Ruta a la COP16
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Las discusiones de la COP 16 y el rol que tendrá Colombia como país anfitrión

Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservancy en Colombia, profundiza en los temas que se discutirán en la COP. Habla sobre la importancia de aumentar los recursos destinados a proyectos ambientales y la necesidad de seguir trabajando en soluciones basadas en la naturaleza, que permitan a los países desarrollarse de manera sostenible y generar bienestar para las comunidades. Además, explica cómo podría ser el rol de Colombia como presidente de la COP, y la importancia de que un evento como este se realice en el país.

11 de junio de 2024 - 07:15 p. m.
Mosaico de sabanas en Casanare.
Mosaico de sabanas en Casanare.
Foto: Camila María Peña

En el marco de la preparación para la COP 16 de biodiversidad, que se llevará a cabo en Cali, las discusiones sobre el rol que tendrá Colombia como país anfitrión, en qué va la destinación de recursos para proyectos ambientales y cómo se puede pensar en alternativas de desarrollo sostenible.

En El Espectador, la directora de The Nature Conservancy da su perspectiva sobre las discusiones que se darán durante la conferencia más importante sobre la diversidad biológica en el mundo.

A cinco meses de que comience la COP 16 de biodiversidad, ¿cómo ve que se están perfilando las discusiones?

Lo primero que hay que explicar es que las COP son eventos complejos en los que ocurren varias cosas simultáneamente. Por ejemplo, hay una agenda técnica en la que se desarrollan las discusiones sobre cómo frenar la acelerada pérdida de biodiversidad —que según el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, firmado en 2022, “ya es decenas, sino cientos de veces superior a la media de los últimos diez millones de años”—, pero también una política en la que se discuten los compromisos entre países. Además, el sector privado hace presencia y busca abordar temas de su interés.

Dicho esto, el pasado 29 de mayo concluyó en Nairobi la cuarta Reunión del Órgano Subsidiario de Aplicación del Convenio de Diversidad Biológica. Ese evento permite medirles la temperatura a las conversaciones de la COP. En él fue evidente, que como los países aún no han terminado la actualización de sus respectivos Planes Nacionales de Biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés), las discusiones sobre cómo van a implementar las metas del Marco Global de Biodiversidad no pudieron ser muy profundas. Más bien, adquirieron un aire político y los detalles de cómo poner en práctica ese marco global quedaron abiertos, esperando a la COP.

¿Cuál es la importancia de ese Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal para esta COP?

Ese marco global se firmó hace dos años. Por tanto, esta va a ser la primera COP de biodiversidad, luego de que se pactara. El documento, que plantea cuatro grandes objetivos y 23 metas, entre ellas, proteger el 30 por ciento de los ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce del planeta y tomar medidas jurídicas o de política pública para que las empresas minimicen su impacto ambiental, va a ser la guía de las discusiones de esta COP.

Estamos a pocos años de llegar al llamado punto de no retorno en temas de pérdida de biodiversidad. En 2022 logramos dar ese importantísimo paso de acordar una hoja de ruta para frenar ese proceso. En la COP de Cali toca profundizar en cómo hemos avanzado, cuáles han sido los principales retos y cómo resolvernos, y cómo se va a monitorear el cumplimiento de las metas.

¿En esta COP los países tienen que presentar sus respectivos Planes Nacionales de Biodiversidad actualizados?

Sí, ese es el compromiso. Va a ser un momento clave para saber si realmente hemos progresado en la protección de la biodiversidad del planeta, y cuánto.

¿Qué otros temas importantes se van a abordar en esta COP?

Por ejemplo, el de las finanzas para la naturaleza, es decir, los recursos y mecanismos financieros invertidos para conservar y desarrollar proyectos sostenibles. Según el reporte de Naciones Unidas sobre el estado de las finanzas para la naturaleza de 2023, anualmente se invierten alrededor de 200,000 millones de dólares en soluciones basadas en la naturaleza, un tercio de lo que se necesita para cumplir las metas de cambio climático y biodiversidad al 2030. El reporte da otro dato preocupante: cada año los flujos financieros del sector público y privado que tienen un pacto negativo directo en la naturaleza, suman unos 7 billones de dólares. Esa tendencia debe revertirse.

Ese es un tema importante para Colombia.

Sí, porque el país tiene un enorme potencial de inversión en actividades verdes, y puede aprovechar esos recursos —nacionales e internacionales— destinados a proyectos de medio ambiente para trabajar en la protección y restauración de su naturaleza, impulsar su desarrollo sostenible y su adaptación a los efectos del cambio climático.

Colombia ha sido pionera en temas ambientales, y ha creado interesantes mecanismos de financiación para aumentar los recursos destinados a mitigar el cambio climático y adaptarse a sus efectos, entre ellos, el impuesto al carbono. El dinero recaudado a través de ese mecanismo iba destinado, por ejemplo, al fortalecimiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, reducir la deforestación, conservar las fuentes de agua e implementar el acuerdo de paz de 2016.

En esta COP de biodiversidad, Colombia va a ejercer la presidencia. ¿Por qué es importante ese papel?

Ejercer la presidencia de esta COP le da a Colombia la oportunidad de ser un gran líder internacional e impulsar una agenda conjunta entre los países. Como decía antes, estamos a pocos años de llegar al punto de no retorno en pérdida de biodiversidad y cambio climático, y necesitamos trabajar rápidamente en nuestro desarrollo sostenible. Sin embargo, no podemos hacerlo si no pensamos en colectivo. Por eso es tan importante no enfocarse solo en una agenda propia, sino en una conjunta.

Colombia puede ser ese país que guíe la agenda internacional para lograr acuerdos que ayuden a los países a cumplir las metas del Marco Global de Biodiversidad. No será una tarea fácil. Requiere de una mirada amplia para entender los respectivos conflictos e intereses de las distintas naciones del mundo, y lograr manejarlos para construir consensos.

En los meses previos a la COP, el Ministerio de Ambiente ha buscado resaltar la relación entre pérdida de biodiversidad y cambio climático.

Destacar esa relación es clave porque ayuda a las personas a entender por qué es tan importante conservar y restaurar los ecosistemas naturales, y además abre la puerta a profundizar en las Soluciones Basadas en la Naturaleza.

Hoy, la ciencia ha mostrado cómo los bosques cumplen un papel fundamental en la regulación hídrica y el ciclo de carbono, y cómo los ecosistemas riparios estabilizan los causes de los ríos, previenen desbordamientos y mejoran la calidad del agua, por ejemplo.

Las Soluciones Basadas en la Naturaleza son acciones en las que se aprovecha esa resiliencia de los ecosistemas saludables, y se trabaja con la naturaleza para lograr un desarrollo sostenible que genere bienestar a las comunidades y permita atender los desafíos de mitigación del cambio climático y adaptación a sus efectos. Un buen ejemplo de ello en Colombia son los Fondos de Agua, programas que articulan comunidades y actores públicos y privados, que trabajan en la conservación y restauración de cuencas estratégicas para el abastecimiento de agua.

A nivel nacional, ¿cuáles diría que son las ventajas para Colombia de que la COP se haga en el país?

Resaltaría dos. Por un lado, la COP ha abiertos espacios en el debate público para hablar de nuestra biodiversidad, y de cómo vamos a seguirla protegiendo y restaurando. Estas discusiones son fundamentales para que los colombianos puedan apropiarse del tema y tomar decisiones informadas sobre cómo ayudar a proteger la naturaleza y conservar sus recursos. Es un desafío y una responsabilidad conjunta.

Por otro lado, es una maravillosa oportunidad para profundizar en lo que realmente significa que Colombia sea un país megadiverso, hablar de las oportunidades y los retos que vienen con ello, y de cómo vamos a manejarlos. ¿Queremos ver en esa biodiversidad oportunidades de desarrollo sostenible, y en los conocimientos de las comunidades locales, puertas de entrada a entender mejor los territorios y sus ecosistemas naturales? ¿O preferimos seguir viviendo sin conocer realmente el potencial de esa riqueza? La decisión, al final, es de todos los colombianos.

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