracción pueden tener un impacto ambiental significativo si no se gestionan de manera responsable.
Un panel de expertos convocado en abril pasado por el Secretario General de la ONU estimó “que la transición energética de fuentes fósiles a tecnologías limpias triplicará para 2030 la necesidad de cobre, litio, níquel, cobalto y otros materiales, y llamó a no repetir los errores a la hora de explotarlos en una guía de recomendaciones para los gobiernos y la industria. António Guterres (secretario general de la ONU) pidió que el proceso se base en la justicia y la equidad, impulse el desarrollo sostenible y proteja el medio ambiente”.
Los expertos recordaron que durante la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático COP28, celebrada en Emiratos Árabes en 2023, los gobiernos acordaron triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030, y enfatizaron en que ese objetivo no es posible sin un aumento significativo del suministro de minerales críticos para la transición energética. Entre las recomendaciones que dieron, está diseñar un marco mundial de trazabilidad, transparencia y rendición de cuentas; crear un fondo para abordar los problemas heredados como resultado de minas abandonadas, sin propietario o en desuso; y empoderar a los mineros artesanales y de pequeña escala para que se conviertan en agentes de transformación.
Además, la gestión ambiental y los derechos humanos, y el fortalecimiento de la eficiencia material y la circularidad son otras de las recomendaciones de los expertos. Algo que puede ir en línea con el acuerdo de voluntades y el objetivo de crear un acuerdo global de comercialización de minerales que reveló el viceministro colombiano. “Hoy Europa tiene algo similar, pero con una pequeña triangulación y de enviar el mineral a otro país, se evaden esos controles. Entonces la idea es tener un acuerdo internacional y varios países del mundo nos han planteado secundarnos en esa iniciativa que creemos de alta importancia”, dijo.
Cabrera aprovechó para hacer un repaso del presente y futuro de la minería, del sector productivo y de cómo ambos temas entran en las metas y objetivos que el país presentará en el marco de la COP16. “En Colombia, durante los últimos 30 años nos montamos sobre un modelo de desarrollo fundamentalmente extractivista. Más del 80% de las regalías dependen del petróleo y del carbón. El carbón, con los mercados ya cerrados en el mundo, va disminuyendo progresivamente su valor. Cada día es más difícil comercializarlo en el mundo. Y respecto a los hidrocarburos, con una tendencia un poco más a largo plazo, pero definitivamente siendo un recurso no renovable que no tiene sentido continuar explotando. Estamos planteando entonces el desarrollo hacia la bioeconomia que consideramos que es el gran valor que tiene Colombia como un país megadiverso. La posibilidad de desarrollar una economía alrededor de la biodiversidad”, dijo Cabrera.
El viceministro explicó que el plan que presentará Colombia propone un aumento significativo en la participación de la bioeconomía en el PIB del país, pasando del actual 0,8 al 3,0. Este avance, dijo, podría incluso superar la contribución histórica de la minería en la economía nacional.
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Colombia está llamada a ser protagonista en la próxima COP16 que se realizará en Cali. Allí, los países deberán presentar las apuestas y metas nacionales en torno a la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales y la equidad en la distribución de beneficios derivados de la riqueza biológica. Aunque nuestro país aún no hace público su plan, Mauricio Cabrera Leal, viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, adelantó hace poco algunos de los objetivos más importantes del Gobierno.
Entre ellos, Cabrera reveló que el país está impulsando un acuerdo global de comercialización de minerales que pretende lanzar el 29 de octubre a través de una firma de voluntades al que se unirían varios países. “Las medidas tienen que ser supranacionales. Con los minerales de la transición, unos minerales específicos de altísimo valor para la transición, lo que está ocurriendo son grandes destrucciones de ecosistemas en África, Asia, América Latina”, dijo Cabrera en la presentación de los resultados del Informe Planeta Vivo: la salud del planeta, el estado de la biodiversidad global, la pérdida de naturaleza y el cambio climático.
Los minerales de la transición a los que se refiere el viceministro son aquellos recursos esenciales para la producción de tecnologías limpias y energías renovables, como el litio, cobalto, níquel y tierras raras. Estos minerales son cruciales para la fabricación de baterías, turbinas eólicas y otros componentes que impulsan la transición hacia una economía más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles. Sin embargo, su extracción pueden tener un impacto ambiental significativo si no se gestionan de manera responsable.
Un panel de expertos convocado en abril pasado por el Secretario General de la ONU estimó “que la transición energética de fuentes fósiles a tecnologías limpias triplicará para 2030 la necesidad de cobre, litio, níquel, cobalto y otros materiales, y llamó a no repetir los errores a la hora de explotarlos en una guía de recomendaciones para los gobiernos y la industria. António Guterres (secretario general de la ONU) pidió que el proceso se base en la justicia y la equidad, impulse el desarrollo sostenible y proteja el medio ambiente”.
Los expertos recordaron que durante la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático COP28, celebrada en Emiratos Árabes en 2023, los gobiernos acordaron triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030, y enfatizaron en que ese objetivo no es posible sin un aumento significativo del suministro de minerales críticos para la transición energética. Entre las recomendaciones que dieron, está diseñar un marco mundial de trazabilidad, transparencia y rendición de cuentas; crear un fondo para abordar los problemas heredados como resultado de minas abandonadas, sin propietario o en desuso; y empoderar a los mineros artesanales y de pequeña escala para que se conviertan en agentes de transformación.
Además, la gestión ambiental y los derechos humanos, y el fortalecimiento de la eficiencia material y la circularidad son otras de las recomendaciones de los expertos. Algo que puede ir en línea con el acuerdo de voluntades y el objetivo de crear un acuerdo global de comercialización de minerales que reveló el viceministro colombiano. “Hoy Europa tiene algo similar, pero con una pequeña triangulación y de enviar el mineral a otro país, se evaden esos controles. Entonces la idea es tener un acuerdo internacional y varios países del mundo nos han planteado secundarnos en esa iniciativa que creemos de alta importancia”, dijo.
Cabrera aprovechó para hacer un repaso del presente y futuro de la minería, del sector productivo y de cómo ambos temas entran en las metas y objetivos que el país presentará en el marco de la COP16. “En Colombia, durante los últimos 30 años nos montamos sobre un modelo de desarrollo fundamentalmente extractivista. Más del 80% de las regalías dependen del petróleo y del carbón. El carbón, con los mercados ya cerrados en el mundo, va disminuyendo progresivamente su valor. Cada día es más difícil comercializarlo en el mundo. Y respecto a los hidrocarburos, con una tendencia un poco más a largo plazo, pero definitivamente siendo un recurso no renovable que no tiene sentido continuar explotando. Estamos planteando entonces el desarrollo hacia la bioeconomia que consideramos que es el gran valor que tiene Colombia como un país megadiverso. La posibilidad de desarrollar una economía alrededor de la biodiversidad”, dijo Cabrera.
El viceministro explicó que el plan que presentará Colombia propone un aumento significativo en la participación de la bioeconomía en el PIB del país, pasando del actual 0,8 al 3,0. Este avance, dijo, podría incluso superar la contribución histórica de la minería en la economía nacional.
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