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Durante la cumbre de biodiversidad COP16, más de 235 niñas, niños, adolescentes y jóvenes de los territorios de Guapi (Cauca), Santa Marta (Atlántico), San José del Guaviare (Guaviare), Mocoa (Putumayo) y La Julia (Meta), quienes conforman las Cumbres Territoriales de Paz con la Naturaleza, darán a conocer una declaración de siete derechos que demandan, en términos generales, ampliar la participación y democracia ambiental para incluir a la niñez, la adolescencia y la juventud en el cuidado del planeta y la toma de decisiones ambientales.
La iniciativa fue liderada por Programa Nacional de Educación para la Paz (Educapaz), quienes, junto con el Instituto Colombo Alemán para la Paz (CAPAZ), realizaron este año cinco cumbres territoriales de paz con la naturaleza. Allí se escucharon las voces y saberes de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, acompañados por adultos sabedores, indígenas, afrodescendientes, maestros, firmantes de paz y funcionarios públicos.
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“El asunto de la biodiversidad y el cambio climático es algo que van a tener que enfrentar con mucha más fuerza los que hoy son niños. Pero además de eso, son quienes tienen la respuesta a muchas cosas que nosotros (los adultos) ni siquiera hemos podido pensar”. Asegura Claudia Toro, directora ejecutiva de Educapaz.
Entre los derechos que reclama esta población está el derecho a participar en el cuidado de la vida en el planeta; a una educación integral para la sostenibilidad que les permita enfrentar los desafíos ambientales y esté conectada con sus comunidades; a tener garantía de derechos ambientales, esto incluye el acceso libre a la información y la protección de quienes defienden estos temas.
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También piden que se valore los saberes de los pueblos originarios y comunidades locales para cuidar la vida en el planeta, y el derecho a la equidad de género en la protección del planeta. “El género debe ser una prioridad en todos los niveles de la sociedad, reconociendo nuestras contribuciones como protectoras del medio ambiente. Es fundamental reconocer las voces, saberes, prácticas y experiencias de las mujeres en el cuidado de la vida y del territorio. Estos conocimientos deben integrarse en las políticas territoriales y nacionales para construir un futuro sostenible”, mencionan en la declaración.
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