Lo que revela el primer atlas de comunidades afro y biodiversidad en Latinoamérica
El primer atlas que mapea la presencia de pueblos afros en América Latina encontró que hay más de 8.000.000 de hectáreas de tierra titulada colectivamente a esta población. Colombia es el país en el que hay más hectáreas bajo esa figura. Sin embargo, los territorios en los que habitan se encuentran en lugares vulnerables al cambio climático, con altos índices de pobreza y el reconocimiento necesario para conservar sus ecosistemas.
Se estima que en América Latina habitan más de 153 millones de personas afrodescendientes. Esto significa que, al menos, dos de cada 10 habitantes de la región se reconocen como parte de la población afrodescendiente, ya sea que vivan en comunidad o se encuentren dispersos en zonas rurales o urbanas. Sin embargo, no muchos países cuentan con datos sobre su ubicación, el reconocimiento de sus derechos y las desigualdades a las que están expuestos.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Se estima que en América Latina habitan más de 153 millones de personas afrodescendientes. Esto significa que, al menos, dos de cada 10 habitantes de la región se reconocen como parte de la población afrodescendiente, ya sea que vivan en comunidad o se encuentren dispersos en zonas rurales o urbanas. Sin embargo, no muchos países cuentan con datos sobre su ubicación, el reconocimiento de sus derechos y las desigualdades a las que están expuestos.
Esta semana fue presentado el primer atlas que mapea la presencia de comunidades afrodescendientes en 15 países de Latinoamérica, incluido Colombia. Este trabajo también reúne información de Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Surinam y Venezuela.
“Lo que buscamos es visibilizar la presencia de los afrodescendientes en la América Latina y el Caribe. Hay un gran desconocimiento estadístico sobre la realidad de los afrodescendientes”, explica Jhon Antón Sánchez, investigador del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador y uno de los investigadores que aportó a la construcción del atlas.
Además, identifica algunas problemáticas relacionadas con el cambio climático a las que esta población está expuesta y el rol que podrían tener en la conservación de la biodiversidad. El aumento de la temperatura, el nivel de mar, la vulnerabilidad a las inundaciones y la sensibilidad de los ecosistemas en territorios afro a causa de la acción humana hacen parte de las conclusiones más importantes.
El reconocimiento de los pueblos afrodescendientes
El primer paso para mapear a las comunidades afro en Latinoamérica fue definir el tipo de reconocimiento que tienen en cada país, para reunir la información disponible sobre los territorios en los que se encuentran. “Los pueblos afrodescendientes están en todos los países de América Latina y el Caribe, la razón es sencilla: en todos hubo esclavización de africanos desde el siglo XVI al XIX y con ellos y ellas se desarrollaron las naciones”, explican los autores en el documento.
De acuerdo con los diferentes tipos de reconocimiento, plantearon tres categorías para ubicarlos: los asentamientos, que son lugares que han ocupado poblaciones afro de manera “tradicional y ancestral”; las demarcaciones, que son territorios en los que hay una delimitación formal o informal por parte de comunidades u organizaciones, y que se reclaman como territorios afro; y las titulaciones, que son las tierras que han sido reconocidas por los Estados como propiedad colectiva de comunidades afro.
Con esa información, encontraron que en los 15 países hay más de 32.600.000 hectáreas (ha) de tierras rurales en las que hay asentamientos afrodescendientes. En contraste, apenas hay 8.300.000 ha hectáreas de tierra tituladas colectivamente a las comunidades, mientras que 5.211.000 hectáreas se encuentran “reclamados o en solicitud de reconocimiento y demarcación”.
El caso de Colombia es particular, pues a partir de la Constitución de 1991 el Estado reconoció “los derechos colectivos del pueblo afrocolombiano”. Por esto, se ubica como el país con más tierras tituladas a comunidades afro, con más de 5.780.000 ha de tierra. Este es un derecho que, además de nuestro país, solo está reconocido en Ecuador, Bolivia, Brasil, Honduras y Nicaragua, con diferencias en la forma en la que se reconoce la titulación de la tierra.
También, el atlas señala que las poblaciones afro se encuentran principalmente en zonas urbanas (más de 70 %), pero que al menos el 19 % se encuentran “en zonas rurales, donde las condiciones de desigualdad y pobreza son más agudas que en las zonas urbanas”. En todos los países en los que se recopiló información, estas zonas tienen más población en situación de pobreza y pobreza extrema.
Cambio climático, biodiversidad y población afro
Una de las particularidades de la ubicación de la población afrodescendiente en América Latina, especialmente en Centro América y en la región Andina (de la que hace parte Colombia), es que se encuentran en zonas ambientalmente importantes. “Muchos territorios aún conservan rica biodiversidad, recursos hídricos abundantes y ricos recursos naturales, especialmente minerales”, se lee en el atlas.
Los investigadores lograron identificar “645 áreas protegidas divididas en 84 áreas privadas, 445 de manejo gubernamental, 92 de manejo no gubernamental y 24 de protección comunitaria en sobreposición con tierras y territorios afrodescendientes”. Estas corresponden a tierras en las que se han aplicado medidas especiales para la protección de los ecosistemas.
Un ejemplo de esto “es el Chocó biogeográfico, que va desde Panamá, pasa por la costa pacífica colombiana y llega hasta la costa pacífica ecuatoriana. Es una zona de altísima biodiversidad y de recursos genéticos. Pero, ¿por qué están estos territorios tan conservados?”, se pregunta Sánchez.
El investigador señala que las cosmovisiones de los pueblos afros son fundamentales en esa labor, por la relación que tienen con la tierra, la naturaleza y el agua. En los 15 países estudiados, “el 80% de territorios de asentamiento se encuentran en estado de conservación, el 72% de territorios demarcados y el 83% de los territorios titulados cuentan con un alto grado de conservación de bosques y vegetación arbórea”, afirman en el documento.
Sin embargo, estos territorios también coinciden con áreas clasificadas como “puntos calientes de biodiversidad”. Esto quiere decir que, además ser lugares con una alta diversidad biológica, también se encuentran en un alto riesgo de degradación por las actividades humanas y son vulnerables frente al cambio climático.
“El 75,8 % de los territorios de asentamientos sufrirán un aumento de la temperatura media mayor a 7 °C. Por su parte, la mitad de los territorios demarcados, sufrirán un aumento de la temperatura entre los 6 y 7 °C; sin embargo, un 26,6 % logrará superar el aumento de los 7 °C”, dice el atlas. Para dimensionar estos aumentos, la meta global planteada en el Acuerdo de París establece que se espera limitar el aumento de temperatura promedio a 1,5 °C para 2050.
Otros impactos del cambio climático están relacionados con el aumento de las sequías y la probabilidad de inundaciones por el aumento del nivel del mar en los territorios afrodescendientes.
Por eso, advierten los investigadores, el rol de los afrodescendientes en la conservación de la biodiversidad dependerá de que se resuelvan problemáticas como la pobreza extrema, el acceso a servicios básicos como el agua y el reconocimiento de la propiedad colectiva en sus territorios. En Colombia, por ejemplo, hay más de 600.000 ha de tierra en proceso de reclamación y que se espera sean tituladas en los próximos años.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜