El mundo prometió proteger el 30 % de los océanos, pero apenas va en el 8,2 %
Un grupo de investigadores, entre los que está un colombiano, realizó la primera investigación que calculó la cantidad de áreas marinas protegidas (AMP) que necesita el mundo para alcanzar el objetivo de proteger el 30 % de los océanos, una meta que se propuso en la última conferencia de biodiversidad, en 2022. Los resultados no son alentadores: solo se ha protegido el 8,2 % de estos. ¿Cómo le fue a Colombia?
Paula Casas Mogollón
En 2022, en la COP15, el mundo hizo historia al firmar el Tratado Mundial de los Océanos, el primero centrado en la conservación de la vida marina en alta mar. Básicamente, los países se comprometieron a tomar medidas urgentes con el objetivo de proteger al menos el 30 % de estos ecosistemas a 2030. Para cumplir esta meta, la Organización de Naciones Unidas (ONU) estimó que cada año se debían proteger 11 millones de kilómetros cuadrados.
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En 2022, en la COP15, el mundo hizo historia al firmar el Tratado Mundial de los Océanos, el primero centrado en la conservación de la vida marina en alta mar. Básicamente, los países se comprometieron a tomar medidas urgentes con el objetivo de proteger al menos el 30 % de estos ecosistemas a 2030. Para cumplir esta meta, la Organización de Naciones Unidas (ONU) estimó que cada año se debían proteger 11 millones de kilómetros cuadrados.
Sin embargo, parece que estamos lejos de alcanzar este objetivo, llamado comúnmente como el objetivo 30x30, según determinó un reciente estudio publicado por Dynamic Planet y National Geographic Pristine. Esta investigación es el primer esfuerzo por calcular la cantidad de áreas marinas protegidas (AMP) que necesita el mundo para alcanzar el objetivo 30x30, y reveló que actualmente solo está protegido de forma efectiva el 8,2 % de los océanos y apenas el 3 % está altamente protegido de actividades perjudiciales.
La idea de realizar este cálculo, cuenta el científico colombiano Juan Mayorga desde las Islas Salomón, en Oceanía, donde adelanta una expedición, era aterrizar esta meta en cifras reales. “Ese objetivo a veces es un poco intangible. Es difícil de agarrar con tus manos y entender qué tan grande es la parte que se debe proteger. Es complejo saber si es harto o es poquito, si nos falta mucho o si ya estamos cerca”, añade, y por eso, con este estudio, se dieron a la tarea de determinar el número exacto de áreas que se necesitan para lograr preservar los océanos, conocidos por ser una de las mayores reservas de biodiversidad, pues albergan al menos 250.000 especies.
Para determinar este número exacto, dice Mayorga, quien es científico de datos marinos de National Geographic Pristine Seas, el equipo se dio a la tarea de analizar la Base de Datos Mundial sobre Áreas Protegidas. Allí están registradas las 13.000 áreas marinas protegidas que han sido reportadas por los gobiernos para salvaguardar el 30 % del océano, que es el porcentaje mínimo para cuidar a las personas y al planeta de los peores efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la creciente inseguridad alimentaria.
Con estos datos, el equipo liderado por Kristin Rechberger calculó por cada país la parte de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que son las regiones más lejanas, y de las áreas más cercanas, conocidas como el mar territorial, que en la actualidad están protegidas. Luego el grupo calculó el área necesaria para alcanzar este objetivo en cada una de las zonas, suponiendo que el objetivo de protección era igual para las dos.
A los ojos de los investigadores, como la mayor parte de la biodiversidad y las actividades humanas se concentran en las zonas costeras, las AMP costeras que cuentan con plena o alta protección son esenciales. Estas reservas, además de restaurar la vida marina dentro de sus límites, mejoran la seguridad alimentaria, aumentan la resiliencia frente al cambio climático, apoyan la creación de empleos, impulsan la economía y promueven una mejor salud para las comunidades costeras.
Los resultados de cruzar los datos inquietaron a los investigadores, pues al ritmo actual, en 2030 solo se habrá conservado el 9,7 % de las zonas marinas del planeta. De hecho, anotan en el estudio, si el mundo quiere conseguir el objetivo del 30 %, se deberá aumentar considerablemente la cantidad y la calidad de la conservación marina. “Estamos hablando que será necesario crear 85 AMP diariamente durante 2025 hasta 2030. Es decir, se deben establecer aproximadamente 190.000 pequeñas AMP en regiones costeras y 300 AMP extensas en zonas remotas y de alta mar”, dice Mayorga.
Estos hallazgos, en opinión de Mayorga, “son desalentadores en términos de que no tenemos las herramientas y los sistemas necesarios para escalar y acelerar la conservación al paso que lo necesitamos”. Los esfuerzos, apunta, no son iguales en todos los países, de hecho, con corte a septiembre de 2024, solo 12 han alcanzado el objetivo de protección del océano del 30 %, y entre ellos está Colombia.
¿Cómo va Colombia en la protección de sus áreas marinas?
Mayorga, quien de la mano de National Geographic ha apoyado varias iniciativas en Colombia para la protección de los océanos, cuenta que el país va por un buen camino y ha adelantado estrategias claves para salvaguardar sus mares. No obstante, advierte, estos buenos planes no se traducen en que “estamos listos y que en Colombia no hay nada que hacer. Todo lo contrario, a pesar de que ya hemos cumplido esa meta del 30 %, se debe analizar qué se está conservando con ese porcentaje”.
Por ejemplo, cuenta, muchas son áreas que realmente protegen muy poco a la vida marina, pues en varios de estos puntos aún existe la pesca industrial. Una de estas zonas, señala, es el Pacífico colombiano, donde “todavía se hace la pesca de arrastre, que es la más destructiva que existe en el mundo”. Por eso advierte que, aunque Colombia está haciendo las cosas bien en papel, aún tiene un amplio camino por mejorar, por ejemplo en ser un poco más severo con las regulaciones.
Esto, para Mayorga, se centra en “reforzar y mejorar un poco el nivel de protección de estos lugares que, en su mayoría, están en zonas críticas, como lo es el Golfo de Tribugá. También, añade, es clave garantizar que las comunidades costeras puedan ser dueñas de sus recursos. A pesar de estas oportunidades de mejora, el científico rescata que en el país hay un buen ejemplo de gestión de un área marítima protegida. Se trata de Malpelo. Si bien aquí se presentan casos de pesca ilegal, es un lugar que, en opinión del colombiano, se está gestionando muy bien, sobre todo apoyados por las imágenes y datos satélitales que hacen en la zona.
Los países que más inquietan
Los investigadores explicaron en el estudio que hay muchas regiones completas que tienen muy poca protección efectiva y que aquellos países con extensas costas y grandes ZEE deberán trabajar más fuerte en sus contribuciones para lograr el objetivo 30x30. Entre estas naciones, añaden, está Indonesia, Canadá, Rusia y Estados Unidos, donde “el número exacto de AMP adicionales necesarias depende de su tamaño y de los estándares que se aplican para definir lo que se considera verdaderamente protegido”.
En Asia Oriental y en el Pacífico, por ejemplo, es donde se requieren la mayor cantidad de AMP. En total, muestran los científicos, son 102 AMP grandes y 75.000 AMP pequeñas. Esta región, aclara Mayorga, es muy compleja y cuenta con un caso llamativo, como el de Filipinas, donde a las comunidades se les ha entregado una potestad para que creen áreas marinas protegidas. “Esta estrategia ha catapultado el número de áreas protegidas que encontramos allí. Es un gran ejemplo”, agrega.
Otras de las zonas donde se requiere un mayor esfuerzo es Europa, el sur de Asia y el Triángulo de Coral, donde, para alcanzar este meta, se requieren al menos 65 AMP grandes nuevas y 33.000 AMP pequeñas. Sin embargo, hay otros países que han alcanzado el objetivo 30x30. De acuerdo con el informe, a septiembre de 2024, solo 12 países lo han logrado, entre otros Reino Unido, Australia, Alemania, Nueva Zelanda, Chile, Bélgica, Colombia, Francia, Seychelles y Países Bajos.
El problema, en opinión de los científicos, no es solo crear una cantidad de áreas protegidas, sino que las que se establezcan sean eficientes. “No es apresurarse para proteger solo cualquier 30 %, sino que sea un 30 % eficiente, donde se identifiquen las áreas del océano que son más importantes para la biodiversidad, el clima y el suministro de alimentos”, aseguran en el documento. Este último punto es crucial para lograr la conservación de la biodiversidad y la restauración de los ecosistemas, pues, a sus ojos, muchas de las áreas marinas protegidas que hay en la actualidad no son efectivas.
Un ejemplo de esto, exponen en el documento, es lo que sucede en la Unión Europea (UE), donde más del 80 % de las áreas marinas protegidas existentes no cuentan con una gestión adecuada y ofrecen una protección mínima o nula frente a las actividades humanas perjudiciales, como la minería o la pesca. Esto, anota Mayorga, muestra que “el ritmo de implementación de las áreas marinas protegidas es totalmente inadecuado para lo que el mundo necesita”.
¿Qué hacer para proteger el océano?
En los resultados los investigadores señalan que si bien los beneficios de las AMP costeras para la naturaleza y las personas están bien documentados, la creación de estas ha sido demasiado lenta para cumplir con el objetivo 30X30. A este problema, anota, se le suma un factor: la mayoría de los países aún no han detallado una hoja de ruta para lograr la meta. Entre otras cosas, esto se debe a que las AMP son implementadas y administradas por entidades de los gobiernos que, en algunos casos, toman su protección como una carga financiera.
Frente a este panorama, los investigadores han propuesto un nuevo modelo para ampliar la protección de los océanos. Para ello, una primera recomendación que ofrecen es la de descentralizar la protección de estas áreas y pensar en la idea de manejarlas como una “especie” de empresas privadas. Según dicen, " los beneficios económicos generados por las AMP costeras, gracias a la mejora en el turismo, la pesca y otros servicios ecosistémicos, suelen superar los costos de creación y mantenimiento desde el segundo año de inicio de la protección. Por cada dólar invertido en una AMP, se generan ganancias de $10″.
En esta transformación, apunta Mayorga, es fundamental pensarlo como una empresa conjunta de accionistas, en la que se incluyan a los pescadores y operadores turísticos. “Esto facilitaría significativamente la reproducción y ampliación de las AMP costeras, necesarias para alcanzar el objetivo 30x30″, dice. Un ejemplo de esta idea planteada por los investigadores es la del parque coralino de la isla Chumbe, en Tanzania, y la reserva marina Misool, en Indonesia. En ambos países se ve la protección de estas áreas como empresas sociales.
El informe, dicen los investigadores, se publica en un momento en el que el mundo está a punto de revisar las metas que se propusieron en 2022 para salvaguardar la biodiversidad, como el objetivo 30x30. Se trata de la COP16, que se llevará a cabo desde el 21 de octubre en Cali. Estos datos, apuntan en el estudio, muestra la enorme diferencia que existe entre las metas propuestas por los líderes mundiales y las medidas concretas adoptadas por cada nación para la protección del océano.
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