COP16: Niños y jóvenes también quieren ser escuchados, estas son sus peticiones
Desde hace más de una década, grupos de infancias y juventudes empezaron a movilizarse para que sus voces y sus necesidades sean tenidas en cuenta en las negociaciones más importantes de biodiversidad. Mejoras en el financiamiento, protección de sus derechos y su futuro son algunas de sus peticiones.
Desde 2010, grupos de niños, niñas y jóvenes empezaron a movilizarse para que sus voces fueran escuchadas y tenidas en cuenta en las negociaciones mundiales sobre biodiversidad, como la COP16 que tiene lugar en Cali.
Su primer gran logro, asegura Xiomara Acevedo, vocera de la Red Global de Juventudes por la Biodiversidad (GYBN, por sus siglas en inglés) fue que el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) los reconociera como una “constituyente” de juventudes. Como explica Estevan Marín, otro de los delegados de Colombia, proveniente del norte del Cauca, “en el año 2012, 190 delegados pidieron a la red que coordinara y articulara a las juventudes para que pudieran tener una voz en el espacio de negociación y participaran activamente. También nos dieron el mandato de hacerle seguimiento a las negociaciones y abrir los canales de comunicación con lo que sucede al interior de la Convención”.
Eso, señalan los representantes, permitió elevar la importancia de tener jóvenes en todos los aspectos y escenarios de la toma de decisiones del CDB. “Empezamos siendo 30 y ya tenemos cerca de 500 delegados de juventudes”, insiste Xiomara Acevedo. “Lo que hacemos es muy importante, porque muchas de las decisiones que se toman en estos espacios de negociación repercuten y tienen impactos en los derechos de las juventudes y las infancias”, agrega.
De hecho, pocos días antes de que iniciara la COP16, también tuvo lugar en Cali la Cumbre Global de Niñez y Juventudes por la Biodiversidad. Allí se reunieron más de 600 jóvenes y cerca de 200 niños y niñas de todas las regiones del mundo.
En esa cumbre, los participantes elaboraron un manifiesto colectivo en el que establecen las medidas que consideran necesarias para la implementación efectiva del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, el gran acuerdo que se logró hace dos años, durante la COP15, para detener la pérdida de biodiversidad a 2030.
Las peticiones de los jóvenes en la COP16
“Lo que queremos en esta COP es lograr que la niñez y las juventudes sean un asunto transversal del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Que haya un mecanismo de monitoreo y reporte que, realmente, pueda responder a nuestras necesidades. Que los planes de acción de biodiversidad que cada país entrega escuchen y respondan a nuestras necesidades. Si no hay indicadores claros para conocer, destacar y reconocer el aporte de las juventudes a la conservación de la biodiversidad, será más difícil seguir movilizando la acción”, afirma la vocera de GYBN.
Las juventudes también están impulsando otros temas que se discuten en las negociaciones y que han ganado protagonismo, como el financiamiento. “Es importante que tengamos recursos adicionales que lleguen de manera directa para las juventudes, así como a los pueblos indígenas y las mujeres, que son quienes están en la primera línea de conservación. Todavía no existen instrumentos financieros adecuados y simplificados para estos grupos”, aseguran.
Asimismo, piden el establecimiento de áreas prioritarias que estén enfocadas en la conservación de ecosistemas críticos y especies en peligro de extinción, el fortalecimiento de los derechos de pueblos indígenas, afros, campesinos y comunidades locales y la movilización de recursos adicionales.
Las conclusiones de la cumbre mundial que realizaron previo a la COP16 fueron presentadas en la plenaria de apertura, que tuvo lugar este lunes y en la que la ministra Susana Muhamad asumió como presidenta de las negociaciones. El objetivo, aseguran, es que las delegaciones las tengan en cuenta en la toma de decisiones.
“Los países deben integrar indicadores relacionados con juventud y niñez en sus metas nacionales para proteger la biodiversidad. Se necesitan datos desagregados por edad, género y pueblos indígenas para calcular los impactos y contribuciones diferenciadas”, señalaron desde la red. También piden que esas metas consideren los efectos a largo plazo y que las medidas que se tomen eviten efectos irreversibles que comprometan los derechos de las futuras generaciones a un ambiente limpio, saludable y sostenible.
En palabras de Acevedo, esta es la generación más joven del planeta y, por eso, tiene que estar presente para conocer y tomar decisiones que permitan transformar el panorama de pérdida de biodiversidad y crisis climática, así como aumentar la ambición. “Solo esto permitirá que tengamos futuros biodiversos y pluriétnicos”, concluyeron.
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Desde 2010, grupos de niños, niñas y jóvenes empezaron a movilizarse para que sus voces fueran escuchadas y tenidas en cuenta en las negociaciones mundiales sobre biodiversidad, como la COP16 que tiene lugar en Cali.
Su primer gran logro, asegura Xiomara Acevedo, vocera de la Red Global de Juventudes por la Biodiversidad (GYBN, por sus siglas en inglés) fue que el Convenio de Diversidad Biológica (CDB) los reconociera como una “constituyente” de juventudes. Como explica Estevan Marín, otro de los delegados de Colombia, proveniente del norte del Cauca, “en el año 2012, 190 delegados pidieron a la red que coordinara y articulara a las juventudes para que pudieran tener una voz en el espacio de negociación y participaran activamente. También nos dieron el mandato de hacerle seguimiento a las negociaciones y abrir los canales de comunicación con lo que sucede al interior de la Convención”.
Eso, señalan los representantes, permitió elevar la importancia de tener jóvenes en todos los aspectos y escenarios de la toma de decisiones del CDB. “Empezamos siendo 30 y ya tenemos cerca de 500 delegados de juventudes”, insiste Xiomara Acevedo. “Lo que hacemos es muy importante, porque muchas de las decisiones que se toman en estos espacios de negociación repercuten y tienen impactos en los derechos de las juventudes y las infancias”, agrega.
De hecho, pocos días antes de que iniciara la COP16, también tuvo lugar en Cali la Cumbre Global de Niñez y Juventudes por la Biodiversidad. Allí se reunieron más de 600 jóvenes y cerca de 200 niños y niñas de todas las regiones del mundo.
En esa cumbre, los participantes elaboraron un manifiesto colectivo en el que establecen las medidas que consideran necesarias para la implementación efectiva del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, el gran acuerdo que se logró hace dos años, durante la COP15, para detener la pérdida de biodiversidad a 2030.
Las peticiones de los jóvenes en la COP16
“Lo que queremos en esta COP es lograr que la niñez y las juventudes sean un asunto transversal del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal. Que haya un mecanismo de monitoreo y reporte que, realmente, pueda responder a nuestras necesidades. Que los planes de acción de biodiversidad que cada país entrega escuchen y respondan a nuestras necesidades. Si no hay indicadores claros para conocer, destacar y reconocer el aporte de las juventudes a la conservación de la biodiversidad, será más difícil seguir movilizando la acción”, afirma la vocera de GYBN.
Las juventudes también están impulsando otros temas que se discuten en las negociaciones y que han ganado protagonismo, como el financiamiento. “Es importante que tengamos recursos adicionales que lleguen de manera directa para las juventudes, así como a los pueblos indígenas y las mujeres, que son quienes están en la primera línea de conservación. Todavía no existen instrumentos financieros adecuados y simplificados para estos grupos”, aseguran.
Asimismo, piden el establecimiento de áreas prioritarias que estén enfocadas en la conservación de ecosistemas críticos y especies en peligro de extinción, el fortalecimiento de los derechos de pueblos indígenas, afros, campesinos y comunidades locales y la movilización de recursos adicionales.
Las conclusiones de la cumbre mundial que realizaron previo a la COP16 fueron presentadas en la plenaria de apertura, que tuvo lugar este lunes y en la que la ministra Susana Muhamad asumió como presidenta de las negociaciones. El objetivo, aseguran, es que las delegaciones las tengan en cuenta en la toma de decisiones.
“Los países deben integrar indicadores relacionados con juventud y niñez en sus metas nacionales para proteger la biodiversidad. Se necesitan datos desagregados por edad, género y pueblos indígenas para calcular los impactos y contribuciones diferenciadas”, señalaron desde la red. También piden que esas metas consideren los efectos a largo plazo y que las medidas que se tomen eviten efectos irreversibles que comprometan los derechos de las futuras generaciones a un ambiente limpio, saludable y sostenible.
En palabras de Acevedo, esta es la generación más joven del planeta y, por eso, tiene que estar presente para conocer y tomar decisiones que permitan transformar el panorama de pérdida de biodiversidad y crisis climática, así como aumentar la ambición. “Solo esto permitirá que tengamos futuros biodiversos y pluriétnicos”, concluyeron.
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