“En esta guerra contra la naturaleza no puede haber vencedores”: Guterres
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, llegó a Cali para participar del “segmento de alto nivel” de la COP16. El espacio más político del evento, donde ministros y jefes de Estado impulsan la toma de decisiones.
Redacción Ambiente con información de EFE
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, participó este martes de la apertura del segmento de alto nivel en la COP16, un espacio en el que jefes de Estado y delegados del más alto gobierno intervienen intentando buscar consensos y avances en las negociaciones.
“La naturaleza es vida y, sin embargo, estamos librando una guerra contra ella. Una guerra donde no puede haber vencedores”, inició diciendo Guterres durante su discurso. “Cada año vemos la temperatura subir, cada día perdemos más especies, cada minuto verteemos un camión de desechos plásticos en nuestros océanos, ríos y lagos. No se equivoquen, así es como se ve una crisis existencial. Y ningún país, rico o pobre, es inmune a la devastación provocada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, insistió.
Por eso, urgió este martes a “pasar de saquear a preservar” la biodiversidad y pidió más compromiso a los países presentes en la COP16 que se celebra en de Cali ya que “la supervivencia del planeta, y la nuestra, dependen de ello”.
En su discurso, que hizo en español, inglés y francés, pidió a los países aumentar y cumplir sus compromisos, como la presentación de planes nacionales de protección de la biodiversidad, mecanismos de monitoreo y transparencia para la rendición de cuentas y más ambición en la movilización de recursos.
Para Guterres, “los motores de esta destrucción están arraigados en modelos económicos obsoletos, que alimentan patrones insostenibles de producción y consumo; y se ven multiplicados por las desigualdades en riqueza y poder”, y es necesario reconocer el “conocimiento vital” de los pueblos indígenas, afrodescendientes, agricultores y comunidades locales. “Hay que hacer un llamado por la vida”, dijo.
“Ya hemos alterado el 75 % de la superficie terrestre y el 66 % de los océanos”, insistió, por lo que subrayó la necesidad de implementar el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal a través de “un sólido sistema de seguimiento, información y revisión para seguir los progresos, así como un paquete de movilización de recursos para aumentar la financiación de todas las fuentes, movilizando al menos 200.000 millones de dólares al año para 2030″.
Además, los países deben presentar finalmente "planes claros, ambiciosos y detallados", como exige el Marco Global, que incluyan cambios en los modelos empresariales y de producción que sean "positivos para la naturaleza".
"Hay que cumplir las promesas financieras y acelerar el apoyo a los países en desarrollo. No podemos permitirnos marcharnos de Cali sin nuevas promesas para capitalizar adecuadamente el Fondo Marco Mundial para la Biodiversidad, y sin compromisos para movilizar otras fuentes de financiación pública y privada para cumplir el Marco en su totalidad", alertó Guterres.
También se refirió al sector privado y defendió que "quienes se benefician de la naturaleza no pueden tratarla como un recurso gratuito e infinito", sino que "deben dar un paso al frente y contribuir a su protección y restauración".
Guterres abordó otro de los puntos de negociación en la COP16 y dijo que "al poner en marcha el mecanismo de reparto de los beneficios derivados del uso de información sobre recursos genéticos" el sector privado tendrá una "vía clara" para implicarse en la protección de la biodiversidad.
Por último, defendió la inclusión de “todas las partes de la sociedad”, en particular los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades locales, quienes “con demasiada frecuencia han estado al margen de la política medioambiental mundial”. Y recordó: “la paz con naturaleza significa paz para quienes la protegen; debemos defender a las personas que defienden la naturaleza”, en aparente referencia a la violencia contra líderes ambientales.
Guterres reseñó algunos países que "están tomando la iniciativa" como Brasil, Colombia, Indonesia y Malasia, que están doblando sus esfuerzos para frenar la deforestación, o la Unión Europea con su Ley de Restauración de la Naturaleza.
“Movilizar a todos los países, cada uno con diferentes niveles de riqueza y capacidades, es un reto, pero una rápida cooperación mundial puede proporcionar la defensa que tan desesperadamente necesitamos contra los incendios forestales, inundaciones, condiciones meteorológicas extremas y pandemias”, concluyó el secretario general de Naciones Unidas, quien aseguró que “hacer las paces con la naturaleza es la tarea definidora del siglo XXI”.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, participó este martes de la apertura del segmento de alto nivel en la COP16, un espacio en el que jefes de Estado y delegados del más alto gobierno intervienen intentando buscar consensos y avances en las negociaciones.
“La naturaleza es vida y, sin embargo, estamos librando una guerra contra ella. Una guerra donde no puede haber vencedores”, inició diciendo Guterres durante su discurso. “Cada año vemos la temperatura subir, cada día perdemos más especies, cada minuto verteemos un camión de desechos plásticos en nuestros océanos, ríos y lagos. No se equivoquen, así es como se ve una crisis existencial. Y ningún país, rico o pobre, es inmune a la devastación provocada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación”, insistió.
Por eso, urgió este martes a “pasar de saquear a preservar” la biodiversidad y pidió más compromiso a los países presentes en la COP16 que se celebra en de Cali ya que “la supervivencia del planeta, y la nuestra, dependen de ello”.
En su discurso, que hizo en español, inglés y francés, pidió a los países aumentar y cumplir sus compromisos, como la presentación de planes nacionales de protección de la biodiversidad, mecanismos de monitoreo y transparencia para la rendición de cuentas y más ambición en la movilización de recursos.
Para Guterres, “los motores de esta destrucción están arraigados en modelos económicos obsoletos, que alimentan patrones insostenibles de producción y consumo; y se ven multiplicados por las desigualdades en riqueza y poder”, y es necesario reconocer el “conocimiento vital” de los pueblos indígenas, afrodescendientes, agricultores y comunidades locales. “Hay que hacer un llamado por la vida”, dijo.
“Ya hemos alterado el 75 % de la superficie terrestre y el 66 % de los océanos”, insistió, por lo que subrayó la necesidad de implementar el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal a través de “un sólido sistema de seguimiento, información y revisión para seguir los progresos, así como un paquete de movilización de recursos para aumentar la financiación de todas las fuentes, movilizando al menos 200.000 millones de dólares al año para 2030″.
Además, los países deben presentar finalmente "planes claros, ambiciosos y detallados", como exige el Marco Global, que incluyan cambios en los modelos empresariales y de producción que sean "positivos para la naturaleza".
"Hay que cumplir las promesas financieras y acelerar el apoyo a los países en desarrollo. No podemos permitirnos marcharnos de Cali sin nuevas promesas para capitalizar adecuadamente el Fondo Marco Mundial para la Biodiversidad, y sin compromisos para movilizar otras fuentes de financiación pública y privada para cumplir el Marco en su totalidad", alertó Guterres.
También se refirió al sector privado y defendió que "quienes se benefician de la naturaleza no pueden tratarla como un recurso gratuito e infinito", sino que "deben dar un paso al frente y contribuir a su protección y restauración".
Guterres abordó otro de los puntos de negociación en la COP16 y dijo que "al poner en marcha el mecanismo de reparto de los beneficios derivados del uso de información sobre recursos genéticos" el sector privado tendrá una "vía clara" para implicarse en la protección de la biodiversidad.
Por último, defendió la inclusión de “todas las partes de la sociedad”, en particular los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades locales, quienes “con demasiada frecuencia han estado al margen de la política medioambiental mundial”. Y recordó: “la paz con naturaleza significa paz para quienes la protegen; debemos defender a las personas que defienden la naturaleza”, en aparente referencia a la violencia contra líderes ambientales.
Guterres reseñó algunos países que "están tomando la iniciativa" como Brasil, Colombia, Indonesia y Malasia, que están doblando sus esfuerzos para frenar la deforestación, o la Unión Europea con su Ley de Restauración de la Naturaleza.
“Movilizar a todos los países, cada uno con diferentes niveles de riqueza y capacidades, es un reto, pero una rápida cooperación mundial puede proporcionar la defensa que tan desesperadamente necesitamos contra los incendios forestales, inundaciones, condiciones meteorológicas extremas y pandemias”, concluyó el secretario general de Naciones Unidas, quien aseguró que “hacer las paces con la naturaleza es la tarea definidora del siglo XXI”.